
Santa Fe de Veraguas, la magia de lo puro
Veraguas, una de las provincias más misteriosas de Panamá, esconde tesoros naturales y culturales tan bellos que son difíciles de creer. Enclavado en sus montañas, Santa Fe es un destino que combina historia, biodiversidad y un estilo de vida puro. Con su clima fresco, despampanantes cascadas y el imponente Parque Nacional Santa Fe, este rincón del país le espera para ser descubierto en estado puro.
Por: Alexa Carolina Chacón
Fotos: Rommel Rosales
Santa Fe, a mil metros sobre el nivel del mar en la provincia de Veraguas, es uno de esos destinos naturales de Panamá que todavía están intactos. El centro del pueblo no lo encontrará lleno de extranjeros ni de comercios de moda. Los desayunos son criollos y en fonda, el café es hecho en estufa y las cervezas se degustan en cantinas. Aquí se viene a disfrutar de la naturaleza y conectar con la comunidad a través de sus costumbres y cultura.


Antes de llegar al hostal ya podíamos ver cerro Mariposa y cerro Tute, que, junto a cerro Redondo, cerro Sapo, cerro la Nuca del Toro y cerro Narices, rodean el pueblo. Santa Fe colinda con el Parque Nacional Santa Fe, que, con setecientos km2 de selva virgen y densa y unas trescientas especies de aves, es uno de los más enigmáticos del país. Pronto lo descubrimos en nuestra visita a algunas de sus cascadas. La carretera que conduce a él está llena de grandes lomas y curvas cerradas. Viajando con las ventanas abajo, pronto nos damos cuenta de que la temperatura va disminuyendo. En el pueblo estábamos a unos 24 grados centígrados, mientras aquí, a unos 1.800 m. s. n. m., bajó a unos 17.
La población de Santa Fe fue fundada en 1557 por el capitán Francisco Vásquez, con el objetivo de apoyar la explotación minera de la región y consolidar la presencia española en el interior de Veraguas.
En un día normal el cielo no está despejado y la neblina se toma las grandes montañas llenas de verde. Entre las grandes copas de árboles logro identificar palmeras y helechos. Es una mezcla variopinta de naturaleza que hace este sitio único. Pronto caigo en cuenta de que vamos bajando de nuevo. Acabámos de atravesar la Cordillera Central, que rodea la zona y es parte del corredor biológico mesoamericano. Estamos llegando al Caribe, donde nos espera el pueblo de Calovébora, famoso por haber sido visitado por Cristóbal Colón en 1502, durante su cuarto viaje al continente.
Descubra a continuación cinco formas de conocer Santa Fe.

1. Senderismo
Nuestro punto de partida fue el Sendero de Chilagre, una ruta de aproximadamente 35 kilómetros que sigue el curso del río Santa María a través del Parque Nacional Santa Fe, conectando la comunidad de Piragual con las históricas minas de oro en Cocuyo. Este sendero ha estado en uso durante más de quinientos años, y es uno de los caminos más hermosos y cómodos para hacer senderismo en el país. Ricardo Herrera, dueño del Rainforest Yasmin Hotel, nos guio a través de este recorrido, donde altos cedros centenarios nos recuerdan donde estamos. En el camino se encuentra el chorro Ángel, una bella caída de agua en el corazón del río Santa María. Este rincón es perfecto para un descanso reparador sobre las grandes piedras que forman el entorno.

Fechas para visitar Santa Fe:
- Costa: entre septiembre y octubre para salir a las playas y desde Calovébora para visitar la isla Escudo de Veraguas. El paseo por el río Calovébora es posible durante todo el año. En los meses entre marzo y abril hay una corta temporada seca para lograr algunos recorridos cerca de la costa.
- Cascadas: se pueden visitar las principales cascadas todo el año, las cuales son cascada Loma Grande; las tres cascadas de río Llanito en Guabal: El Caucho, El Macho y Las Golondrinas, y las tres cascadas de Alto de Piedra, cascada Bermejo, Sendero de la cascada Ñoly; en cambio, las más remotas cascada la Isleta, Escobal, Escobalito, Salto El Águila y cascada El Tapir en río Bermejo solo se pueden visitar en verano.
- Senderismo: todo el año. Durante la temporada seca se recomienda Senderos de los Tucanes, Sendero Histórico Chilagre y los senderos hacia la cima de cerro Tute, cerro Mariposa, cerro Narices y cerro Sapo. Algunos también se realizan en temporada de lluvia, pero es recomendable ir acompañado de un guía.
2. Costa Caribe
Veraguas es altamente conocida por su costa Pacífica, por sitios como Santa Catalina y la isla de Coiba. El lado Caribe de la provincia, en cambio, es un destino emergente. Calovébora, ciudad frente al mar, es un centro de intercambio donde comerciantes de la región se abastecen de productos y punto de partida para descubrir este lado desconocido del Caribe.


Temprano, partimos en un recorrido en lancha organizado por Hostal Vista al Mar, explorando playas y formaciones rocosas que parecen sacadas de Jurassic Park. El Caribe en esta zona es bravo durante esta época, pero nada que un lanchero experimentado no pueda manejar. La primera parada fue El Arco, una estructura natural que emerge del mar, por donde se cuelan las olas y crean un espectáculo hipnótico. Diez minutos más adelante conocimos La Cueva, una caverna tallada en piedra que se puede atravesar cuando el mar está en calma. Decidimos parar un rato en la playa Palmeras Verdes, donde la arena blanca y las aguas turquesas invitan a bañarse. El recorrido es escénico e invita a regresar durante los meses de septiembre y octubre, cuando está más calmado y se puede llegar hasta la isla Escudo de Veraguas.
Desde aquí se puede acceder a playas remotas, como Portete de Guázaro, Caleta Azul, El Silencio, Caguita, Candelario y Estero Salado.
3. Turismo comunitario
Nuestra primera parada fue Casa Jacinto, en el centro de Santa Fe, donde el señor Jacinto Peña nos recibió con un trago de hierbas, una especie de digestivo con aromas de la montaña y el carácter de quienes la preparan. El señor Jacinto es una bitácora de Santa Fe y trabajó de la mano del célebre padre Héctor Gallego, un mártir que trabajó por el bienestar de los campesinos de la zona en la década de los 70.
Otra atracción de Santa Fe y sus alrededores es su cercanía con la comarca Ngäbe-Buglé, territorio originario que no forma parte geopolíticamente de Veraguas. En el camino a la costa, cruzamos el puente sobre el río Calovébora, frontera natural con la comarca. Desde allí se puede ver la unión de los ríos Luis y Calovébora, al fondo la imponente Cordillera Central. Una vez en la costa, en el Hostal y Fonda Jair, Mariela González nos introdujo en el arte de la extracción de aceite de coco, proceso que ha sido parte de la vida costera por generaciones. Aquí comimos un almuerzo casero con ingredientes frescos y auténticos, todo por un precio accesible.


De camino de regreso a Santa Fe visitamos la casa de Miguel Vásquez y su familia. Ubicada frente a la entrada de las Tres Cascadas en río Llanito, es un sitio de venta de artesanías y balneario. Aquí la hospitalidad se tradujo en café recién hecho, agua de pipa y un menú buglé protagonizado por brotes de helecho cocinados al vapor. Con cada conversación y bocado, entendimos que el alma de Santa Fe está en su gente, sus oficios y el calor con el que reciben a los viajeros.
4. Cascadas
Las cascadas de Santa Fe son uno de sus tesoros más valiosos. Nos aventuramos en el Circuito de las Tres Cascadas en río Llanito, descubriendo El Caucho, El Macho y Las Golondrinas, cada una con su personalidad y encanto. El Caucho es la más accesible, perfecta para un chapuzón refrescante; El Macho sorprende con su caída de agua vigorosa, y Las Golondrinas termina en una gran piscina natural donde es imposible no bañarse. El sendero para subirlas es de fácil acceso y con los zapatos adecuados es fácil llegar al punto más alto.


Más allá, en el corazón del Parque Nacional Santa Fe, llegamos a la cascada Loma Grande. Esta es una de las más populares. Los encargados del Parque Nacional Santa Fe mantienen el sendero limpio e incluso han construido escaleras, pasamanos y pasarelas de madera para el fácil tránsito hacia la cascada. El agua es fría, pero el sol que pasa entre las hojas calienta el cuerpo al salir. Estas rutas no solo ofrecen vistas impresionantes, sino que también representan el valor ecológico del parque.
5. Vida de campo
Para entender el corazón de Santa Fe, hay que conocer su conexión con la tierra. En la Finca Orgánica María & Chon, nos adentramos en un modelo de vida sostenible, donde cada cultivo es tratado con respeto y cada cosecha es el resultado de un equilibrio con la naturaleza. Aquí, los métodos tradicionales se combinan con prácticas orgánicas para producir alimentos libres de químicos, desde hortalizas hasta café de altura.
Aquí podrán ver una cantidad impresionante de orquídeas, su huerto orgánico, aprender del café de la zona y disfrutar de un delicioso almuerzo.
Nuestra guía local en este recorrido fue Maritza Rodríguez, oriunda de la comunidad de El Alto. / +507 6414 1274 / @naturaritza

Sitios recomendados durante su visita a Santa Fe:
Hostales en Santa Fe
Hotel Rainforest Yasmin
Hostal Familiar Tierra Libre
Hotel Santa Fe
Hostal Familiar Bulabá
Hostal Anachoreo
Coffee Mountain Inn
Hostal Familiar la Qhia
Hostal Chorros Alto de Piedra
Restaurante Herbolarium, uno de los más recomendados en el centro de Santa Fe, ofrece comida vegana realizada con ingredientes frescos y libre de conservantes. Son populares por su pizza de masa madre y granizados.
Hostales en Calovébora
Hospedaje Familiar Vista al Mar
Hostal Familiar Jair
Hostal Las Delicias de Calovébora
Restaurantes de Santa Fe
Fonda La Casita del Sazón
Fonda Santa Fe
Fonda Sabor Santafereño
Restaurante Herbolarium
Café Bohemio
Restaurante Café Dorado
Restaurante Los Cayucos
Restaurante Hermanos Pineda
Restaurante Cooperativa La Esperanza
Restaurantes de Calovébora
Restaurante Vista al Mar
Fonda Jair
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