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Para llenar el alma de brío

Por:  Redacción Panorama de las Américas
Fotos: David Mesa

Una sabe que está llegando al distrito de Tierras Altas, de Chiriquí, cuando el conductor del bus apaga el acondicionador de aire y manda a abrir las ventanas. Entonces entra el fresco de las montañas y aparecen los árboles cubiertos de musgo y líquenes, mientras la llovizna y el sol conspiran para formar un arcoíris… Cuando aparece —y esto ocurre a menudo—, no queda más remedio que sonreír de felicidad, porque solo allá arriba puede verse dónde termina ese juego de luces que, de alguna forma, nos recuerda la finitud de la vida.

La bienvenida es apenas un anuncio de lo que viene. La primera parada es Volcán, un pueblo que se llama así por estar asentado en las faldas del volcán Barú. Como centro comercial del distrito, allí hay bancos, supermercados, restaurantes y pequeñas tiendas. 

Más arriba están Cerro Punta y Guadalupe, y lo que más impresiona al llegar son sus montañas surcadas por parcelas de sembradíos y el cielo limpio que las rodea. El visitante encuentra aquí un lugar propicio para el descanso y la aventura, pero para quien allí vive es la tierra que lo sustenta.

La provincia de Chiriquí es agrícola y, en sus pueblos de montaña, miles de trabajadores siembran las papas y los vegetales que se consumen en el país. Por su clima, es ideal también para cultivar fresas, frambuesas y hierbas aromáticas. Tómese un tiempo para explorar; huela: en cualquier patio hay manzanilla, romero, albahaca, cilantro, perejil, orégano, menta, tomillo… Una delicia.

El distrito de Tierras Altas —igual que el vecino pueblo de Boquete y otros colindantes, como Palmira y Renacimiento— es zona cafetalera por excelencia. En Panamá se cultivan 19.400 hectáreas de café, sobre todo de las variedades Typica, Bourbon, Pacamara, Catuay, Caturra y el famoso Geisha. 

El país es pequeño en producción —comparado con Brasil o Colombia—, pero de Boquete sale, por ejemplo, el famoso café Geisha. Como dijo Wilford Lamastus, de la finca Lamastus Family Estates durante un recorrido por la zona, “somos un país pequeño en producción de café, pero hemos roto varios récords”. Por ejemplo, en 2019, el Geisha Elida State Green Tip Natural Coffee logró un precio récord de 1.029 dólares la libra, mientras que la revista especializada Coffee Review le dio una calificación histórica de 98 sobre 100.

Cosechar la fruta del café exige paciencia y experiencia: hay que conocer el punto exacto de maduración y tener la suficiente condición física para trabajar en terrenos inclinados. Es una faena que efectúan más que todo los trabajadores indígenas, que entre noviembre y febrero de cada año bajan de sus caseríos para la cosecha.

Tras la colecta de la fruta viene el proceso de secado, que puede ser en camas elevadas, de cemento a ras del suelo o en máquinas. Luego viene la clasificación del grano, el tueste y el empacado. Para el comprador conocedor, el resultado es una taza de café exquisita; sin embargo, para los cafetaleros, la verdadera prueba son las catas. 

Durante las catas de café, paladares expertos y olfatos educados evalúan la fragancia del café molido y seco, el aroma cuando se vierte el agua, el sabor, la acidez, la uniformidad, la dulzura, el balance entre acidez y cuerpo, el resabio o la sensación que queda en el paladar y los matices del sabor. El objetivo es probar que lo se produce es bueno, porque para ello se pone empeño en todo el proceso. Razón tiene Joseph Brodsky, propietario de Ninety Plus Gesha Estates, cuando dice: “Producir un kilo de café es mucho trabajo. Por eso nosotros decimos que no producimos bolsas de café, sino tazas de café. Tomarla es una experiencia”. 

Precisamente para potenciar el café panameño, acercarlo a posibles compradores y aprovechar los atractivos turísticos de la zona, este año se realizará la tercera versión de La Cosecha. Organizada por El Buen Diente y la Specialty Coffee Association of Panama, La Cosecha ofrece visitas a fincas para conocer el proceso de cultivo, selección y secado de la fruta, así como la cata de algunas de las variedades comercializadas.  

Un domingo en Guadalupe

Unos tablones de madera pintados de rojo. Un rosal de rosas fucsias y jaspeadas. Una ventana con su cortinilla de flores. Al fondo, una parcela de cultivo. Guadalupe es un pueblo del corregimiento de Cerro Punta y todo él es así: colores vibrantes, niebla, silencio. Recorrerlo es una maravilla, porque en cada casa hay un jardín, y cada jardín es una sorpresa. 

Evila Rosa Samudio vive en Guadalupe y toda su casa es un vergel. Hay rosas en el antepatio, suculentas y cactus en flor en su terraza, papos, más rosas a un costado y un vivero en el traspatio en el que fácilmente se pierde la cordura. Allí, en ese espacio resguardado del frío y del viento montañero, doña Evila reproduce y cuida plantas para la venta. Su jardín hay que visitarlo con calma, como a los del resto del pueblo, porque de todos brota la belleza en exceso.

Si el plan de vista incluye dormir en Guadalupe, vaya listo con su poncho, gorro y guantes, porque en las noches la temperatura puede bajar hasta los 6 °C.  Esto quiere decir que el frío puede entumirlo —si no está acostumbrado—, pero el atardecer en esas montañas vale la pena: mientras cae el sol y baja la temperatura, aparece la niebla y las montañas se tornan sobrecogedoras. Un buen momento para saborear café.

¿Qué hacer?

Feria de las Flores y el Café

Cada enero se realiza la Feria de las Flores y el Café en Boquete. Se trata de una exhibición de jardines que impactan por su simetría y contraste de colores. Aproveche para visitar Kotowa Coffee House, donde puede acompañar su taza de café con los bombones, trufas o canicas de Victoria Chocolate. Vaya también a la nueva sucursal de Café Unidos, que abre su primera tienda en el interior, y disfrute una taza de café recién tostado y preparado con los granos de las mejores fincas cafetaleras de la provincia, como Lamastus Family Estates, Hacienda La Esmeralda, Carmen Estate, Damarli Estate, Café Don Benjie, Ninety Plus Gesha Estates, Santamaría Estate y Café Lérida, entre otras.

Mercadito de Guadalupe

Los lugareños y habitantes de pueblos vecinos bajan el domingo para ofrecer verduras, vegetales, artesanías, fresas, dulces tradicionales, miel de abeja, jabones y cremas corporales orgánicas y, por supuesto, ¡plantas! Vaya preparado: el centro del pueblo es una calle y se repleta. Si lo agarra el mediodía, le recomendamos el restaurante Delicias Yadira, donde se sirve comida casera. A la bajada visite Dulces Caseros Alina, en Bambito.

Haras Cerro Punta

Es uno de los criaderos de caballos de carreras más importantes del país. El tour que ofrecen incluye explicación del proceso reproductivo del haras, muestra de ejemplares, pesca de truchas, picnic y visita a la Boutique Graille.

Aventura

Existen empresas que ofrecen servicios de guía, senderismo y tours en las montañas de Chiriquí. Le recomendamos consultar con Boquete Outdoor Adventures 

(www.boqueteoutdooradventures.com) 

y Eco Circuitos Panamá (www.ecocircuitos.com).

Son célebres las actividades del Boquete Tree Treck (consultar en hoteles) por sus paseos en puentes colgantes y canopy, sus catas de té y café, y ahora también ron en su nueva atracción La Solera The House of Rum.

Otros hoteles también ofrecen actividades  como paseos a caballo, senderismo, catas de café y té, rafting, escalada, canopy y visita a jardines. Consulte sus páginas web.

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