Panamá: nuevo paraíso del SUP surf
Por Juan Abelardo Carles
Fotos: Cristian Pinzón
Aunque parezca extraño, la costera Ciudad de Panamá no tiene un glamoroso cinturón de playas en su litoral. Las pocas que había se las tragó la expansión urbana a punta de rellenos. Los balnearios más cercanos están en la isla de Taboga, visible desde territorio continental, y Veracruz, una comunidad al oriente de la capital panameña, pasando el canal interoceánico. Quien va a Veracruz lo hace para bañarse en el mar, por supuesto, pero también para ver el atardecer, comer mariscos en alguno de los restaurantes que bordean el arenal y, desde hace un par de años, practicar un deporte que, poco a poco, gana popularidad: el SUP (siglas en inglés de Stand Up Paddle; lo que se puede traducir como “remar parado”).
La costumbre de remar de pie es tan antigua como la civilización (basta ver los murales de las tumbas del antiguo Egipto o la centenaria tradición de los gondoleros venecianos), el SUP actual surgió en Hawái, en los años 40, cuando algunos surfistas decidieron usar el ancho remo de los maoríes para impulsarse sobre sus tablas. En la década de los 80, algunos surfistas de California, tras sufrir lesiones que les impedían correr las olas, echaron mano del SUP como una forma de “volver al mar”. Hoy, la disciplina es muy popular en Estados Unidos y Europa. En nuestra región se practica más que todo en algunas de las Antillas menores, Costa Rica y Panamá.
En Panamá existe un enorme potencial para desarrollar este deporte, gracias al millar de playas y demás ámbitos marinos disponibles, sobre todo en el Caribe. El país tiene la ventaja de encerrar, en un perímetro que puede recorrerse en menos de dos horas, varios ecosistemas para practicarlo. Si quisieran, los aficionados podrían amanecer remando en las fantásticas aguas de la bahía de Portobelo, en la costa caribeña de Panamá, desayunar, tomar la carretera y estar en Veracruz antes del mediodía, para volver a remar en un ambiente y sobre unas aguas por completo distintas. Todo en un día, eso sin contar otros lugares como el lago Gatún, ciertos tramos del río Chagres y los manglares de la parte alta de la bahía de Panamá: todos, como ya se dijo, a menos de dos horas de viaje entre uno y otro.
Pero volvamos a Veracruz, donde me dispongo a experimentar el SUP por segunda vez, porque periodista que se respete debe vivir lo que escribe… (y pensar que me pagan para hacer esto). La primera salida no fue muy afortunada: jamás pude erguirme sobre la tabla y me la pasé más en el agua que sobre ella. Deyanira, mi instructora, la personificación misma de la paciencia, me dijo entonces que no me preocupara. “Lo importante es que no te molesta caer al agua y lo sigues intentando. Si te mantienes con esa actitud, pronto lo lograrás”.
Y aquí estoy, listo para mi segundo round. “¿Qué pasó: vas pa’l agua?”, me saluda Giovanni Mola, otro aficionado al SUP que practica aquí y que, además, es fundador de SUP Republic. El club de playa no estaba muy lleno en un día de semana, pero las pocas personas que estaban repetían la frase al verme, a modo de saludo. De hecho, “vamos pa’l agua” es lema y hashtag de muchos practicantes del SUP para divulgar y estar al tanto, mediante las redes sociales, de las actividades ligadas al deporte en Panamá. El sentido de comunidad es solo uno de los beneficios emocionales ligados a la disciplina del SUP boarding. Las remadas se hacen en grupo, tanto para ayudarse y aconsejarse en cuanto a las posturas y movimientos adecuados, como para celebrar las novedades y descubrimientos del camino.
Me uno a Deyanira quien, junto a tres chicas y dos chicos más, se prepara para salir. Mi tabla está lista, me ajusto al tobillo la correa de seguridad que me ata a ella, y mido la altura del remo (el hombro y el codo debe estar extendido, mas no tenso). Entramos al agua y, cuando el nivel me llega a la rodilla, me subo a mi tabla y comienzo a remar. Unos veinte metros más adentro, intento erguirme de nuevo. La primera vez que lo intenté, un viento sureste, suave pero lo suficiente para encrespar un poco el oleaje, me lo impidió. Esta vez no hay brisa y puedo lograrlo.
Poco a poco voy tomando el ritmo, miro al frente y, para no fijarme tanto en mis piernas temblorosas, voy conversando con Deya sobre sus comienzos en el SUP. “Antes participaba en carreras de cayucos. Fui parte de varios equipos, pero en estos deportes muchas veces dependes del grado de compromiso de los demás miembros del equipo. En el SUP, el compromiso y el reto son contra ti mismo”, me responde. Hace cuatro años oyó hablar por primera vez de este deporte, se juntó con otros amigos para practicarlo y, desde hace un año, es entrenadora certificada.
Giovanni Oro, amigo de Deyanira, comenzó a descubrirlo por la misma época y confirma lo que ella nos dice. “El SUP es una disciplina deportiva, pero también es un estilo de vida. Tiene sus competencias, pero también compites contigo mismo para descubrir tus límites. Es un ejercicio completo, pues trabajas los músculos de la espalda, el núcleo y el resto del cuerpo, aparte de la mente; pues al navegar tienes que desarrollar estrategias para avanzar sobre tu tabla. El agua es un elemento que siempre cambia”, explica.
Si bien todos los aficionados con los que hablamos sobre el SUP resaltan el perfil íntimo y personal del deporte, esto no significa que carezca de un componente altamente competitivo. De hecho, la Asociación Panameña de Stand Up Paddle organiza múltiples competencias y trabaja en conjunto con la Asociación Panameña de Surf para fortalecer un circuito nacional. Hace dos años se instaló el Circuito Nacional de SUP Surf y desde agosto de 2015 comenzó el Circuito Nacional de SUP Race, con cinco fechas anuales a partir de agosto próximo. Ambos circuitos producirán el escalafón nacional de competidores, que será avalado por el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) y la International Surfing Association (ISA), máxima autoridad mundial del surf. La ISA está trabajando para que el Comité Olímpico Mundial incluya al SUP Race en futuras versiones de los Juegos Olímpicos. Si obtiene una respuesta favorable, puede que Panamá sea uno de los pocos países de la región preparados para enviar una delegación.
En todo caso, mis aspiraciones en cuanto al SUP son mucho más modestas y cercanas en tiempo y espacio: apenas he remado ochocientos metros, pero siento como si le hubiera dado la vuelta al mundo dos veces, y quiero regresar. La marea comienza a llenar, empujando siempre mi tabla hacia la costa y obligándome a remar para mantenerme lo suficientemente alejado: no quiero encallar o que el rompiente de las olas me tumbe. Al final, los elementos me ganan y caigo al agua otra vez, pero logro treparme y erguirme de nuevo sobre la tabla: ya le voy encontrando el ritmo al asunto. Nos faltan poco más de cuatrocientos metros para llegar al punto de partida y, de pronto, salta frente a nosotros una joven raya de torso moteado. El momento es fugaz, y no alcanzo a avisar al resto del grupo, antes de que el animal se zambulla, como un destello plateado, de vuelta al agua. Solo Deyanira, que estaba más cerca de mí, pudo compartir el momento. “Ese fue mi regalo de bienvenida para ti”, me dice cuando estamos sacando las tablas del agua, tras culminar el recorrido, “pero tengo más en mi bolsa de regalos: arcoíris, atardeceres, delfines…”. No necesita decirme más: esta habrá sido mi segunda experiencia haciendo SUP, pero sin duda, no será la última.
Tome nota
Para realizar este reportaje, el equipo editorial de Panorama de las Américas utilizó las instalaciones de SUP Republic, pero no es el único sitio en el que se puede practicar este deporte en el país. He aquí una lista de los lugares disponibles:
SUP Republic: provincia de Panamá, Veracruz, Playa Venao, al lado del restaurante Karimar. Tel. (507) 250 6300, info@sup-republic.com, www.sup-republic.com. Clases de SUP, alquiler de equipos y actividades comunitarias en torno a la práctica del deporte.
Hotel Palmar Surf, Beach & School: Provincia de Panamá, San Carlos, El Palmar, Calle cuarta sur. Tel. (507) 6673 0820, panamasurfschool@gmail.com, www.palmarsurfschool.com, El SUP es uno de los cursos ofrecidos, además del surf y el bodyboard.
Shokogi Surf School: Provincia de Los Santos, Pedasí, Playa El Arenal, Urbanización Villa Milagros, Calle principal, casa 3A. Tel. (507) 670 15476, shokogipanama@gmail.com, www.shokogi.com. Se ofrecen clases de SUP, además de surf tradicional y kite surfing.
Hostal Selina: Provincia de Bocas del Toro, isla Colón, calle costera 1B. Tel. (507) 202 7966, info@SelinaHostels.com, www.selinahostels.com. Alquiler de equipo para la práctica del SUP.
Más información sobre sitios de práctica y aprendizaje del SUP en Panamá, actividades y agrupaciones asociadas al deporte en el sitio de Facebook de la Asociación Panameña de Stand Up Paddle (Panama Stand Up Paddle Boarding Association).