Manta: un secreto en la costa de Ecuador
La costa ecuatoriana gana protagonismo como nuevo destino para disfrutar en el continente americano. Manta es la ciudad que toma esa batuta al ofrecer buen comer, estadías de lujo, muchas playas y actividades que le permiten disfrutar del mar lejos de la orilla. Un sitio vibrante que se siente familiar y acogedor, listo para ser descubierto.
Por Alexa Carolina Chacón
Fotos: Jesús Del Salto
Manta tiene sabor a atún fresco, y olor a arena y sal. Es entrar al mar para encontrar vida (¿cómo hacen esas personas que no conciben existir sin navegar?) y también para encontrarse con la vida. Sus cientos de barcos y pescadores, que le dan la bienvenida minutos después de salir del aeropuerto, lo dejan claro. A los pescadores los verá desembarcar en Playita Mía, justo frente al Mercado de Mariscos, donde venden sus productos directamente. Detrás de ellos, con una infraestructura internacional, hay un puerto con un barco panamax. En esta pequeña ciudad se halla uno de los puertos atuneros más grandes del mundo.
Al acercarse al mercado, se siente el yodo y el agua salada en el ambiente. Como es natural, se debe ir apenas empieza a salir el sol; de hecho, a las 10:00 a.m. no habrá nada. La energía vibrante que en otras ciudades se siente en la bolsa de valores o los grandes bancos, en Manta reside en el mar y su mercado; es la divisa utilizada en una costa rica en crustáceos y peces. Oro, para los que saben de cocina, y para los que no, también. Atunes enormes y un chico abriendo concha negra me reciben al llegar. Este último parte la concha en dos con una guillotina, sin mirar, mientras habla con alguien más. Se nota a leguas que lo ha hecho por años.
Inmediatamente se me acerca un vendedor a ofrecerme su pesca del día. Con una sonrisa, le explico que solo vine por poco tiempo, que soy periodista y estoy haciendo un artículo sobre Manta. Sonríe y me pide que le tome una foto. La misma actitud tuvieron el resto de los hombres de mar. Unas estrellas de rock listos con una sonrisa, cada uno orgulloso de ser manaba. En ese momento empecé a entender esta ciudad costera. Gente lista para brillar, para salir en la foto, lista para su turno de ser protagonista. Lo mismo puedo decir de Manta como destino. Es el underdog que se prepara para dar su salto al estrellato. Sus hoteles cinco estrellas, restaurantes que algunos consideran entre los mejores de Ecuador y una oferta turística de lujo lo comprueban. Me recuerda a esa época cuando Tulum apenas era una calle y solo los verdaderos conocedores sabían del destino. Hoy esos dicen: “Yo conocí Tulum antes de que fuera popular”. Manta es una joya por descubrir a la que podrá viajar con vuelo directo de Copa Airlines a partir de junio de 2023.
Manta, donde se come como en casa
Lo primero que me dijeron cuando empecé la investigación de Manta fue: “Ven con hambre”. En Ecuador se come bien, pero la provincia de Manabí, donde está Manta, es reconocida por su producto fresco, que se emplata con cultura y rituales alrededor de la comida. Una tradicional mesa manaba es aquella donde se ponen los platos al centro y se comparte la comida entre los comensales. Esto es lo que busca rescatar Muya, un restaurante conocido por su concepto familiar, que reafirma esta tradición. La pasión por su país y ancestralidad con la que habla su chef Cecilia Cedeño confirma que sueña con que uno sienta la calidez de una casa de familia manaba cuando está en su restaurante. El marisco es el actor principal, pero los actores de reparto, como la res, también se llevan galardones.
Lo mismo pasa en El Dorado, restaurante del Hotel Poseidón, donde probé las ostras más grandes que he visto jamás, y vaya que las he comido. Pregunté si eran locales, y con orgullo me respondieron: ciento por ciento de Manta. La recomendación fue comerlas con salsa inglesa, picante y un poco de pimienta. Muchos relacionarán la ostra con un refinado restaurante parisino, pero aquí es un placer que se disfruta comúnmente. Es lo que consume el local. La suerte de ser costeño.
Para Ecuador, las conchas son casi sagradas. Por Manta y su provincia Manabí pasa la denominada Ruta del Spondylus, que recorre el país por la costa de norte a sur y abarca también las provincias de Esmeraldas y Santa Elena, sitios que se dedican a la pesca y confección de artesanías históricamente. Al hacer esta ruta se conocen los lugares que contextualizan la concha de este nombre, que, con su vibrante color rojo y púas blancas, es una expresión de la memoria del pasado ecuatoriano. En efecto, la Spondylus fue importante para las naciones andinas, pues en varios sitios arqueológicos hay rastros de que servía de ofrenda. Era la moneda, lo valioso, el oro del mar…. ayer, y lo sigue siendo hoy.
El tour culinario fue completado por la acogedora Casa Rosada, en el centro de la ciudad. El único edificio colonial que se mantiene en pie y cuya fachada sigue igual. Como se imaginará, está pintada de rosado pastel y es el sitio ideal para disfrutar de un desayuno tradicional manaba. La cena es en Martinica, el mejor restaurante de la ciudad según los conocedores. Su intención es que usted se sienta único, por eso solo hay una ubicación del restaurante y no aceptan reservas. La comida es una especie de fusión que responde enteramente a la personalidad de su chef Omar Rivadeneira, quien conceptualizó el restaurante alrededor de la idea de que sea acogedor y hogareño. Con cada platillo se entiende más la personalidad de Omar, qué le gusta y qué quiere que se lleve de Manta.
Estadía de lujo
Manta lo recibe en el lado norte de la ciudad. Se sale del aeropuerto hacia una avenida costera que recorre sus principales playas urbanas, donde podrá ver el movimiento marino. El mercado, los puertos, los astilleros, todo se entiende rápidamente. Es una ciudad pequeña con mucho movimiento. Reconozca el centro comercial de la ciudad, a su izquierda, mientras sigue viendo el mar a la derecha. Llegando al sur de la ciudad empieza a cambiar el diseño. La arquitectura se torna más turística y uno entiende que está en una zona de hoteles. Pocos minutos después, quince para ser exactos, se llega a Poseidón. Miré hacia arriba y dije: esto tiene forma de barco. Me lo confirman cuando pregunto. El hotel está pensado para ser un crucero en tierra donde las habitaciones con vista al mar se sientan como si se estuviera navegando. Además de la privilegiada vista y su restaurante El Dorado, Poseidón es popular en Manta por su piscina y bar playero Mojitos.
La oferta turística en Manta se extiende hasta el mar hacia el M/Y Kontiki Wayra, una de esas joyas escondidas del turismo de lujo que uno piensa que solo existen en el Mediterráneo. Un yate de cuarenta metros con capacidad para dieciocho pasajeros y todos los juguetes que se puedan imaginar. Nueve cabinas de lujo, jacuzzi y spa. Ver los atardeceres naranjas y rojos del verano mantense desde la cubierta del Kontiki es una experiencia sensorial tan especial que todos los presentes lo disfrutamos en silencio. Dejamos que la brisa de mar hablara por nosotros. Cuando uno se hospeda en el yate tiene la oportunidad de conocer la ciudad desde el mar con sus expediciones turísticas, una perspectiva diferente a la que se obtiene al conocerla de adentro hacia afuera.
Lo mismo se vive en Eolia, hotel recién estrenado que forma parte de la familia de Design Hotels. Ubicado a 25 minutos del aeropuerto internacional y a diez minutos de la ciudad, Eolia nos recibe en la playa Santa Marianita. Esta es una de las más conocidas en Ecuador por su viento, convirtiéndose en una de las más populares para hacer kitesurf. Con un concepto sostenible para el medio ambiente y programas para capacitar a la comunidad que lo rodea, aquí uno se siente como en alguna costa californiana por el buen gusto de su diseño y la extrema privacidad. Hay habitaciones y suites, pero también bungalós con piscina privada. Tanto Eolia como Kontiki son ideales para hacer un viaje romántico o una luna de miel.
Entre el mar y el bosque
La mejor manera de conocer Manta es con un operador turístico. Hola Aventura llena todas las casillas de lo que necesita conocer. Lo más especial es la Ruta de las Playas, que se realiza en carros four-wheel drive, donde se siente la adrenalina. Lo único que necesita para poder manejar es una licencia de conducir vigente. En este recorrido visitamos playa San Mateo y playa La Tiñosa, pero dependiendo del tiempo se pueden visitar más sitios. Las playas en Manta son largas y con oleaje intenso, además de tener bares y restaurantes para todos los gustos. Quienes quieran una aventura marina más activa, la compañía también ofrece salida en catamarán. Este plan es ideal para llegar en grupos, tener una fiesta, usar los jet skis y demás entretenimiento marino.
La naturaleza y el senderismo hacen su entrada triunfal con el bosque de Pacoche, también incluido entre los tours de Hola Aventura, ubicado a veinte minutos de Manta. Este bosque semiseco tropical es un parche verde rodeado de la tierra seca que caracteriza la provincia de Manabí. Este microclima sirve de hábitat de monos aulladores y más de 250 especies de aves. Árboles centenarios le cubrirán la cabeza y los sonidos de la selva lo harán sentir lejos del rugir de las olas. Dos hábitats diferentes en una ciudad contratante por donde se mire. Una ciudad que espera su primer plano.
Carmen Julia
Hola alexa, te felicito por el reportaje Manta, aporto: Adicional a esto esta el Sendero al Faro en San Lorenzo desde donde puedes apreciar el paso de las ballenas y la espectacular isla de la plata, allí mismo en San Lorenzo está la única Cascada que tiene Manta se llama el salto. En las sobresalientes del cabo encontrarás lobos marinos….