Los Secretos de Colombia
Experiencias únicas para aquellos que quieran descubrir los secretos mejor guardados del país gracias a la red de hoteles boutique Secretos de Colombia.
Por Demian Colman
Fotos: Demian Colman y Getty Images
En marzo de 2020 el mundo se detuvo y nos vimos envueltos en una extraña realidad que hasta el momento solo habíamos presenciado en series de ciencia ficción. Y, mientras algunos lloraban en medio del desastre económico, un grupo de trece hoteles boutique de Colombia se unió para apoyarse, tejer una red que abarcara la variada geografía del territorio nacional y preparar una promoción conjunta para la reapertura dentro de todos los protocolos de bioseguridad.
Secretos de Colombia nos invitó a conocerlos y, sin dudarlo, preparamos la valija y tomamos rumbo a Colombia para poder mostrarles algunos de los alojamientos que forman parte de este maravilloso proyecto.
Nuestra primera parada es en Pereira, capital de Risaralda, y vamos hacia el Hotel Sazagua. Esta antigua casa familiar se fue agrandando a medida que crecía la familia hasta tener diez habitaciones. Una vez los pichones volaron del nido, la casa se convirtió en hotel y hoy dispone de 16 habitaciones, piscina, spa y restaurante.
El lujo máximo, y orgullo de Natalia, su dueña, es el jardín que rodea la casa. Cuando te hospedas aquí no necesitas más que su paisaje y el consentimiento que te ofrece a toda hora su personal. Y si hablamos de confort, su habitación estrella, Masinga Lodge, de cincuenta metros cuadrados, te hará sentir en tu propio paraíso escondido: cuenta con sauna, jacuzzi, zona para masajes y su propio jardín bordeado por un río con peces koi.
Nuestro tiempo en Pereira termina y al despuntar el nuevo día partimos hacia Hacienda Bambusa, en el departamento del Quindío. Esta casa, con la arquitectura típica de la colonización antioqueña, tiene ocho habitaciones con terraza o balcones privados. Allí nos espera Camilo Escobar, nuestro guía, para llevarnos a los sembradíos de cacao.
Al despertar en nuestra habitación de 42 metros cuadrados, abrir las puertas al balcón y saludar el día en medio de este paisaje, no puedo evitar recordar a Gaviota, la protagonista de la popular novela colombiana Café, con aroma de mujer. La tarde termina con un atardecer poco menos que impresionista y nos invitan a un picnic bajo el guadual. Luego esperamos la noche a la luz de las velas con la cena especial del chef, mientras la música en vivo de Asdrúbal y Franklin se alterna con el canto de grillos y cigarras.
La hacienda también tiene spa y ofrece diversas actividades para disfrutar de sus 180 hectáreas, como senderismo, avistamiento de aves, clases de cocina, montar en bicicleta y hasta realizar un paseo en globo aerostático.
Casa Barichara tiene seis habitaciones, una biblioteca muy surtida para disfrutar de la lectura en alguna de las hamacas y una piscina con vista a la cordillera Oriental, que es el deleite de nuestros ojos. En manos del María Elvira, propietaria y soñadora empedernida, mujer muy espiritual y ligada a la madre Tierra, este lugar es un templo de contemplación y sanación.
El pueblo, de construcción colonial, casas blancas y calles de piedra, ofrece vistas a los absurdos parajes de la cordillera. El turista puede tomar el camino real, de nueve kilómetros, que lleva a Guane, sentarse a la sombra de los árboles en la plaza central o tomar un tuc-tuc y dejarse guiar por su conductor.
No podemos dejar de recorrer el taller de papel, las tiendas de artesanías y la escuela taller, donde están empeñados en recuperar los oficios tradicionales.
En Barichara está otro de los alojamientos del complejo Secretos de Colombia, Casa Yahri, a pocas cuadras de la plaza central. Más alejado de la idea que tenemos de un hotel y más cercano a una casa, con solo cuatro habitaciones, es el lugar ideal para hacerle honor al nombre Barichara.
Aquí el pueblo queda casi escondido y la piscina invita a no salir. Antes de despedirnos, nos deleitamos con un exquisito desayuno con paisaje incluido y nos vamos con la sensación de que estamos dejando nuestro propio hogar.
Casa San Agustín está en el corazón del centro histórico de Cartagena, dentro de la ciudad amurallada. Funciona en lo que fueron tres casonas típicas del estilo colonial del siglo XVI que permanecieron abandonadas por años. Sus muros esconden historia, y sus habitaciones, escaleras y biblioteca son clara muestra de la arquitectura y los frescos originales de su época.
La piscina, por ejemplo, eje central de su arquitectura, está enmarcada por una pared en su estado original, que es parte de la identidad del hotel. Sus habitaciones y suites, 31 en total, combinan un equilibrio entre el estilo de época con la comodidad moderna. No es gratuito que el hotel sea el lugar de escape de celebridades mundiales.
Llegamos por último al Hotel Las Islas, ubicado a orillas del mar Caribe, en la isla de Barú, bordeado de arena blanca y mar turquesa. El hotel, formado por bungalós que pueden estar al nivel del mar o bien sobre las copas de los árboles, ofrece una mezcla perfecta entre aventura y confort. Su construcción fue cuidadosa con el manglar que lo rodea.
El hotel cuenta además con una isleta privada a la que puedes ir a tu antojo saliendo de la recepción marina, donde además puedes escoger un sinfín de experiencias de lujo para pasar tu tiempo en el Caribe colombiano. Nosotros elegimos una asoleadora y decidimos pasar nuestro último día disfrutando del azul del cielo, el mar y el aire.
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