Brasilia en dos días
Inaugurada en 1960, Brasilia nació para ser monumental: un museo vivo al aire libre, con obras arquitectónicas originales, que abusan de las curvas y de la plasticidad del hormigón. No en vano, la ciudad obtuvo el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco. Diseñada en forma de avión, en la cabina se encuentran las sedes del Poder Ejecutivo, del Congreso y del Supremo Tribunal Federal, mientras que en las alas Norte y Sur hay decenas de supercuadras, bloques de edificios residenciales, con generosos espacios verdes y excelentes servicios locales y comerciales.
Por: Juan José Vallejo
Fotos: Juan José Vallejo y Javier A. Pinzón
Primer día
08:00 a.m. – Desayuno regional
Comencemos el recorrido con un café bien acompañado en Casa Almería, ubicada en el Ala Sur: agradable combinación de restaurante, panadería, emporio, confitería y comida para viaje, con varias opciones de antojitos regionales, acompañados de excelente café. Allí, tendrá la oportunidad de probar la tapioca, un tipo de crêpe elaborado con almidón granulado extraído de la yuca, preparada con lo que le apetezca de la variedad rellenos que allí ofrecen.
10:00 a.m. – Santuario Dom Bosco
De allí puede ir caminando durante trece minutos hasta el Santuario São João Bosco, increíble recinto de 2.200 metros cuadrados con vitrales en varios tonos de azul, que transmite la sensación de estar en el cielo. En el centro, una preciosa lámpara de araña de casi cuatro metros de altura, formada por 7.400 piezas de cristal de murano. Bosco, el santo italiano, fundador de la Congregación Salesiana, es considerado el segundo patrón de Brasilia, ya que soñó con la creación de la ciudad en 1883, casi ochenta años antes de la construcción de la capital brasileña.
11:00 a.m. – Cuadra residencial modelo
Este no es un recorrido religioso, pero es imprescindible visitar la pequeña Iglesia Nossa Senhora de Fátima, a unos dos kilómetros del Santuario São João Bosco. Inspirada en un cornette —tipo de toca que las hermanitas de la caridad usaban hasta 1964—, el pequeño templo creado por el arquitecto Oscar Niemeyer, autor de obras monumentales en la ciudad, es una invitación a la austeridad. Construida en 1958, fue la primera edificación de albañilería de la capital.
A su alrededor se encuentran las supercuadras, bloques de edificios residenciales 307 y 308 Sur, ejemplos del concepto de vivienda que combina calidad de vida con mucho verde y propicia la interacción entre vecinos. Las supercuadras se componen de once edificios, de seis pisos cada uno, atendidos por espacios comunitarios como biblioteca, club, escuelas e iglesia, con la comodidad de tener muy cerca varias calles comerciales. Después de explorar estos bloques, simplemente elija uno de los restaurantes para disfrutar de un buen almuerzo.
2:00 p.m. – Turismo cívico
No deje de visitar el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, una de las obras maestras del arquitecto Oscar Niemeyer. La edificación reúne muchas de las principales creaciones de artistas brasileños y posee hermosos jardines internos creados por el paisajista Roberto Burle Marx, con ejemplares de la flora brasileña. Reserve con antelación. El Itamaraty está a cinco minutos del Congreso Nacional, que comparte la Plaza de los Tres Poderes, con los hermosos edificios del Palacio do Planalto, sede del Poder Ejecutivo y, del otro lado, el Supremo Tribunal Federal, ocupando cada uno el vértice de un triángulo equilátero imaginario. En la misma plaza vale la pena visitar el Espacio Lúcio Costa, que exhibe una enorme maqueta de la ciudad y varios datos interesantes sobre el proyecto ganador para la construcción de Brasilia.
04:00 p.m. – Dos obras sorprendentes
Volviendo por la Esplanada dos Ministérios, se llega a otros de los símbolos del modernismo brasileño: la Catedral de Brasilia, formada por dieciséis arcos que se unen formando la imagen de unas manos extendidas hacia el cielo. En su gran interior se ven unos ángeles suspendidos y un trabajo primoroso de vitrales. Al lado de la Catedral está el Museo Nacional de la República, curiosa construcción semiesférica que provoca la imaginación: algunos la ven como el planeta Saturno, otros como una nave espacial. Ahora es necesario hacer una pausa para el descanso y disfrutar de la programación cultural nocturna.
8:00 p.m. – Clube do Choro
Cerca del sector hotelero se encuentra el famoso Clube do Choro, espacio dedicado a este estilo musical típico de Brasil, donde se presentan artistas de todo el país. Consulte la programación y disfrute de este rincón de mucha música, gente animada y opciones gastronómicas.
Segundo día
09:00 a.m – Parque Agua Mineral
Después de la intensa agenda del primer día, la mejor opción es pasar la mañana en el Parque Nacional de Brasilia, cariñosamente llamado Agua Mineral, ubicado a unos diez kilómetros del centro de la ciudad. Lleve su traje de baño para disfrutar de las dos piscinas enormes de agua corriente, pura y cristalina, que procede de los manantiales del bosque que rodea al parque. También vale la pena caminar por los dos senderos disponibles en el bosque y observar los numerosos sapajus, monos capuchinos, que habitan el lugar y aprendieron a hurtar la comida de los visitantes distraídos.
01:00 p.m – Almuerzo en el Mercado Mané
Después del parque, puede hacer una parada en el Mercado Mané, cercano al sector hotelero. Sus dieciocho restaurantes se complementan para ofrecer una inusual variedad culinaria, con platos típicos e internacionales. Elija, saboree y recupere la energía, porque el tour continuará en la tarde.
03:00 p.m. – Torre de TV
Hora de la tradicional subida a la Torre de Televisión, muy cerca del Mané. Con 224 metros de altura, la torre tiene un mirador a 74 metros, desde el cual hay una vista de 360º de la capital. Estratégicamente localizada en el centro de todo, se puede observar desde allí el urbanismo de la ciudad, los principales hitos arquitectónicos y el Parque de la Ciudad, que cubre de verde una enorme zona que antes de Brasilia era un desierto. Luego puede ir de compras a la turística Feira da Torre de TV, que le ofrece un mosaico de cada rincón del país en sus decenas de quioscos, que venden artesanías y productos regionales.
05:00 p.m. – Pontão do Lago Sul
Finalizamos nuestro recorrido en Pontão do Lago Sul, espacio privilegiado a orillas del lago Paranoá. Construido antes del inicio de las obras de la nueva capital, el objetivo del lago fue mejorar la humedad del aire en la entonces desértica meseta central de Brasil. Abrazando la ciudad con sus 48 kilómetros cuadrados, el lago Paranoá es uno de los principales sitios de diversión, descanso y turismo de la capital. Después de un paseo en barco por el lago, escoja entre los diez restaurantes del Pontão do Lago Sul. Su cena de despedida será emotiva con la hermosa vista nocturna de Brasilia. Esta fue una pequeña muestra de lo que Brasilia le puede ofrecer. Si dispone de más tiempo, busque un Centro de Atención al Turista (CAT) para conocer más opciones.
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