São Paulo en dos días
Bienvenido a la gigante São Paulo, famoso centro financiero y comercial de América Latina, diversa e intensa como sus más de doce millones de habitantes. Bajo sus rascacielos, encuentre una vibrante vida nocturna y rica escena cultural. Venga a explorar la metrópoli, su cultura y gastronomía, y descubra sus joyas ocultas.
Por Marcia Cárdenas Viveiros
Fotos: Felipe Viveiros y Viviane Seeger
Primer día
8:00 a.m. – Al que madruga…
Visite el Mercado Municipal, con su increíble variedad de frutas, verduras, carnes, quesos, embutidos y condimentos. El precioso edificio en estilo neoclásico, con noventa años de actividad, tiene enormes y lindos vitrales. Saboree el sándwich de mortadela o busque en la Padaria Paulistana el popular café con pão na chapa (pan tostado con mantequilla).
10:00 a.m. – Grandiosa Pinacoteca
Con la inauguración de Pina Contemporánea, su nuevo espacio, la Pinacoteca es ahora el más grande museo de Brasil y el segundo de América Latina. Con lo mejor del pasado y abierta a los más delirantes formatos del presente artístico mundial, visitarla es prioridad (no abre los martes). Al frente de la Pinacoteca está el Museo de la Lengua Portuguesa, que revela las semejanzas entre las lenguas romances y nos enseña mucho sobre el alma brasileña.
01:00 p.m. – IMS y Balaio
El Instituto Moreira Salles (IMS) ofrece una vista privilegiada de la avenida Paulista, la vía más agitada e iluminada de la ciudad. Tiene excelentes exposiciones de fotografía y artes plásticas, y programación en sus salas de cine y auditorios. En el primer piso (térreo) está el Balaio IMS, restaurante del chef Rodrigo Oliveira, el mismo del Mocotó, premiado con estrella Michelin y que ya ocupó en 2021 el puesto 23 de los Latin America’s 50 Best. No deje de pedir los mundialmente famosos dadinhos de tapioca, creados por Oliveira.
04:00 p.m. – Vista del Farol
Al llegar al antiguo edificio Altino Arantes, reinaugurado en 2018 como Farol Santander, usted no se imagina todo lo que alberga al público en trece de los 35 pisos de la magnífica construcción estilo art déco. Comience por el Mirante del piso 26 con una vista del “mar de rascacielos” y recobre el aliento con un cafezinho. Inspirado en el Empire State Building de Nueva York, la antigua sede del Banco del Estado de São Paulo (Banespa) está entre los locales más visitados de la ciudad. El edificio tiene 161,22 metros de altura. Entre sus atractivos tiene, en el cuarto piso, una exposición de 360 grados del famoso artista plástico Vik Muniz, orgullo de los paulistanos. Los pisos 19, 20, 22, 23 y 24 marcan contraste con sus exposiciones temporales e inmersivas de arte, música, moda e historia. El piso 21 sorprende con su enorme pista de monopatín.
06:00 p.m. – La hora feliz
En el Farol Santander también se puede disfrutar de algunos de los placeres de los brasileños. En el piso 28 hay un boteco, típico local especie de taberna. Pruebe, al menos, algunas entradas: bolinhos de costela, caldinho de feijão o pastel (pariente de la empanada), que combinan muy bien con la típica caipiriña.
09:00 p.m. – De rumba
Si lo que quiere es economizar tiempo, la noche paulistana puede comenzar en el Bar do Cofre, sin salir del Farol Santander; pero hay otras opciones. Muy cerca está el Drosophyla, que ya estuvo entre los cien mejores bares del mundo. Siguiendo la moda de los espacios speakeasy, visite allí mismo la São Paulo Urban Distillery (SPUD). Pero si quiere algo más contemporáneo y tiene paciencia para “entrar en la lista”, el Sweet Secrets, en el corazón del barrio Jardins, parece una dulce alternativa.
Segundo día
08:00 a.m – El negro encanto de la cafeína
El café, que también es una bebida bastante popular en Brasil, tiene versiones perfectas, bien acompañadas de pão de queijo, en varios locales de la ciudad. En Café Habitual vale la pena pedir los huevos benedictinos a la moda turca y deleitarse con el estimulante Color Púrpura de açaí o con el pudín de chía con cupuaçu, otra vedete de las frutas amazónicas. Los paulistanos son fanáticos de grandes desayunos (café da manhã), y no se necesita estar hospedado en los elegantes Emiliano, Rosewood, Palacio Tangará o Unique, para disfrutar de espléndidas mesas mañaneras. Opciones de desayunos especiales hay en Futuro Refeitório, Padoca do Maní, Santo Grão, Baianeira, P.Ã.O., Botanikafé, Camelia Odódó y Casaria.
10:00 a.m – Senderos cruzados de verde
El Parque de Ibirapuera es el pulmón de la gran urbe. Sus geniales construcciones conjugan armoniosamente naturaleza, deporte y arte. Imagine cómo sería tener tiempo suficiente para visitar el planetario, el Pabellón Japonés y los museos: de Arte Moderno (MAM), de Arte Contemporáneo (MAC), y el Afro Brasil. Busque coincidir con algunas de las exposiciones itinerantes como las que hay en la Oca o llegar en la época de la 35ª Bienal de São Paulo, que ocurre este año entre septiembre y diciembre, para visitar su edificio sede, que también abriga la glamorosa São Paulo Fashion Week.
01:00 p.m. – Cuestión de gustos
Si aún está en el “Ibira”, como llaman cariñosamente al parque, puede almorzar en el restaurante del MAM o aventurase en el exuberante Selvagem, nueva opción del lugar. Pero si sus intenciones son carnívoras, diríjase al Barbacoa, en el barrio Itaim, un excelente restaurante que funciona con el famoso estilo rodízio. El buffet de ensaladas podría dejar muy satisfecho al más firme de los veganos. Los omnívoros, en cambio, deben ser moderados con las entradas, para también disfrutar los distintos cortes de carne.
04:00 p.m. – Calles y colores
El Beco do Batman, callejón estrecho y famoso por sus grafitis, está localizado en la bohemia Vila Madalena, barrio joven y fiestero. Explore también el barrio de Jardins que, con el nuevo centro comercial CJ Shops y la Rua Oscar Freire, concentra varias de las tiendas y restaurantes más exclusivos de la ciudad. Si prefiere ir a un refrescante centro comercial, visite el Iguatemi, abierto en 1966. Allí está el Manioca, una versión casual del restaurante Maní, de la premiada chef Helena Rizzo que, entre otros títulos, fue la mejor chef mujer del mundo en 2014. En la tienda Dengo pruebe el popular brigadeiro, un bombón blando de chocolate y dulce de leche.
08:00 p.m. – Placeres que no tienen precio
Si vino determinado a conocer A Casa do Porco, en el centro de São Paulo, sepa que, sin reserva anticipada, es difícil conseguir mesa. Decorado con cachivaches, ocupa el séptimo lugar en The World’s 50 Best Restaurants. Los platos, bebidas y postres tienen cerdo en su composición. Si desea descubrir más sabores inusitados del país tropical, reserve en el complejo Priceless, en el último piso del Shopping Light. Tanto en el bar como en el restaurante Abaru, y en el Notiê, que ofrece solo cena con menú degustación, puede vivir experiencias vanguardistas de la comida brasileña.
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