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Margarita: vuelve a brillar

En el horizonte de la Isla Margarita se vislumbra la calma. Hoy, la isla del Caribe venezolano lustra de nuevo su infraestructura y excelente hotelería, que la hicieron tan famosa en un pasado no muy lejano. 

Por: Arianna Arteaga Quintero – @arianuchis

Fotos: Shutterstock

Si existe un lugar al que todos los venezolanos desean volver es Margarita. Hubo una época en que Margarita era una perla que brillaba a lo ancho y alto del Caribe. Sus increíbles atributos naturales, los precios de puerto libre y los festivales multitudinarios la convirtieron en el destino vacacional de muchas generaciones de venezolanos. Muchos compraron propiedades frente al mar para convertirse en “navegaos” —como los llaman coloquialmente los nativos—. Y no solo nacionales. Margarita recibía también a muchos turistas extranjeros, algunos de los cuales deseaban quedarse para siempre y establecían su residencia en la isla.

Pero vino la época álgida de la crisis económica venezolana. El turismo decayó y, aunque la actividad pesquera intentó mantenerla a flote, los vuelos dejaron de llegar, los “navegaos” regresaron a tierra firme o emigraron, y se vaciaron las playas, los hoteles y los centros comerciales. Cuando las condiciones para comenzar a recibir turismo interno parecían mejorar, apareció la pandemia, cual nubarrón agorero. 

Aun así, Margarita jamás se hundió. Sus habitantes se esmeraron en cultivar su tierra y sus tradiciones, volver a los orígenes y encontrar allí todas las razones para resistir y creer, como gente de agua y de fe que son, que la tormenta pasaría y el manto de la Virgen del Valle, su bondadosa patrona, jamás dejaría de cobijarlos. Ahora hemos visto aparecer un aire de esperanza, una ventolera de esfuerzo y un solazo de alegría poblando el cielo margariteño. Algunas temporadas repletas de turismo interno, una oleada de venezolanos navegando a hacer vida en la isla y la visita recurrente de turistas extranjeros han preparado a Margarita para volver a brillar. Además, los vuelos de Copa Airlines al vecino puerto de Barcelona contribuirán, sin duda, a este nuevo despertar. 

El Caribe se lo da

Margarita es sinónimo de playas fascinantes. Las más populares están a media hora de Porlamar en carro, hacia el noreste. En Playa El Agua hay suficiente oferta hotelera y Playa Parguito ofrece también clubes de playa con todos los servicios; además, sus playas son tan amplias, que si camina un poco se puede instalar bajo la sombra de una palmera y sentirse en una playa completamente virgen. Las playas de esta costa se caracterizan por su calidez, oleaje y poca profundidad. 

Más adelante está Manzanillo, una playa de pescadores, con un mar templado y profundo, y coloridas faenas de navegación. Sus servicios son más modestos, pero sus restaurantes ofrecen frutos de mar siempre frescos. Luego, hacia el noroeste, están Playa Zaragoza, con su mar serena, y Playa Caribe. Más allá, luego de una hora de camino, se encuentra Juan Griego, famosa por ofrecer los mejores atardeceres de toda Margarita desde la playa o en La Galera, uno de los fuertes coloniales de la isla. 

Si lo suyo son los deportes de vela, tiene que ir a El Yaque, al sur de la isla, a minutos del aeropuerto y cerca de media hora desde Porlamar, con las condiciones perfectas para practicar kitesurf y windsurf, una variada oferta de hospedaje, servicios de todo tipo, escuelas que alquilan los equipos y restaurantes como Casa Mare. 

En la Península de Macanao, al oeste, son famosas Punta Arenas, por su atardecer, su amplitud y sus restaurantes, y Playa La Pared, absolutamente virgen y especial. Si va hasta allá, haga también el paseo de la Laguna de La Restinga. 

De manteles y bares

Restaurante Apostadero
Restaurante Carissa
Restaurante Carissa

Porlamar y Pampatar son centros de actividad económica de la isla y donde se encuentra la mayoría de la oferta gastronómica, recreativa y cultural. 

Si quiere estar en el centro de la actividad en Porlamar pregunte por la calle Aldonza Manrique, donde parece que cada semana abrieran un local nuevo. En esta concurrida calle está la alta cocina internacional, la comida rápida, los bodegones y las tienditas de curiosidades. 

Si se decanta por los clásicos, pregunte por Apostadero (@apostaderofusion). Entre los nuevos está Mahalo Gastroplace (@mahalogastroplace) con una oferta variada y ambiente informal. Carissa (@carissarestaurant) es pequeño, delicioso y un poco más elegante. Si quieren helado, confieso mi amor por los Nice Cream, que se consiguen en el Subway de esta calle.

En el Centro Comercial La Vela (@lavelacc) y el Centro Comercial Costa Azul están las tiendas más lujosas de la isla y también el famoso Sambil de Margarita (@sambilmargarita) para ir de tiendas, al cine o comer en sus ferias. De nuevo, aplica lo mismo que para las playas: pregunte entre los locales, pues al venezolano le encanta conversar, opinar y dar recomendaciones. Aproveche esta rica característica de nuestro gentilicio. 

En Pampatar abundan los bares, restaurantes y el ambiente de plaza y pueblo frente al mar. Una visita obligada es el castillo San Carlos de Borromeo, así como ver el mar desde sus pequeñas cúpulas. Está justo frente a la plaza. 

Si desea escoger opciones trendy y sofisticadas, tiene que conocer Amaranto (@amarantomgta), Portarossa (@portarossamgta) y Juana La Loca (@juanalalocarest). Casa Caranta (@casacarantamgta) acaba de reabrir y es un clásico de toda la vida en una hermosa casona colonial. Si quiere comer el clásico pescado frito con tostón y ensalada rallada o frutos de mar en formatos sencillos y sabrosos, pregunte por Pola (@polarestaurant) y suba a su terraza, con una maravillosa vista a la Bahía de Pampatar.

Club Playa Casamare

No se puede perder la visita a Velero (@velerobeachclub), el más reciente club de playa con restaurante. Su chef es fantástico y el lugar es muy agradable para el día y la noche. 

También están Los Contenedores (@contenedorplazapampatar), un espacio que reúne propuestas gastronómicas alrededor de su informal y relajado bar. Un concepto cercano a este, pero de mayor tamaño, es Food Kart (@foodkartmgta), donde, además de comer y beber, puede disfrutar música en vivo, una pista de karting y un parque infantil. 

Y hablando de parques, un clásico es Diverland (@diverland_ne), en Porlamar. Su montaña rusa y su rueda son íconos de la ciudad. 

Los pueblos de Margarita

 

En Isla Margarita también vale la pena una salida a “puebliar”. La Asunción es una delicia de pueblo para caminar alrededor de su iglesia, su Plaza de Bolívar repleta de árboles frondosos y sus estrechas calles coloniales llenas de colores. 

Un poco antes de llegar, pregunte por La Empanadería (@laempanaderiamgta), un local bajo la sombra de los árboles, donde se rinden honores a la reina de la gastronomía oriental.  

Santa Ana es también un enclave de serenidad, casitas pintorescas y la iglesia más antigua de la isla, con su correspondiente Plaza de Bolívar.  

En El Cercado fabrican piezas de barro artesanal, que son un símbolo cultural de la isla. Pare en el camino a ver el trabajo de cestería y la elaboración de hamacas; son tesoros de la tradición margariteña que vale la pena llevar a casa.

 

Una isla Devota

Si bien la isla presenta retos logísticos importantes, jamás faltan naturaleza, alegría, empuje y espíritu. Esta isla no se rinde. Supo volver a la tierra, los orígenes, su cultura y sus productos bandera, como el ají dulce y el tomate margariteño. Entendió la importancia del turismo y ahora renace desde un lugar distinto, amable y repleto de amor propio.

¿Qué necesita saber antes de llegar a Margarita?

La moneda oficial de Venezuela es el bolívar, pero se acepta el dólar ampliamente. El problema es que hay poco cambio, así que traiga billetes en denominaciones pequeñas. En la mayoría de los grandes establecimientos reciben tarjetas de crédito internacionales. 

En el aeropuerto hay opciones de alquiler de carros y taxis. Trate de negociar al mismo taxista para el regreso. También se puede bajar la aplicación Yummy Rides.  

Tome precauciones razonables de seguridad y pregunte siempre a los locales.  

No se vaya de Margarita sin haber comido empanadas, ya que son un ícono de la isla: crujientes, con un toque dulce en la masa y los más variados rellenos.

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