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Vistas de PanamaExperiencias al estilo Las Perlas

Experiencias al estilo Las Perlas

Por Gaspar Victoria
Fotos: Javier Pinzón

La metrópoli queda atrás


Aunque el resto de la ciudad apenas comienza a despertarse, la marina de Flamenco, en el litoral suroeste de Panamá, ya está llena de actividad a las 7 a.m. Nuestro bote está listo y pronto estamos maniobrando lentamente entre los muelles. Ya llevamos buena velocidad cuando pasamos junto al Peñón de San José. Aunque luce como un islote, durante la marea baja se revela que se trata de la última lengua de tierra firme. El día es soleado, pero brumoso, y los apiñados rascacielos de Panamá se van desdibujando con rapidez a nuestras espaldas. Tras poco más de una hora de recorrido y casi 58 kilómetros al sureste, alcanzamos las primeras islas del archipiélago de Las Perlas.

Las islas son lo que quieras imaginar


Luego de una breve parada para recoger a unos amigos en Contadora, la más turística y desarrollada de las islas del archipiélago, pusimos proa a Bayoneta, un poco más al sur. En su cara oeste, Bayoneta tiene una playa larguísima, levemente arqueada, a mar abierto y sin otra isla en frente, que recorremos pensando que estamos solos y no hay nada más, mientras recogemos caracoles y escuchamos las confidencias de las olas. Isla Caracoles parece surgir del mar solo para que puedas tener esa cita de amor que se vive una vez nada más, mientras Boyarena te permite obrar tu milagro personal de caminar sobre las aguas.

Mil ojos sobre ti


Las aguas nos invitan a la exploración, y en Las Perlas no hay mejor manera de hacerlo que en kayak. Los tiramos y en pocos minutos estamos listos para la aventura. Estamos en la costa noroeste de la Isla del Rey, cerca del Islote del Espíritu Santo. Entre los mangles se adivina la entrada a un río y decidimos entrar. Los mangles van cerrando el cauce hasta que nuestro bote de apoyo no puede seguir, amenazado también por la corriente de la marea creciente. Continuamos. Bajo mi kayak, las aguas se agitan de repente y un destello de escamas escapa hacia las profundidades. De pronto, siento mil ojos sobre mí: desde las ramas que nos rodean y bajo las aguas sobre las que nos deslizamos. Quisiéramos seguir, pero el Sol se pone y esos ojos pueden aproximarse más. Aprovechamos un recodo y retornamos, remamos contra la corriente; estamos cansados, pero hay que seguir. Encontramos nuestro bote de apoyo, abordamos y nuestros kayaks quedan amarrados. De regreso a Contadora, recordamos que pronto comenzarán a llegar las primeras ballenas y planeamos una salida para avistarlas.

Las aves saludan al amanecer


La isla Pacheca es un refugio de vida silvestre, principalmente de aves marinas, pero es una reserva privada, así que cuando nos concedieron permiso para visitarla no dudamos en tomar la oportunidad. Por alguna razón, Pacheca exhibe rastros mejor conservados del origen volcánico del archipiélago. La mayoría de su litoral es abrupto y los riscos se coronan de árboles que dan abrigo a una enorme población de aves marinas, entre las que sobresalen el pelícano pardo, piquero patiazul, piquero marrón y varias especies de garzas. Llegamos poco antes del amanecer. Las aves anticipan en el resplandor al este la salida del astro rey, levantan vuelo y graznan mientras se preparan a buscar su alimento diario.

Aprendiendo vela en Saboga


No hay mejor sitio para aprender a navegar a vela que las aguas someras que rodean las islas de Las Perlas. Hace poco más de ocho años, desde Saboga, el Panama Sailing Club (www.sailingclubpanama.com) ofrece clases de vela y “windsurf” en el archipiélago, así como tures con actividades complementarias, como yoga y “paddle”. Abordamos el velero en Saboga rumbo a Isla Bartolomé y, aunque nuestro desempeño como marinos fue más bien mediocre, disfrutamos de la impostura (tendríamos que tomar más clases). Luego, algunos del grupo bucearon en las inmediaciones de la isla. De regreso a Saboga, terminamos la aventura tomando cocteles a la sombra de los palmerales, aunque algunos fueron a recorrer el pueblo, muy tranquilo y pintoresco, que tiene una iglesia del siglo XVII.

Reciclaje en Las Perlas

Desde hace más o menos un año, el Panama Sailing Club se alió con la ONG Ocean Legacy (www.oceanlegacy.ca) para desarrollar un proyecto de reciclaje en Saboga. Según Marta Plaza, de Panama Sailing Club, la iniciativa consiste en instalar puntos de reciclaje en los comercios del pueblo con un sistema de depósito y devolución por el que los compradores dan dinero en depósito por los productos envasados en plástico, que se les regresa al devolver el envase vacío. Los plásticos son, a la vez, clasificados en siete categorías. Los de categoría dos y cinco se procesan ahí mismo, para elaborar bloques de construcción que son vendidos en la isla, y el resto se envía a Ciudad de Panamá, donde lo procesa la empresa recicladora Gesvil (www.gesvilrecycling.com). Los beneficios se utilizan para autogestionar el proyecto. Plaza aspira a replicar el proyecto en el resto de las islas y, posiblemente, en todo el país.

Último atardecer en Contadora


Aunque pequeña, Contadora es la isla más desarrollada del archipiélago, con varias opciones de alojamiento, la más reciente y sofisticada de las cuales es Four Elements (www.4elementscontadora.com), que reproduce el relajante ambiente de un “spa” balinés en el trópico panameño. El espacio de cuatro cabañas garantiza intimidad y paz para balancear el espíritu y recargar las baterías. Es nuestro último día y descansamos mientras revivimos todas las experiencias de esta aventura sin igual. Sobre las olas, un windsurfista intenta aprovechar las brisas del atardecer. Nuestra cháchara se va convirtiendo en murmullo a medida que los destellos de sol se debilitan: su puesta es un espectáculo que merece ser presenciado en silencio. Estamos plácidamente agotados, con el rostro bronceado y los ojos achinados; creo que pronto nos dormiremos. Mañana regresaremos al continente y nuestro viaje se convertirá en parte de unas gratas memorias que habrá que repetir pronto, porque este tipo de experiencias solo se viven en el archipiélago de Las Perlas.

Pearl Island: hito en el desarrollo del archipiélago

Zonas como el archipiélago de Las Perlas siempre caminan sobre el delgado filo entre el desarrollo del potencial turístico y la preservación de la biodiversidad. En tal sentido, el proyecto de lujo Pearl Island (www.pearlisland.com) está marcando hito y poniendo ejemplo, al buscar un balance entre la rentabilidad y las necesidades ambientales, económicas y sociales de la región. Solo el 30% de las 1.460 ha de la propiedad será edificado, quedando el resto como ecosistema intacto y protegiendo así 150 especies de aves (entre ellas, una de las más grandes poblaciones de pelícanos del hemisferio), 15 de corales, 700 de peces y 16 de mamíferos. Pearl Island consta, en su fase inicial, de un aeropuerto, club de playa, marina, restaurantes y demás infraestructura para atender un exclusivo número de villas y condominios. Una segunda fase incluirá un hotel Ritz Carlton Reserve y residencias de la marca en una de las 14 playas privadas de la isla.

Escápate a la isla del paraíso

A solo 17 minutos de Ciudad de Panamá y a dos horas y media de Miami.

El hotel Villa Condesa del Mar es un hotel “boutique” frente al mar localizado en la isla Contadora, del archipiélago de las Perlas, en Panamá. 

“Suites” junto a los acantilados, un bar en la piscina, acceso privado a la playa y servicio VIP de conserjería se conjugan para ofrecerle una experiencia inolvidable.

En Villa Condesa del Mar tenemos un solo propósito: proveer acomodaciones lujosas y excepcionales.

Nuestro objetivo es asegurarnos de que nuestros huéspedes tengan recuerdos para toda la vida, mientras proveemos hospitalidad de clase mundial.

www.privateisla.com

@villacondesadelmar

Tel: +507 6950 5003


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