fbpx
PersonajesVíctor Manuelle: salsero contra viento y marea

Víctor Manuelle: salsero contra viento y marea

Por: Rodrigo O. Sánchez
Fotos: Cortesía Creative Link

Durante una carrera musical de veinte años, Víctor Manuelle ha vendido más de diez millones de álbumes. Hace poco cantó frente a más de 140.000 personas en Veracruz (México), rompiendo el récord de asistencia para una presentación de salsa en un único día. Irónicamente, las ventas no le preocupan mucho; lo que le interesa es hacer buena música que el público quiera escuchar. Tanto así que, a pesar de declararse en contra de la piratería, es el primero en admitir que si van a piratear música, quiere que “pirateen” la suya también.

él ha forjado su carrera enfocándose en la calidad de la música y no en las circunstancias del mercado. En una industria que apuesta por lo inmediato, él aún cree que la buena música es lo que hace que una persona compre un disco o asista a un show. Además, afirma que la disciplina es más importante que el talento, contradiciendo una cultura en la cual la fama lo es todo. Y de repente, lo que parecía irónico se vuelve obvio: Víctor Manuelle ha sido uno de los principales salseros durante los últimos veinte años, sin necesidad de otra fórmula para el éxito que el trabajo duro y constante; por eso su público lo ha recompensado con dos décadas repletas de presentaciones con llenos completos, ventas millonarias y éxitos en la radio.

De eso y más nos habla el salsero de acero en esta entrevista exclusiva. Empezando por su nueva producción titulada Busco un pueblo, cuyo primer sencillo “Si tú me besas” entró a la posición número uno de la lista Billboard Hot Latin Songs; trabajo por el cual recibió una nominación en la reciente edición de los Grammy Latinos, en la categoría Mejor álbum de Salsa. Como para no perder viejas costumbres exitosas.

¿Cuál es el concepto de tu nueva producción?

Busco un pueblo es un disco muy importante para mí, que define una transición y parte de mi evolución musical. Incluye una canción con el mismo nombre y no quería que pasara desapercibida. Fue por eso que decidí que el disco también se llamaría así. Todo el concepto tras la canción y el diseño de la carátula del disco transmite ese mensaje de que todos somos uno, aunque nos separen fronteras impuestas por los gobiernos. En las últimas 18 producciones que he grabado, nunca había incluido un tema de carácter político-social como Busco un pueblo. No lo había hecho antes simplemente porque el momento de hacerlo llegó ahora. Y claro que este tipo de cosas siempre me han preocupado, pero fue esta vez en la que quise incluirla en mi disco y centrar la producción alrededor de ese concepto. Los latinos en Estados Unidos estamos viviendo un momento muy complejo con todos los cambios en las leyes de inmigración y los problemas que persisten por las cosas que no se han cambiando aún. Quise llamar la atención con respecto a eso.

Además, me tomé una pausa de dos años para grabar este disco y ver qué quería hacer realmente. Pude trabajarlo con mucha calma, ya que no había una fecha límite para completarlo. Es un trabajo completo en todos los aspectos, muy bailable, con letras bien pensadas y muy juvenil.

Apenas salió tu nuevo álbum, todas las canciones estaban disponibles para escuchar de forma gratuita en YouTube. ¿Te preocupa la forma en que la música se consume hoy en día y su respectiva falta de remuneración?

En cierta forma es un beneficio para el artista, ya que las producciones llegan más rápido al mundo entero y el mensaje se puede compartir en forma masiva de una manera sencilla. Todo esto de la tecnología tiene diferentes lados, muchos de los cuales son positivos. Por darte un ejemplo, nosotros los salseros hemos estado trabajando el mercado mexicano durante muchos años. Ha sido un trabajo arduo y poco a poco nos lo hemos ganado. Ahora bien, hace poco toqué en el festival de Boca del Río en Veracruz frente a 140.000 personas, haciéndolo el festival con mayor asistencia en la historia del género en un único día. Y que irónico que no haya sido en Colombia, Panamá, Puerto Rico o uno de los demás mercados más tradicionales para la salsa. Todo esto se debe a las redes sociales, lo rápido que se corre la voz con respecto a un festival y quién va a tocar. Estas redes sociales me han permitido tener respuesta inmediata directamente de mi público apenas hago un anuncio. Hoy en día es difícil que un artista pueda engañar a su público, pues hay un intercambio constante en redes como Twitter. Ya no hay filtro.

Esa tecnología también ha reducido drásticamente la venta de discos.

Cierto, pero a esta altura de mi carrera yo no puedo estar preocupado por cómo se mueve el sistema. Mi preocupación es por crear buena música. La piratería también ha crecido de manera exponencial, pero yo no puedo luchar contra eso. Y tengo una forma de abordar la situación que parece un poco contradictoria: yo no estoy a favor de la piratería, pero si van a piratear música, quiero que la mía también esté incluida. Si tú, como artista, vas caminando por un sitio en donde se venden CD piratas y no ves tus producciones ahí, entonces tienes que preocuparte. Se trata de estar entre lo que la gente quiere escuchar. No apoyo la piratería, pero entiendo que suple un mercado del cual yo quiero formar parte. Mi enfoque es hacer buena música. Se puede vender en CD, cassette, MP3 o intercambiarse en internet de manera gratuita, pero eso en realidad no es mi primera prioridad. No sé cuál será el formato ni la forma en que se consuma música en veinte años, pero mi preocupación es simplemente estar ahí.

¿Cómo fue que nació la idea de ese grito que das en tus canciones?

Ese grito no aparece en mis primeras dos producciones. En la tercera, Sergio George fue el productor y fue él quien me empezó a hablar de un grito de guerra para seguir creando mi identidad como sonero. Un tema que estaba grabando tenía una breve pausa y Sergio me decía que dijera algo ahí para rellenar pero no se me ocurría nada. Se me ocurrió ese grito pero me salió muy tímido y luego trabajamos para que fuese algo más natural. Justo antes de salir el disco, escuché cómo había quedado el grito y no me convenció del todo. Pero con el tiempo me fui acostumbrando y hoy en día hasta me hace falta. Cada vez que hay una pequeña pausa en un tema, meto mi grito de guerra. Al público le ha gustado y lo toma como una característica única de quien soy.

Con tantos viajes y compromisos, ¿cómo balanceas tu vida como padre de familia?

Una de las primeras cosas que hice cuando monté mi oficina con mi equipo de trabajo, es incluir a mi familia dentro de mi agenda. No se puede abrir el libro y anotar apenas compromisos profesionales y dedicarle a tu familia el tiempo que te quede libre; eso no funciona. Apenas empieza el año anoto todas las fechas importantes como cumpleaños, graduaciones, y modifico mi horario profesional en base a eso. Además, si hay un mes en que esté fuera de gira, planifico para que la semana siguiente sea exclusiva para mi familia.

¿Cómo desarrollaste esa objetividad necesaria para tomar decisiones acertadas en tu exitosa carrera?

Hay un poco de instinto en esto. Tienes que conocerte a ti y a tu público; otras decisiones son riesgos que uno toma. Pero todo ha sido el resultado de un trabajo bien duro. También me he equivocado en ciertas ocasiones, pero el trabajo duro constante generalmente logra opacar esas decisiones erradas. Además he contado con un equipo de trabajo muy fiel que entiende lo que yo busco en esto. También está la suerte, ya que he tenido la dicha de que mi público sigue favoreciéndome aun cuando la salsa pasa por momentos difíciles de baja popularidad.

¿Qué me dices del balance entre talento y disciplina?

La disciplina es demasiado importante. Yo he visto cómo gente extremadamente talentosa, superdotada, tiran su talento por la borda por no tener disciplina. Si tú tienes un cierto talento, y haces las cosas bien y con mucha disciplina, casi siempre resulta en éxito.

Cuando hablo de disciplina, es tanto en la parte artística como en la personal. Es muy raro que si tienes una vida personal desorganizada puedas ser buen artista. En algunas entrevistas me preguntan: “¿Cómo es Víctor Manuelle el artista y Víctor Manuelle el ser humano?”. Yo no creo en eso, pues se trata de una sola persona. Yo tengo que tratar de hacer los dos papeles bien, no me parece normal ser un artista excelente pero un pésimo hijo, por ejemplo.

aa