Santo Domingo, donde todo comenzó
Texto y foto: Javier A. Pinzón
República Dominicana es tierra de primacías, grandes músicos y beisbolistas, de playas de arena blanca sin igual, con un pasado histórico marcado por la conquista. Santo Domingo, su capital, le brinda al turista una experiencia cultural inolvidable, que se evidencia en su gastronomía y en su música: singular mezcla entre la influencia española, africana y aborigen.
Santo Domingo colonial
Pasear por esta ciudad, la más antigua de América, y caminar por sus estrechas calles adoquinadas es todo un placer, pues existen más de trescientos lugares históricos que fueron construidos por los españoles durante la época colonial y hoy resultan de gran interés cultural. No en vano es reconocida por albergar muchas de las “primacías” del Nuevo Mundo, que se remontan a 1496, cuando la ciudad fue fundada por Bartolomé Colón. Inicialmente se hallaba en la margen oriental del río Ozama y luego Nicolás de Ovando, gobernador de La Española, ordenó su traslado a la ribera occidental. En una corta caminata es posible encontrar algunas de estas primacías:
- La calle peatonal El Conde, que va desde la Plaza de la Independencia hasta la Plaza Colón, es la ruta de acceso a la Ciudad Colonial, pasarela de artesanías y tiendas de recuerdos.
- Iglesia Nuestra Señora del Carmen, construida en 1615, en donde se resguarda el Cristo que encabeza las procesiones de Semana Santa.
- La Fortaleza Ozama, la construcción más antigua realizada por los españoles en América, sirvió para defender la ciudad de piratas y conquistadores ingleses, franceses y portugueses.
- El Polvorín de Santa Bárbara, construido en 1787, tenía apariencia de iglesia para despistar al enemigo, pues en realidad contenía pólvora, municiones y armamentos.
- Basílica Menor de Santo Domingo, primera catedral de América, cuya construcción comenzó en 1514 y duró 26 años.
- Museo de las Casas Reales, construido en 1511, alojaba las principales oficinas gubernamentales, incluyendo la Real Audiencia. Fue el primer tribunal del nuevo continente.
- Panteón de Santo Domingo, una de las últimas construcciones españolas en la isla, en donde yacen los héroes de la patria.
Gastronomía
La esencia de la gastronomía dominicana son los productos locales: yuca, maíz, plátano, granos, siete tipos de carnes y arroz. Así quisieron representarlo en su plato estrella: la bandera dominicana, conformada por arroz, habichuela (fríjol en Suramérica) y carne guisada. La gastronomía dominicana es un reflejo de su historia: una fusión entre los africanos, franceses, españoles y nativos.
Los nuevos productos y especies que trajeron los españoles enriquecieron la gastronomía; los africanos introdujeron los caldos y le sacaron un mayor provecho al mar. Fue así como surgió el sancocho, plato típico dominicano y una de sus tantas otras primacías. El sancocho fue evolucionando y hoy se hace con plátano, yuca, ñame, gallina criolla, gallina de guinea, carne de res, pollo, cerdo y chivo. Sin embargo, en la olla del sancocho dominicano cabe todo, pues se limita solo por la imaginación de sus cocineros.
Cultura
Su cultura es una simbiosis rica y dinámica de diversas influencias que responden a la necesidad de adaptarse al nuevo hábitat. Es el fruto de un prolongado mecanismo de transculturación que comenzó a partir de la conquista española, incorporó ingredientes a la tradición aborigen y luego sumó el elemento africano.
La capital también alberga la primera universidad de América, fundada en 1538. Y alrededor del Palacio de Bellas Artes, en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, se agrupan varias edificaciones con fines culturales.
Música
Una de las cosas que más impacta en un viaje a República Dominicana, además de la gran amabilidad de su gente, es su música: delicada mixtura de las tradiciones españolas y africanas. La calenda es una danza originaria de áfrica, de la cual se derivan varios de los ritmos populares de Santo Domingo. Uno de los más generalizados es los palos, nombre con que se designa tanto al ritmo como a los membranófonos utilizados. Otros ritmos que recuerdan los ancestros africanos son la sarandunga, los congos, la jaiba y el chenche matriculado.
El acordeón, la güira y la tambora —instrumentos típicos del merengue dominicano— representan la unión de las tres culturas que formaron Santo Domingo: europea, aborigen y africana. Y la bachata, surgida en la marginalidad de las ciudades y calificada como “música de amargue” por sus letras melancólicas, hoy es reconocida a escala mundial. El baile no solo se limita a los bares y discotecas, también se practica en las tiendas de barrio, localmente llamadas colmadones, las cuales se adaptaron para sobrevivir a la llegada de los supermercados.
Deporte
El Museo del Deporte Dominicano está en el Centro Olímpico, construido para los Juegos Centroamericanos de 1974 y usado para los Panamericanos de 2003.
El béisbol es la gran pasión del pueblo dominicano y el estadio Quisqueya Juan Marichal es la sede de los equipos de la capital. Es tanto el amor por este deporte, que algunos equipos de las grandes ligas de Estados Unidos tienen escuelas en la isla para descubrir talentos.
Playa
República Dominicana es reconocida en el mundo por la belleza natural de sus playas. Muy cerca de su capital también podemos encontrar playas de arena blanca y agua color turquesa.
Boca Chica, a diez minutos del aeropuerto capitalino, posee una playa de unos cuatrocientos metros de largo. Esta playa nos deleita con ese color turquesa que contrasta con el azul oscuro del mar que se ve más allá de la barrera coralina. En este pequeño paraíso podemos relajarnos, cenar en la Marina Makey, viajar en bote y después ver el atardecer.
Eventos, bienestar y salud
Santo Domingo no solo atrae a los turistas. Aquí también se realizan cientos de convenciones y eventos, pues la ciudad tiene una muy buena infraestructura hotelera. Barceló, Hilton, Meliá, InterContinental y Sheraton son algunas de las prestigiosas marcas hoteleras presentes en la capital. Basta mencionar que en el malecón de la ciudad hay 1.035 habitaciones y 47 salones, el centro dispone de 1.998 habitaciones y 58 salones, y en la zona colonial hay 392 habitaciones y siete salones. Además existe una estructura hospitalaria de vanguardia y centros de salud con hotel integrado acreditados, que disponen de la capacidad técnica y lingüística para atender el turismo de bienestar y salud.
Santo Domingo es un destino completo, en donde la historia, la cultura, la gastronomía y los negocios se mezclan al ritmo de la música, que palpita en cada uno de sus habitantes. Ya de regreso, escucho mi nueva playlist y siento que Raquel Arias me dedica su éxito “¿Por qué te fuiste, dulce amor?”.