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PersonajesRavi Shankar: El mensajero

Ravi Shankar: El mensajero

By Guido Bilbao
Fotos: Cortesía El Arte de Vivir

Hotel Holiday Inn, San José (Costa Rica). Subo al último piso del edificio, donde está la suite presidencial. Me esperan quince minutos de charla con un hombre que, según dicen algunos, tiene el poder para cambiar el mundo. Se llama Ravi Shankar y es un gurú espiritual que no para de sumar adeptos a escala global.

Lo primero que se ve al salir del ascensor son quince personas sentadas en el piso del pasillo que llevan horas esperando solo para verlo pasar. Siempre sucede lo mismo, en cada lugar que visita: la gente se mete por las escaleras de incendio, salta los vallados… son una especie de polizones de la luz que quieren sentir las revelaciones de su presencia.

Me recibe una representante de El Arte de Vivir Costa Rica, organización internacional con sede en la India y desperdigada a lo largo de este cascote al que llamamos planeta Tierra. Promueve en cada país el pensamiento de Sri Sri, como le dicen sus fans. Plantea que por medio de la meditación, la respiración y la toma de conciencia, el mundo puede dejar de ser un infierno para convertirse en un paraíso. Sus fieles juran que hay un cambio de vida al aplicar sus enseñanzas. Los hay también que desconfían de su figura. Para saber quién es este hombre llegamos hasta aquí.

La joven que me recibe solo dice una cosa: que debo quitarme los zapatos para entrar a su habitación.

Cuando se abre la puerta para mi ingreso todos los que están en el pasillo se paran y se asoman detrás mío pero sin suerte: adentro solo hay una habitación inmensa, con el piso cubierto de mantas blancas, con más gente, todos como extasiados ante la inminente aparición del líder que los convoca. Hay un grado de devoción en la actitud de sus fieles que le imprime a la situación una atmósfera particular: parecería que es algo más que un hombre el que vendrá a mi encuentro: un santo, una deidad.

Aparece Ravi Shankar, por una puerta que estaba a mi espalda, y la primera impresión es que no es muy alto: arropado con túnicas blancas, sonríe con gentileza y camina con pasos delicados. Contagiado por la energía general, uno podría decir que camina como si se desplazara en el aire. Sorprendido, le estiro la mano y me saluda con un apretón delicado.

Luego se sienta y toma un pequeño aerosol blanco con tapa verde que aprieta varias veces sin lograr que funcione. Pregunto qué es.

—Desinfectante —me dice uno de sus colaboradores, que gentilmente se ofrece como traductor.

¿Cómo le explicaría a alguien que no lo conoce quién es Ravi Shankar?

No es importante que me conozcan a mí; lo importante es que se conozcan a sí mismos. Mi único mensaje para ellos es que vivan una vida libre de estrés. No estoy aquí para propagar un mensaje sobre mí mismo sino para proponer una sociedad feliz.

Pero la gente lo quiere conocer, de todas formas.

Si me quieren conocer, siempre estoy disponible y se pueden reunir conmigo en cualquier momento.

¿Cómo fue su infancia?

Mi infancia fue con un sueño para crear una sola familia mundial, de llevar la espiritualidad a todas las casas y a todos los individuos. Mi sueño era borrar las lágrimas de las personas; nunca pude aguantar que la gente se sintiera triste. Con un enfoque científico para el mundo moderno, enraizado en la sabiduría ancestral.

¿Y cómo nació esa conciencia espiritual en un niño?

Estaba ahí conmigo como algo muy natural. Y, por supuesto, mi maestro fue alguien que estuvo con Mahatma Gandhi mucho tiempo. Así que crecí escuchando sus historias y las de otros santos. Y ahora que estoy más viejo es al revés: soy yo el que paso tiempo con la gente joven.

¿Cuál es la figura espiritual que más admira?

Yo creo que cada niño es una figura espiritual. Cada bebé es espiritual. Nacemos al mundo con pureza en el corazón y claridad en la mente. Cada niño sonríe cuatrocientas veces por día.

¿Y qué pasa entonces con esos bebés que se vuelven hombres amargos?

En el transcurso del tiempo perdemos esa sonrisa. Porque no nos enseñan el valor de la no violencia. Porque no nos enseñan a liberarnos del estrés.

Para mucha gente, el estrés forma parte de los procesos naturales de la vida moderna. Como si no fuera posible la realización personal, el éxito o la creatividad sin atravesar procesos estresantes.

Si el estrés fuera necesario para ser productivo entonces Afganistán o el Líbano, donde hay tanta tensión y estrés, serían los lugares más creativos y exitosos del mundo. Y no lo son. No hay ninguna creatividad que haya nacido del estrés.

¿Cómo nació la idea de El Arte de Vivir?

Fue en 1981. Cuando el presidente de la Corte Suprema de la India y otros líderes de la sociedad me pidieron que difundiera mi mensaje. Para cada pintura necesitas un marco que la contenga. El Arte de Vivir es ese marco. Si hubiese sido por mí no habría organización. Fue gente muy generosa de la India la que comenzó El Arte de Vivir para compartir con el mundo algo que les hacía bien.

Hay gente que tiene dudas sobre el crecimiento de su organización y lo señalan como una especie de multinacional de la autoayuda más que como una organización espiritual. ¿Cómo recibe usted estas críticas?

Es una asociación sin fines de lucro, muy democrática. Tenemos un sistema mediante el cual cada uno o dos años cambiamos la junta directiva y todos los cargos. Algunos quisieran quedarse para siempre. Seguramente hay aquí o allá quién tenga un interés propio. Pero es una organización muy dinámica. El propósito no es el marco, es la foto; es difundir el conocimiento, no la organización. Y las críticas siempre son bienvenidas porque nos sirven para mejorar.

¿Pero usted no siente nada si lo acusan de farsante?

Mira, hay prejuicios en muchos países, que el gurú indio esto o el gurú lo otro… Y cuando llega el prejuicio algo se cierra en la mente. El prejuicio lleva al oscurantismo. Un doctor se puede equivocar, un abogado te puede engañar, un empresario te puede estafar. Pero no puedes meter a todo el mundo en la misma bolsa por algunas personas que no se comportan de forma ética. Eso se llama paranoia.

¿Cómo se hace para diferenciar un maestro verdadero de uno falso?

No tengo la menor idea. ¿Cómo haces para saber si alguien es bueno o no? Solo la experiencia te lo dirá.

Usted colaboró con el proceso de paz en Colombia. Incluso se dijo que la declaración del cese del fuego unilateral que hicieron las Farc fue el resultado de sus consejos de adherir a la no violencia que predicaba Gandhi. ¿Cómo vivió usted esa experiencia?

Está en mi naturaleza buscar la paz. Ya sea para los individuos o para las naciones. No hice nada extraordinario. Siempre digo las mismas cosas. En Irak, en áfrica o en Colombia. Me sentí muy normal…

Luego de la elección presidencial en Estados Unidos hay un gran temor por las cosas que podrían pasar luego del triunfo del Partido Republicano. ¿Qué consejos le daría a Donald Trump?

Yo no le doy consejos a quien no me los pida, pero diría una cosa. ¿Cuál es la diferencia antes de la elección y después de ella? Estados Unidos sigue siendo una democracia, un país que promueve la libertad. Los latinos han contribuido inmensamente al desarrollo de ese país. Son parte de Estados Unidos. Por lo tanto, no tenemos que preocuparnos demasiado.

Luego rebusca en una pequeña canasta y me regala dos bolsitas con almendras a modo de despedida. Mientras tomaban las fotos las abrí y me las comí. Al salir la representante de El Arte de Vivir me vio con las bolsitas vacías —y la boca llena— y abrió los ojos grandes.

—¿Y las almendras? —me preguntó—. ¿Te las comiste? Seguro estaban bendecidas, deberías haberlas guardado— me regañó.

Los fieles que estaban en el pasillo me preguntaban cosas mientras me ponía los zapatos.

—¿Qué sentiste? —me dijo una chica que hablaba rápido y me contó que mucha gente había cambiado su vida luego de verlo, que lo habían dejado todo para seguir sus enseñanzas. Que algunos periodistas llegaban con listas de preguntas pero lloraban al mirarlo a los ojos mientras algo nuevo nacía en ellos.

—¿Y a ti qué te pasó? Vamos, dime la verdad, ¿qué sentiste?

Biografía

Sri Sri Ravi Shankar nació en 1956 en el sur de la India. A los cuatro años era capaz de recitar partes del Bhagavad Gita, antigua escritura en sánscrito. Su primer maestro fue Sudhakar Chaturvedi, quien colaboró largamente con Mahatma Gandhi. En 1973 se graduó con títulos en literatura védica y en física. En 1981 fundó El Arte de Vivir como una organización internacional sin fines de lucro, educativa y humanitaria. Sus programas educativos y de desarrollo personal ofrecen potentes herramientas para eliminar el estrés y fomentar un sentido de bienestar. Como maestro espiritual, Sri Sri ha reavivado la tradición del yoga y la meditación. Además de revivir la sabiduría antigua, ha creado nuevas técnicas para la transformación personal y social. A lo largo de los 35 años de servicio de El Arte de Vivir, sus programas han elevado la calidad de vida de más de 370 millones de beneficiarios en 156 países. Como mediador en procesos de paz, ha participado en la resolución de distintos conflictos en Irak, Costa de Marfil, Cachemira, Bihar, Colombia y Cuba.

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