fbpx
PersonajesErika Ender: “Las mujeres estamos rompiendo barreras dentro de la industria”

Erika Ender: “Las mujeres estamos rompiendo barreras dentro de la industria”

Por Roberto Quintero
Fotos: Courtesy

Este será un año que Erika Ender nunca olvidará, pues justo cuando celebra sus 25 años de carrera artística como cantautora, compositora, productora y figura de la televisión, la artista panameña ingresó en el Salón de la Fama de los Compositores Latinos, convirtiéndose en la más joven de la historia en alcanzar dicho reconocimiento. Y además está “la cereza que corona el pastel”, como a ella le gusta llamarlo: el gran éxito mundial que tuvo “Despacito”, el tema que compuso junto a los puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee, que se convirtió en cuestión de horas en un fenómeno musical sin precedentes. Y es, sin lugar a dudas, la canción del año.

Por eso y mucho más, en 2017 Erika se consolida como una de las compositoras latinoamericanas más exitosas de la industria musical. Sin embargo, pocos conocen el largo camino que ha recorrido para alcanzar la consagración.

En 1992 inició formalmente su carrera: tenía 16 años cuando lanzó su primer single exitoso y su nombre fue mencionado por primera vez como solista. Sin embargo, no vacila en afirmar que está en el arte desde que nació: “No recuerdo un solo momento de mi vida en que no estuviese haciendo lo que hago hasta hoy. De hecho, pedía karaokes en vez de muñecas”.

En Panamá gozó de un éxito relativamente fácil, por ser un lugar pequeño en el que su talento destacó sin problemas. Sin embargo, el país carecía de una plataforma que le permitiera desarrollarse como cantante y compositora, así que tomó sus ahorros, armó maletas y, con solo 22 años de edad, emigró a Miami en busca de un sueño. “Llegué allá pensando que las cosas se iban a dar tan rápido como se dieron en Panamá, pero ese era otro mundo. Mis ahorros se acabaron al mes de haber llegado a Estados Unidos. Me tocó arrancar de cero”.

Le tomó tiempo demostrarle a la industria que su material tenía el peso suficiente para que otros artistas lo grabaran. “Más siendo mujer y queriendo abrirme camino como compositora en el mundo de la música, cuando prácticamente no había. Fueron una serie de obstáculos que me encontré, que con una sonrisa y con humildad fui derribando. Pero me di contra la pared varias veces”. Hasta que su compatriota Omar Alfano le pidió que escribiera la letra de la versión en inglés del hit “A puro dolor”, interpretado por Son By Four, y la canción entró exitosamente en las listas Billboard del mercado anglosajón. Luego siguieron “Candela” y “Ay mamá”, sus primeros éxitos compuestos para Chayanne. El dúo Azúcar Morena grabó un tema suyo que alcanzó el número uno en España. El resto es historia.

Mencionaste que fue difícil abrirte camino como compositora, siendo mujer. ¿Qué obstáculos tuviste que enfrentar?

Yo grababa mis canciones, cantadas por mí a piano y voz, hacía mis demos y se los mandaba a los artistas y a las disqueras. Y en varias ocasiones me contestaron: “Muy linda tu canción, pero es muy femenina”. Y yo revisaba el tema y no entendía de qué me estaban hablando. Entonces le pedía a un amigo que la cantara para grabarla nuevamente. La mandaba a otro lado y la firmaba como E. Ender, en vez de Erika Ender, y la canción entraba al disco. Al principio no quise verlo como sexismo, porque creo que al final la canción era buena, pero la industria no estaba acostumbrada a tener mujeres, mucho menos mujeres tan jóvenes. Hoy por hoy, ya no importa; ya mi nombre está hecho.

Más allá de que hayas sorteado esos obstáculos, ¿crees que las cosas han cambiado en la industria para las mujeres?

Las cosas han cambiado porque cada vez somos más mujeres y estamos dando grandes resultados, entonces no hay forma de tapar el camino que está bien trazado. Yo no puedo hablar mal de mis colegas hombres: todo el mundo me respeta, respetan mi trabajo y yo el de ellos. Pero es una industria que mayormente está liderada por hombres. Al menos el mercado latino. En Brasil y Estados Unidos, las mujeres llevan la batuta. Hoy seguimos siendo pocas las compositoras que destacamos, pero poco a poco las mujeres estamos rompiendo esas barreras. Y lo mismo está pasando en la sociedad en general.

¿Cómo fue esa primera reacción cuando empezaste a ver el fenómeno en que se convirtió “Despacito”?

El primer día que salió la canción ya estaba de número uno en catorce países. Recuerdo que ese mismo día me metí a YouTube y vi que íbamos por no sé cuántos millones de reproducciones y dije “Wow, esto va muy rápido”. Yo estoy acostumbrada a que una canción tome unos dos o tres meses en su escalada a la fama, no a que lo logre el mismo día. Llamé a Luis Fonsi para felicitarlo y ya, ahí lo dejé. No soy del tipo de artista que se obsesiona con los números. Y de pronto, con el pasar de los días, empiezo a ver cómo va creciendo esa bola de nieve.

¿Imaginaste que iba a pegar tan fuerte así?

No [risas]. Yo sí sabía que teníamos un éxito en las manos, porque quien trabaja de esto sabe cuándo tiene un éxito en l

as manos. Ni siquiera es que lo intuyas; lo fabricas. Porque ya tú tienes los elementos para fabricarlo. Y si estás conectado con la inspiración y Papá Dios te puso la chispa adicional, la canción sale más rápido.

¿Cómo surgió la canción?

Es una canción que salió de dos amigos que se volvieron a juntar, como tantas otras veces. Soy amiga de Luis Fonsi desde hace más de diez años y ya hemos escrito juntos para sus discos anteriores. Me dijo que fuera a su casa, que quería empezar a escribir para su disco nuevo. Llegó y me dijo que tenía una idea desde la mañana y me cantó “Despacito, vamos a hacerlo en una playa en Puerto Rico”. Y le dije yo: “Hasta que las olas griten ¡ay bendito!” y me empecé a reír porque me encantó la idea. Ahí le propuse hacer cambios en las notas, terminamos de construir el coro y arrancó el concepto de la canción de arriba abajo; buscando una canción que lo sacara a él de la balada pop y lo trajera hacia la nueva tendencia, porque era lo que él quería.

Lo hicimos con una guitarra, de forma súper orgánica y buscando un sonido moderno, pero con buen gusto y clase. Y cuidando el papel de la mujer, porque el género urbano es muy agresivo con la mujer y la objetiviza. La llenamos de melodía y de una letra que está llena de poesía y metáforas, pero es fácil de conectar con la gente. Y nos fuimos por esa vía, trabajando sobre la idea de hacer algo diferente, divertido y con un mensaje bueno: que la gente se tomara las cosas más despacio, que se sedujera más despacio. Y nada, salió esto, con tan solo una guitarra, y se comió al mundo. Luego él invitó a Daddy Yankee, quien puso el rap y puso el “pasito a pasito”, que fue el pos coro.

Se han hecho muchísimas versiones del tema, en casi todos los idiomas. ¿Pero cómo fue que Justin Bieber quedó grabando “Despacito”?

Un día Luis me llamó y me dijo: “Erika, me acaba de llamar la gente de Bieber para decirme que escuchó ‘Despacito’ en Colombia y vio la gran reacción de la gente”. Nosotros ya teníamos una versión en inglés que iba a cantar Fonsi con otro artista. No estaba grabada aún, pero sí estaba hecha. Y me preguntó qué pensaba yo de que la grabara Bieber. Para mí era una bendición, pero le dije: “Tú eres el que tiene que estar contento, porque tú eres el que vas a dar la cara con él”. Y así fue. Para mí, le dio una gran refrescada a la canción y siguió creciendo esa bola de nieve. Y hoy por hoy, bendito Dios, me permite ser la mujer en la historia de la música con más tiempo con un número uno a nivel global, como compositora, y con más tiempo en el número uno en la lista anglo Billboard, porque logramos empatar con Mariah Carey, que era la que tenía ese record.

Con “Despacito” no tuviste un gran éxito, tuviste un éxito que no le pasa a cualquiera. ¿Cómo estás viviendo este momento?

Es muy lindo, me ha tocado esa lotería que les toca a los compositores una vez cada treinta años. Y no es por menospreciar mi trabajo ni mi talento, porque creo que cada paso del camino ha sido ganado, merecido y luchado; pero la verdad es que somos muchos colegas dentro de la industria que hacemos un gran trabajo, aunque no a todo el mundo le toca un éxito de este tamaño. Lo que yo siento de verdad es que Dios es tan bueno, que me está premiando en el año en que cumplo 25 años de carrera y estoy entrando en el Salón de la Fama. Y me está dando la oportunidad de estar en el spotlight en este momento para servir como un ejemplo positivo para la juventud. No para que sean como yo ni para que me vean como la gran cosota, sino para que vean y piensen: “Si ella pudo hacerlo, y pudo hacerlo de forma limpia, yo también puedo”. Estoy agradecida, porque mi misión de vida se está llevando a cabo.

 

aa