Fuera de Juego de viaje
Por Álvaro Sarmiento Meneses
Fotos: Carlos Gómez
Gira el balón las 24 horas como gira la Tierra. El fútbol es hoy uno de los principales espectáculos deportivos y de entretenimiento con cientos de transmisiones televisivas, radiales, impresas y online. Siguiéndole el ritmo al movimiento del balón, la cadena estadounidense de deportes ESPN, en su versión en español para Estados Unidos y Latinoamérica, decidió trasladar la emisión de su programa Fuera de Juego a Panamá, el pasado 30 de marzo. La idea era aprovechar la llamada Fecha FIFA, que permite a los clubes ceder a sus jugadores durante una semana para que disputen partidos eliminatorios o amistosos con sus selecciones nacionales. En la capital panameña fueron recibidos con afecto y se movieron tan cómodos “como peces en el agua”. El equipo de ESPN arribó con cinco de sus integrantes, trayendo como banderas al legendario Mario Alberto Kempes campeón con Argentina y goleador del Mundial del 78, quien ejerce como comentarista y al destacado presentador y narrador salvadoreño Fernando Palomo. Dialogamos con ellos sobre su vida, su visión del deporte y el programa.
Mario, tu nombre en el fútbol se escribe con letras en relieve. ¿Eres una persona feliz?
Soy muy feliz: hice las cosas que soñé de chico, tuve la suerte de que me destaqué en mi ciudad, Bell Ville, después me enviaron a Córdoba y fui progresando. Pero, de alguna manera, debía tener esa pizquita de suerte para que alguien dijera: “Bueno, llevátelo… y si hace un gol antes de los quince minutos te lo regalo”. Hice dos. Podría no haber hecho ninguno y a lo mejor me devolvían; la suerte también es importante. Soy una persona que ha hecho todo lo que tenía que hacer a nivel futbolístico, y bueno, eso me permite estar en ESPN y seguir divirtiéndome con el fútbol.
Fernando, te destacaste en la práctica de la jabalina y estudiaste mercadeo. ¿Reconoces, en el fondo, que el fútbol es el rey de los deportes?
Mi camino no es convencional. Lo mío pasaba por llevar la práctica del deporte al máximo de mis capacidades, y el atletismo fue un deporte que me cautivó, pero no por esto el fútbol estaba lejos de lo que me gustaba. Soy de una familia de deportistas y apasionados por el fútbol. Entrenaba atletismo de lunes a sábado, pero el domingo veía fútbol con mis hermanos. Cuando era chico veía jugar a Mario y seguí a generaciones de futbolistas. No estudiar algo relacionado con el periodismo en televisión o el periodismo deportivo, era una cuestión de ambición de vida más cercana al gusto de lo que mi padre quería que al gusto de lo que yo habría preferido. Y no porque él me forzara a hacer nada que yo no quisiera ser, pero me gustaba esto y me fui dedicando a ello.
Mario, ¿cómo fue cuando viste a Fernando por primera vez?
(Mario) La primera vez le di la manita, para que arrancara y después lo largué [risas].
(Fernando) Me voy a meter un poquito. Cuando hicimos nuestra primera final de Champions, Mario notó que yo tenía una ansiedad importante para que fuera un buen trabajo de mi parte sobre todo…
(Mario) Desde aquel día hasta hoy.
(Fernando) A Mario le voy a agradecer un gesto, que quizá nunca contempló. Había generado tanto impacto en mí. Estábamos afuera del estadio en Atenas, en la final de la Champions en 2007. Me dijo con cariño: “Cabezón, ¿pero por qué tenés tanta preocupación? Dame la mano… vení, yo te llevo”. Eso me relajó, me hizo sentir que no era otro partido más, pero era un partido y no tenía que ponerme tan nervioso. El gesto genuino del veterano me tranquilizó.
(Mario) Desde el día que lo conocí, admiré su preparación antes de los partidos. Es una persona que no se quiere equivocar en nada. Si va a decir algo de Messi, que no le falte una letra o un número. Te digo que he escuchado a muchísimos narradores y he aprendido bastante en Argentina. Fernando es de los mejores.
Mario, ahora como comentarista, ¿desde este ángulo se entiende mejor el trabajo de los periodistas?
Hay periodistas que hacen buen periodismo y periodistas que le buscan las cinco patas al gato. Ha habido, los hay y los habrá porque siempre hay uno que rompe con las reglas. Si todos fueran iguales no habría tanta polémica, pero creo que el periodismo es como jugar al fútbol: cada uno va a defender lo suyo; pero si lo hacés de la mejor manera, siempre vas a tener mayores oportunidades para conseguir aquello que vos querés.
Fernando, ¿se puede entender la magnitud de lo que representa hoy el fútbol como negocio de entretenimiento sin medios de comunicación y periodistas que difunden permanentemente su actividad?
Hay dos caminos. El primero es el matrimonio entre la televisión y el fútbol, el cual ha provocado que el fútbol llegue a esta dimensión. El fútbol crece en función de los ingresos y en la medida que crecen los derechos de televisión, aportando al espectáculo y al salario de los grandes jugadores y demás. El otro es continuar con la tarea del periodista. Siempre recuerdo lo que Ryszard Kapu≈õci≈Ñski dijo: “El trabajo de los periodistas no consiste en pisar la cucaracha, sino en encender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”. En ese camino yo trato de manejarme dentro de la mayor objetividad posible, y mi tarea no es pisotear gente, mi tarea es dar luz. Hay cosas que incomodan a muchos de los protagonistas, y la tarea del periodista no es hacerlos sentir cómodos; es decir las cosas que se saben. Siempre que se diga la verdad y que se sea respetuoso con lo que vincula directamente al protagonista.
Mario, ahora que no juegas, ¿Fuera de Juego te ha dado una dimensión global del fútbol?
Diferente. Ayer lo jugaba y lo disfrutaba, hoy lo miro desde afuera y también lo disfruto. Ahora las comunicaciones son más fluidas: hoy hay un gol en Italia y lo estás viendo rápidamente en la China o al revés. Se puede analizar mejor.
Fernando, ¿a qué se debe el éxito de Fuera de Juego?
Si Fuera de Juego ha sido más atrayente que otros programas, me siento agradecidísimo. Cuando preparamos el programa, pensamos en tratar de ser lo más cercanos al fútbol posible. No tenemos un lugar exclusivo de referencia regional; nuestro lugar de referencia es todo el continente: es un programa de Latinoamérica, del futbol latinoamericano, de los latinoamericanos en Europa, del fútbol europeo y de nuestras selecciones. Es cierto que el fútbol está acompañado por un mundo que incluye los negocios, la política, el comercio, la farándula… Nosotros tratamos, en la medida de lo posible, de mantenernos en el juego en sí. Cuando hablamos de un hotel en Suiza donde se han dado redadas policiales y que sacan esposados a dirigentes del fútbol, lo tenemos que exponer. Me siento avergonzado por no darle más tiempo a la búsqueda de esos hampones que viven del juego, pero en realidad lo que más nos gusta es el juego.
¿Y el juego, como juego, sobrevivirá a todos esos hechos adversos?
El juego ha sobrevivido al juego mismo. Cuando se creía que iba destinado a que todos los partidos terminaban 0-0, encontró al Brasil del 70, luego a Johan Cruyff y Holanda. El juego encuentra siempre una manera de superar sus propios apocalipsis.
En la región, ustedes son dos de las voces principales de uno de los videojuegos más vendidos del mundo: FIFA (en sus diferentes versiones anuales). Los jóvenes lo siguen y lo juegan con pasión. ¿Qué dinámica conlleva la participación?
(Mario) Allí juega la imaginación de uno en una cancha de fútbol.
(Fernando) Es un proceso divertido, no vemos nada…
¿No ven en la pantalla a los jugadores moviéndose en el campo?
(Fernando) No. Es una cabina cerrada. Vemos el partido imaginariamente. Hay una guía de un archivo que es referente a una jugada. Cuantas jugadas puedan pasar en el fútbol, el juego las contempla. Nosotros, antes de sentarnos a grabar, hablamos de cinco o seis opciones. Entonces hacemos los relatos de esas jugadas. Escuchamos nada más el ruido del público. Creo que Mario se imagina un estadio en el que ha relatado 80.000 frases. Yo me imagino un estadio completamente distinto en el que hemos relatado juntos 80.000 frases.
(Mario) A veces lo que dice él no tiene nada ver con lo que digo yo. Cambia la nómina o el equipo, la mejor defensa o el peor ataque.
(Fernando) Sí. Porque lo que digo yo lo unen con una situación, y lo que dice Mario lo unen con otra. Es un proceso en el que hablamos por una hora sin saber de qué hemos hablado y termina en el videojuego. Lo demás lo hace Disney. También nos critican bastante. Porque tratamos de hacerlo más divertido. Nos burlamos un poco; algo que no haríamos en una trasmisión en directo. Una vez un jugador me escribió y me dijo: ¿Por qué me ofendes en el juego? Y otro me escribió por WhatsApp para decirme: “Dale saludos a Marito, buena transmisión”. Yo estaba en casa tomando café y le contesté: “No estoy relatando”. Tres minutos después me respondió: “¡Ufff! Eso eran mis hijos, que están jugando FIFA en el cuarto”.
Continuando con el tema de la tecnología, ahora aplicado al juego mismo, la FIFA aprobó recientemente el uso de la asistencia del video durante la próxima temporada, de forma experimental offline, sin comunicación entre el árbitro y el asistente de video. Después serán online, con comunicación y decisión a partir de la temporada 2017-2018. Son cuatro jugadas incluidas: goles marcados, tarjetas rojas, penales y errores sobre la señalización de quién cometió la falta. ¿Es un gran adelanto o ustedes tienen una posición conservadora al respecto?
(Fernando) La tecnología no va a resolver nada. Salvo decirle al árbitro que se equivocó.
En los deportes, la tecnología ha sido de gran ayuda en Estados Unidos. ¿No es el momento de utilizarla más, de apoyarse en una herramienta que puede impedir decretar penales que no son, adjudicar tarjetas amarillas que no ameritan, de echar al traste con una inversión y un trabajo de un equipo por una decisión injusta?
(Mario) Para mí, que se utilice sólo para el gol, que es lo más conflictivo. Porque en el fútbol le quitas todas las cosas lindas que tiene y lo vas a hacer ahora como un videojuego, entonces no va haber polémica. Si mecanizamos todo, y lo hacemos todo tipo robot, el fútbol va a perder.
(Fernando) No estoy de acuerdo con que la tecnología entre a resolver cosas que afectarían directamente el resultado de un partido. Que hay un penal o que algún jugador se tiró, hasta allí.
Mario, regularmente te preguntan por quiénes son los mejores jugadores del fútbol. Homenajeando al desaparecido Johan Cruyff, quiero cambiar la pregunta ¿Cuáles son los mejores entrenadores?
(Mario) ¿Así, a quemarropa?
Así, a quemarropa, como cuando la pelota te cae por sorpresa.
Uhm… Mourinho, Pep Guardiola, Luis Enrique (en este momento)…
¿Y Johan Cruyff?
Me sorprendió más como jugador, pero ya está, ponelo: Johan Cruyff.
El equipo completo
Andrés Agulla, Ricardo Ortiz y Alexis Martín Tamayo (más conocido como Mr. Chip) también fueron parte destacada del equipo periodístico de ESPN que realizó el programa desde Panamá. Sus nombres han ganado relevancia por la versatilidad de deportes en los que se han movido profesionalmente, vertiendo en el fútbol sus amplios conocimientos.
Andrés Agulla: un hincha sin camiseta
Es uno de los presentadores regulares del programa, junto con Palomo. Elocuente y apasionado al hablar, se confiesa hincha de dos equipos: River Plate y la Selección Argentina, aunque aclara que cuando trabaja no se pone ninguna de las camisetas. “A la hora de analizar un partido, busco medir a todos los equipos con la misma vara”. Con vasta experiencia en el automovilismo, sobre todo en las competencias de NASCAR, IndyCar y Fórmula Uno, sabe que la mayor debilidad de los argentinos es el fútbol. Por ello, cuando se le inquieta preguntándole si el fútbol es la madre de todos los deportes en la Argentina se explaya: “Es la madre, la esposa, la tía, la hermana, la prima; es el deporte número uno, la pasión nacional. Tener un Kempes, un Maradona, un Messi, dos títulos del mundo, termina en una cuestión cultural”.
Andrés maneja un panel de comentaristas en el que todos saben de fútbol, pero no siempre están de acuerdo. La clave para mantener el equilibrio “es entender que podemos discernir y debatir en un ambiente de respeto. Saber que plantarme frente a una cámara y decir que vos estás equivocado no significa que te esté faltando el respeto”.
Mr. Chip o la razón Moneyball
Alexis Martín Tamayo es ingeniero en telecomunicaciones, pero la estadística es la que le ha dado trascendencia; por ello se le conoce como “Mr. Chip”. Su recorrido en el periodismo deportivo inició en 1998 en el diario español As. Pero detuvo su andar para dedicarse de lleno a su trabajo en Telefónica. Diez años después (2008) España ganó la Eurocopa, entonces se vinculó a la radio en Onda Cero: “Allí podía compaginar los dos trabajos y tener tiempo para dormir”. Cuando España se coronó campeón en Sudáfrica 2010 hubo gran demanda de información deportiva y cuatro diarios impresos (Marca, As, Mundo Deportivo y Sport) se disputaron el mercado. Tamayo retomó sus colaboraciones con As y lo contrataron en ESPN. Entonces dijo adiós a Telefónica: “Aunque ganara menos dinero, estaba haciendo lo que más me gusta. Aquí me puedo pegar quince horas trabajando y no miro el reloj, en Telefónica había un momento en que miraba el reloj y decía ‘falta un ratito… falta un ratito’, y cuando te pasa esto es que no lo estás pasando bien”.
Mr. Chip se convirtió en el referente de la estadística en el fútbol. A diferencia del béisbol o el baloncesto, donde la estadística tiene gran incidencia, el fútbol la utilizaba muy poco. Fue él quien la gestionó como nuevo elemento informativo, y de allí el acierto.
Ricardo Ortiz: visión estadounidense
Baloncesto de la NBA, boxeo, tenis, automovilismo y, por supuesto, fútbol son los deportes en los que Ricardo Ortiz se ha destacado como narrador o comentarista. Nacido en Nueva York, su fluido español con acento argentino puede conferirle una nacionalidad que no le corresponde, producto de los ocho años que vivió en la Argentina. él se presenta “orgullosamente estadounidense”.
En el ámbito informativo hay una percepción de que una parte de los periodistas deportivos son deportistas frustrados. Al respecto, Ortiz comenta: “Sí y no. El deportista frustrado, desde mi punto de vista, puede llegar a ser más agresivo en sus comentarios, pues desde sus propias frustraciones analiza como él lo habría hecho si lo hubiese logrado. Otros realmente querían ser periodistas, y lograr hacer una diferencia, ser un modelo. Cualquiera de los dos caminos es válido. A los deportistas que han tenido éxito y quieren ser periodistas les cuesta horrores. Entonces eso me da a entender que esta vía es una cosa y la del estudio otra”.
Latinoamérica es la principal cantera de la que se nutre el mercado europeo. Para el futbolista supone dar el paso soñado pero, para algunos analistas, aunque ganan táctica, pierden espontaneidad en el juego. Según Ortiz, “en Europa te robotizan, en el buen sentido de la palabra: tienes que pensar en pasar la pelota, ayudar en defensa, correr al espacio y llevarte la marca permanentemente; no te puedes quedar un minuto tranquilo, y eso te saca un poco la picardía, la habilidad nuestra. Hace ya décadas, en Argentina, Brasil y Uruguay, los jugadores son más europeizados que de su propio país, pero esto los ha hecho más profesionales”.