CMAR, autopista de vida
A través de Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica corre una autopista submarina por la cual se desplazan criaturas gigantes sin contemplar fronteras. El Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR) es una iniciativa transnacional que pretende garantizar el libre movimiento de estas especies y su conservación.
Por Javier Pinzón
Fotos: Cortesía
Nuestros océanos son hogar de inimaginables criaturas gigantes: ballenas, delfines, tiburones, mantarrayas y tortugas marinas nadan en el vasto océano, ignorando las fronteras humanas. Estas criaturas, que conforman un grupo conocido como megafauna marina, necesitan gigantescas áreas para poder desplazarse entre sus zonas de alimentación, reproducción y apareamiento con el fin de mantener sus poblaciones saludables. Además, usan corredores marinos para desplazarse entre diferentes hábitats, lo que permite que fluya la diversidad genética entre sus poblaciones. Por este motivo, se requieren medidas adecuadas de conservación y gestión multinacional para proteger la megafauna marina y preservar la salud de sus ecosistemas.
Esta es la razón por la cual existe el Corredor Marino de Conservación del Pacífico Este Tropical (CMAR), una singular iniciativa cuatripartita dirigida a la conservación de una de las áreas más biológicamente diversas del océano. El corredor —que reúne aguas de Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica— se caracteriza por su extraordinaria productividad marina, que provee múltiples servicios ecosistémicos y permite la distribución de especies marinas únicas, incluyendo alrededor de 160 especies endémicas y migratorias, muchas de ellas amenazadas o en peligro de extinción.
En el 2004, la Declaración de San José hizo realidad este sueño; cinco áreas protegidas en cuatro países actuando coordinadamente para proteger la fauna y los ecosistemas marinos del Pacifico Este Tropical. En esa declaración se estableció el CMAR, centrando sus objetivos en la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y los recursos marinos y costeros en las áreas protegidas y zonas de influencia de los cuatro sitios marinos patrimonio mundial de la Unesco: las islas Galápagos (Ecuador), Malpelo (Colombia), isla Coiba (Panamá) e Isla del Coco (Costa Rica), los cuales, sumados a isla Gorgona (Colombia), constituyen las cinco áreas núcleo de la iniciativa.
Para su manejo, el CMAR tiene Presidencia y Secretaría pro tempore, dando la oportunidad a cada país de presidirlo por un período determinado. En 2022 Panamá asumió la Presidencia y desde entonces el ministro de Ambiente, Milcíades Concepción, lidera el camino, con el respaldo del director nacional de Costas y Mares, José Julio Casas, como secretario técnico pro tempore del corredor. La Secretaría ha estado trabajando fuerte para coordinar la implementación del plan de acción del CMAR en colaboración con los cuatro países que forman parte del corredor en actividades regionales enfocadas a la ciencia, investigación y monitoreo, la efectividad del manejo de áreas protegidas, el turismo y la pesca responsable. El CMAR pretende también
controlar la pesca ilegal y las especies invasoras, así como la toma de acciones que permitan una mayor adaptación y mitigación del cambio climático, incluyendo una hoja de ruta para el fortalecimiento de la estructura de gobernanza y financiera del corredor. Todas estas acciones se basan en los esfuerzos que cada país ha estado haciendo individual y regionalmente para elevar la categoría del corredor a niveles sin precedentes.
Fortalecimiento
Debido a su gran área de influencia, los procesos para asegurar el alcance de los objetivos del Corredor son todo un reto. Isla del Coco (Costa Rica) se ubica a 625 kilómetros al suroeste de la isla Coiba (Panamá), a 630 kilómetros al oeste de la isla Malpelo (Colombia), a 1.024 de isla Gorgona (Colombia) y a unos 681 al noreste de la isla Pinta, en el archipiélago de las Galápagos (Ecuador). El plan de fortalecimiento incluye un gran número de actividades, desde capacitaciones al personal hasta investigaciones que permitan tomar decisiones de manejo basadas en la ciencia.
El CMAR es una iniciativa voluntaria que se viene desarrollando por la responsabilidad y los compromisos adquiridos por los ministerios de Ambiente de los países miembros. Esto ha permitido el trabajo en consenso a lo largo de estos casi veinte años; aunque en la actualidad está en un proceso de revisión que buscar fortalecer este aspecto.
Nuevas áreas
El corredor no para de crecer. Aunque ya se extiende a través de cinco impresionantes áreas protegidas en cuatro países, información científica generada por los socios del CMAR ha identificado otras zonas que están conectadas ecosistémicamente con las áreas núcleo que lo conforman ahora. En la última reunión del Comité Ministerial, celebrada en marzo de 2023, se propuso evaluar la posibilidad de incluir nuevas áreas dentro de los países que conforman la iniciativa.
Del mismo modo, países que no forman parte del CMAR se han sumado al trabajo colaborativo, basados en la conexión científicamente comprobada entre áreas marinas protegidas, como el caso de Revillagigedo, en México, y del atolón de Clipperton, que es territorio francés en el Pacífico Oriental Tropical; las cuales únicamente hacen parte del grupo regional de trabajo de áreas protegidas.
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