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CentroaméricaBeliceBelize, la magia de lo inesperado

Belize, la magia de lo inesperado

En pocos lugares del mundo se tiene todo lo que ofrece Belize. Puede pasar de un bosque de pinos cubierto de neblina con cascadas de agua templada hasta las playas más paradisíaco para hacer esnórquel. Todo junto en un país de gente amable, comida rica y cuya “Isla Bonita” quedó inmortalizada en una canción de Madonna.

Por Alexa Carolina Chacón

Fotos: Rommel Rosales

 

“… I fell in love with San Pedro”. Madonna nunca atribuyó el título de su canción “La Isla Bonita” a San Pedro, en Belize, pero ellos sí se adueñaron de ella. Tienen todo el derecho. Desde el aire veo de las aguas turquesas con fondo coralino que rodean amplias playas de arena dorada. Al aterrizar encuentro música sonando en cada esquina. Esta es la zona de Belize que responde a ese pueblo de playa animoso, locales comerciales, turistas, hoteles y restaurantes. Se siente vivo.

Hace contraste con la exuberante naturaleza boscosa y fresca de mis primeros días en el país. Ella también está viva, pero de otra manera. Las bonanzas naturales y culturales de Belize se extienden en todo su territorio, bendecido por cascadas, cuevas enormes y su herencia cultural maya. La historia de Belize es como la de muchos países latinoamericanos: una mezcla de orígenes que juntos forman una sociedad variopinta. Descendientes de africanos, europeos y mayas, en Belize se vive la multiculturalidad de manera natural.

Con todo lo antes mencionado, Belize sigue sintiéndose cercano. Un viejo conocido en forma de gente sin pretensiones que le deja con un maravilloso sabor de boca. Como dice el dicho: fui buscando cobre y terminé encontrando oro.

Entre cuevas, selva y cascadas

El San Ignacio Resort Hotel sirvió como punto de partida para conocer la parte montañosa y cultural de Belize. El pueblo de San Ignacio, en el Cayo District, está ubicado a dos horas del aeropuerto internacional del país. Pintoresco y tranquilo, sirve para entender y conocer las zonas rurales. De aquí partimos a Mountain Pine Ridge, una de las reservas naturales más importantes de Belize.

Manejamos una hora rodeados de vegetación tropical a una zona de acampar perfectamente adecuada para recibir visitantes. Veredas de piedra conducen al visitante a la cueva Río Frio, donde se admira el poder corrosivo del agua sobre la piedra caliza. Aquí tenemos nuestro primer encuentro con vestigios de la presencia de los mayas en el país. Para la cultura maya las cuevas representaban la dualidad entre la vida y la muerte. Si son portales, este es uno inmenso. Nuestro guía se asegura de decirnos que esta cueva es mediana en comparación con otras en el territorio. Si esto es impresionante, lo siguiente es difícil de poner en palabras.

Media hora más adelante la flora cambia drásticamente. Hay pinos y el aire se va refrescando. La neblina hace su aparición y me hace sentir en un universo paralelo. Tal vez los mayas tenían razón y Belize sea, en efecto, un portal. Desde un mirador vemos las piscinas naturales de Rio On. Son pozos ubicados en unas especies de escalones de piedra que forman una gran caída de agua. Manejamos un par de minutos más y llegamos a la entrada de Big Rock Falls, una cascada de 45 metros de alto rodeada de piedra y pinos que al caer forma una piscina de agua templada. No soy la más experta en la naturaleza, nunca he hecho algo como esto. Entro y el agua fría me pone alerta. Algo se apoderó de mí y nadé hacia la piscina natural, al pie de la cascada.

Sentada ahí admiré la fuerza del agua… un escenario de película.

Campo en Belize

Historia que se mantiene viva

Ajaw es un sitio ideal para empezar a entender la influencia maya en Belize. Allí pretenden mantener viva la tradición que heredaron de sus ancestros y explican cómo la semilla del cacao se transformaba en chocolate usando una piedra de moler; el grano se convertía en pasta, y luego se le agregaba agua para obtener la bebida.

Uno de los mayores encuentros con la cultura maya se realiza en Xunantunich, a un kilómetro de la frontera con Guatemala. Para llegar se cruza el río Mopán sobre un ferri de manivela sujetado por grandes cables de metal. Del otro lado nos espera un imponente castillo de cuarenta metros con grandes escalones, que subimos mientras el guía explica cada detalle. Arriba, una cómoda brisa invita a admirar el complejo arquitectónico completo. La paz que se siente es especial. Nadie que viaje a Belize debería dejar de visitar este lugar.

Y llegamos al Caribe

De Cayo District manejamos hacia Placencia, a la orilla del mar. El centro del pueblo está ubicado en el muelle. Colorido, movido, con comercios encantadores donde se venden desde artesanías hasta artículos para el día a día.

Partimos temprano en la mañana hacia Laughing Bird Caye y Moho Caye con el equipo de Go Sea Tours para hacer esnórquel y disfrutar de las islas. Aquí nos reciben palmeras, pequeñas estructuras para comer algo y grandes personalidades: cada capitán y turoperador es más especial que el anterior. En camino a la primera parada el capitán nos pregunta si comemos langosta. El sí que respondimos mi fotógrafo y yo se pudo haber escuchado hasta Panamá. Paró en medio del mar, donde sabía que podría encontrarlas, y minutos después teníamos con nosotros lo que sería nuestro almuerzo. En Bird Caye nos preparan para hacer esnórquel. Nuestro guía nos cuenta detalles de cada pez, los nombra y está siempre alerta para enseñarnos algo especial. Vemos nuestro primer tiburón nodriza descansando plácidamente en la arena a pocos metros de nosotros.

La experiencia marina en Placencia termina en una paradisíaca isla donde nuestro guía y capitán preparan a la parrilla la pesca del día acompañada del ya conocido rice and beans, un clásico de Belize.

Playa de Belice

¡Me enamoré de San Pedro!

Después de Placencia, un sitio con movimiento pero tranquilo dentro de todo, llegar a San Pedro es revolucionario. A la Isla Bonita se llega tomando una pequeña avioneta desde Belize City. Sobrevolando el mar, compruebo que Belize alberga la segunda barrera de coral más grande del mundo, después de la Gran Barrera de Coral en Australia. Esta se extiende a lo largo de unos trescientos kilómetros en la costa del país. Las actividades marinas para realizar en San Pedro son casi infinitas; sin embargo, el esnórquel sigue siendo un indispensable. Desde el hotel Ramon’s Village Resort se toma un tour hacia el Hol Chan Marine Reserve, también conocido como “el pequeño canal”, donde la experiencia anterior se eleva: nadamos con un cardumen de tiburones nodriza en el Shark Ray Alley. También nos encontramos con una mantarraya inmensa, varias tortugas y a Dory, quien seguro estaba buscando a Nemo.

A San Pedro también se va a divertirse. El tour incluye una visita a Secret Beach, donde el ambiente es de rumba. De regreso al pueblo encontrará bares al borde de la playa, restaurantes con movimiento nocturno y opciones de tours como el Belizean Bites Lunch, que lo lleva a experimentar la cocina tradicional del país en varios comercios: desde la cocina maya, el sabor criollo y, por supuesto, rones locales. Es el tour perfecto para conocer el pueblo.

Belize es un país que da más de lo que uno le pide, donde la gente amable es la cereza del pastel de una oferta turística que se conecta con lo más importante: una naturaleza bien cuidada que quieren compartir con el mundo. Vaya y me cuenta.

Hiking en el Parque Nacional Billy Barquedier

Después de conocer las frías cascadas de Mountain Pine Ridge quedamos con la duda de si había en Belize naturaleza que respondiera a la visión tropical que teníamos del país antes de visitarlo. La respuesta llegó rápidamente en el Parque Nacional Billy Barquedier, una región atravesada por las cuencas de los ríos Mullins y North Stann Creek. Este parque fue establecido con el propósito de preservar no solo el arroyo, vital como cuenca hidrográfica para los habitantes de Steadfast Village, sino también para conservar la sorprendente biodiversidad del área. De hecho, durante nuestra visita vimos las huellas de un jaguar en el camino.

El sendero ofrece una caminata sencilla de unos quince minutos a través de la selva, siguiendo el curso del arroyo que fluye desde la cascada hasta la majestuosa caída de agua que se origina en las montañas mayas.

Belice verde, naturaleza

Gran Hoyo Azul… un indispensable

Desde San Pedro se toma una avioneta que lo lleva exclusivamente a ver el famoso Hoyo Azul desde el aire. Ubicado en el centro del Lighthouse Reef, a setenta kilómetros desde tierra firme, el hoyo tiene 318 metros de diámetro y 124 metros de profundidad. Es impresionante poder ver desde arriba, y volando bajo, los matices de azul y lo perfecto que es el circulo. La naturaleza se lució en Belize.

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