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Basilica de Notre-Dame de Montreal

Texto y fotos: Javier A. Pinzón

Exteriores

Ubicada en el corazón del Viejo Montreal, esta obra de arte fue construida por manos artesanas entre 1824 y 1829 poco antes de demoler la vieja iglesia de Notre-Dame, por ser considerada ya muy pequeña para sus feligreses.

James O’Donnell, el arquitecto neoyorquino encargado de la tarea, se inspiró en el renacimiento gótico y en las dos torres de Notre-Dame de París y Saint-Sulpice. Fue así la primera de estilo gótico en Canadá.

La construcción de la iglesia tardó 35 meses, pero luego se necesitarían más de diez años para instalar el campanario. O’Donnell, cuya cripta está bajo la basílica, no pudo ver su obra completada, pues murió en 1830, después de convertirse al catolicismo.

Torres

La primera torre (oeste), completada en 1841, recibió el nombre de La Persévérance. En 1848 se instaló la famosa campana Juan Bautista, proveniente de Inglaterra, que pesa 10.900 kilos. La segunda torre (este), terminada en 1843, alberga diez campanas del mismo fabricante. La fachada se terminó en 1865, con tres grandes estatuas de san José, la Virgen María (Montreal) y san Juan Bautista (Quebec).

Interior

Antes de entrar prepárese para quedar asombrado, pues su estructura tiene uno de los interiores más coloridos y complejos del continente. En el altar podrá admirar el fulgor anaranjado dorado y si eleva su mirada podrá ver el extenso techo abovedado, donde estrellas doradas se desvanecen en un azul sublime.

En 1870 fue preciso reformar uno de sus pabellones, debido a que una luz retroalimentada cegaba a la congregación durante las misas. De 1870 a 1900 el arquitecto Victor Bourgeau y el párroco Victor Rousselot trabajaron en un estilo y un simbolismo inspirados en la Sainte Chapelle de París; por eso los colores seleccionados, sus columnas y los motivos de hojas doradas en la bóveda la evocan especialmente.

El retablo del altar

Esta obra magnífica está llena de detalles. Cristo está representado muerto en la cruz, la Virgen y san Juan están a cada lado y María Magdalena está arrodillada a sus pies. Alrededor podemos ver cuatro escenas del Antiguo Testamento: el sacrificio de Isaac por su padre Abraham, la ofrenda de pan y vino hecha por Melquisedec, Moisés dando las reglas de adoración y el sumo sacerdote, Aarón, inmolando un cordero según la tradición.

Sobre el altar mayor podemos ver el retablo del Calvario. Bajo este altar, está representada la última cena según Leonardo da Vinci, tallada en madera. En la parte de arriba esta la coronación de María. La composición visual dirigida hacia la bóveda es indicativa del camino hacia la felicidad celestial.

El altar de la celebración y el ambón

En 1998, debido a la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, según el cual el sacerdote debe celebrar la misa frente al pueblo, fue necesario instalar un nuevo altar. El escultor y diseñador Denis Duguay fue el encargado de la tarea.

El púlpito

Fue diseñado por el arquitecto Victor Bourgeau, durante la renovación en la década de 1870. En la ornamentación, que fue realizada por el escultor Louis-Philippe Hébert, sobresalen los profetas Ezequiel y Jeremías. Entre las estatuillas de la barandilla está Cristo enseñando a san Pedro y san Pablo.

El órgano Casavant

El imponente órgano construido en 1891 por la firma Casavant Frères, de Saint-Hyacinthe, fue restaurado con motivo de su centenario. Tiene 7.000 tubos: el más grande mide diez metros y el más pequeño, seis milímetros. Una ocasión ideal para escucharlo es el Festival de los Grandes Órganos, que se realiza entre julio y agosto.

La Capilla de Saint-Sacrement

Esta capilla de vidrio permite a los fieles adorar el Santísimo Sacramento preservado en el tabernáculo del altar. Fue dedicada a los mártires sulpicianos de la Revolución francesa del 2 y el 3 de septiembre de 1792. Junto a él se encuentra el altar dedicado a santa Teresa de Lisieux, cuya estatua está firmada por Elzéar Soucy.

Los vitrales

Diseñados por el artista quebequense Jean-Baptiste, a pedido del párroco Olivier Maurault para el centenario de Notre-Dame, en 1929, representan la vida religiosa y social de la época de Ville-Marie y la historia de la fundación de Montreal.

Capilla de Notre-Dame du Sacré-Coeur

Ubicada en la parte trasera del altar, originalmente fue construida por los arquitectos Perrault y Mesnard en 1889, para ceremonias pequeñas, como bodas y funerales, con un estilo del renacimiento gótico, rico en motivos tallados. En 1978, un incendio le causó varios daños y fue necesaria una reconstrucción. Aunque se procuró emplear antiguos métodos, hoy la capilla tiene un estilo más moderno, donde destaca el retablo del escultor quebequés Charles Daudelin, con 32 paneles de bronce, que mide cinco metros de ancho por 18 de altura y pesa veinte toneladas.

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