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SuraméricaColombiaMedellín por dentro y por fuera

Medellín por dentro y por fuera

Por Julia Henríquez
Fotos: Demian Colman

En Medellín cada esquina esconde memoria, fuerza y arte. La organización ciudadana, el amor por lo local y la amabilidad del antioqueño han hecho de esta ciudad, donde te reciben con un café y una arepita, un centro cultural prácticamente a cielo abierto. Aquí, la bandeja paisa está acompañada de tango, y el caos citadino es aliviado con jardines de mil colores. Luego de largos años de oscuridad, el sol brilla otra vez en Medellín y la ciudad explota de lugares por descubrir. La que sigue es una lista personal, aunque existen cientos de lugares que merecen ser visitados. Y entre uno y otro “un aguardientico pues” siempre es bienvenido.

Museos

Museo Casa de la Memoria: abrió sus puertas en 2006 como un ejercicio colectivo de la memoria en lo que en su momento no era un pasado, sino presente vivo y de violencia en busca de un futuro de paz y reparación.

Palacio de la Cultura: joya arquitectónica, museo y centro de exposiciones, este centro cultural de Medellín y Antioquia en general es el perfecto escenario para el desarrollo de las artes en todas sus formas.

Museo de Antioquia: ofrece una gran variedad de exposiciones temáticas, además de una colección permanente con más de 5.000 obras, que hace un recorrido por la historia del arte antioqueño desde sus orígenes hasta la obra del mundialmente famoso escultor y pintor local Fernando Botero.

Plazas y parques 

Plaza Botero: frente al Museo de Antioquia se extiende una exposición a cielo abierto con más de veinte esculturas monumentales de autoría de Fernando Botero, una atracción de acceso gratuito que atrae a turistas de todos los rincones del mundo para deleitarse y posar con los famosos “gordos”.

Parque de los Deseos: visitado por cientos de personas en busca de aire libre bajo el sol ardiente, que ilumina la ciudad día tras día, es una atracción ideal para los más pequeños, quienes disfrutan los juegos acuáticos en medio de risas y momentos refrescantes. Algunos días las paredes del planetario se convierten en una gran pantalla y desde la casa de la música se proyectan películas para toda la familia.

Parque de la Luz: el sol cae sobre la ciudad de Medellín pero el tiempo no se detiene. El centro de la ciudad se dibuja de colores, en especial en este parque donde las luces cobran vida.

Jardín Botánico: en una ciudad donde reinan la cultura y el verde, no podía faltar un lugar dedicado a las especies que por tanto tiempo hemos destruido para plantar cemento. Aquí los ciudadanos y turistas encuentran el lugar perfecto para celebrar un cumpleaños, hacer una sesión de fotos, acostarse bajo la sombra de un árbol o simplemente fascinarse con la naturaleza que los rodea.

Parque de los Pies Descalzos: podología, meditación y spa reunidos en un parque al aire libre y abierto a todo público. Otra de las miles de plazas que ofrece la ciudad, pero esta vez con una guía y un propósito. Un pueblo relajado es un pueblo en paz.

Planes

Parque Arví: es el escape perfecto para huir del cemento y el caos citadino. Kilómetros de verde para un día de campo, caminatas, un picnic o hasta una acampada para salir de la rutina.

Zona Rosa: si lo que buscas es un plan nocturno, este es el lugar. Es una plaza donde se alternan bares, restaurantes y discotecas, ideal para hacer un tour de fiesta o elegir el ambiente que más te guste.

Parque Explora: con sus 22.000 metros cuadrados de ciencia y tecnología, es un lugar para que chicos y grandes de diviertan, aprendan, exploren y descubran sobre los temas más diversos y curiosos.

Planetario: es el sitio perfecto para los científicos en potencia. Salas de exploración, experimentación y un domo gigante para la proyección de documentales que te dejarán con la boca y la mente abierta.

Casa de la Música: cuenta con salas de ensayos y ofrece conciertos gratuitos así como visitas guiadas y programaciones para la expresión musical de todo tipo.

Cerro Nutibara y Pueblito Paisa: museo a cielo abierto, mirador, centro cultural y gastronómico imposible de describir en una sola palabra. Plan familiar para todo el día en un lugar donde se puede descubrir Medellín desde las alturas incluyendo su historia, cultura, platillos e historia.

Curiosidades 

Puente Guayaquil: joya arquitectónica que data de 1878 y decora el río Medellín mientras sigue viendo el pasar del tiempo sobre sus arcos.

Ciudad verde: alrededor de la ciudad se encuentran lugares de esparcimiento como la Plaza Mayor, la Plaza de la Libertad o la Pantalla de Agua que invitan al descanso y al disfrute del aire libre, de los barrios y del verde que tanto brilla bajo el sol paisa.

La Paloma: un atentado dejó una huella imborrable en la sociedad colombiana. Hoy los muertos y heridos de ese día de horror son recordados junto a la paloma destruida, que muestra sus heridas junto a su hermana limpia y sana, evocando el poder de recuperación y avance de un pueblo entero. Son “Violencia” —porque así quiso llamarla Botero luego del atentado— y “Paz” como llamó a la nueva, regalada cinco años después.

Arquitectura: al caminar por Medellín nada se pierde, pues tanto las calles y los parques como su organización ciudadana son factores que dejan a los visitantes admirados y con ganas de más. Los más detallistas, esos que van caminando y observando todo con mucha atención, obtendrán el mayor placer durante sus recorridos por la urbe al admirar edificios como Coltejer, la Basílica Metropolitana, la Estación del Ferrocarril y el Palacio Nacional.

El tango: un elemento que no se puede obviar a la hora de hablar de Medellín y su gente. El tango llegó a la ciudad para quedarse, implantándose en lo más profundo de la idiosincrasia paisa y dejando huellas imborrables alrededor de la ciudad. Bares, restaurantes de aficionados y hasta un fatídico recuerdo del cantante que nunca salió de estas tierras. Carlos Gardel llegó para no irse jamás, ni su recuerdo ni su amor por el tango.

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