Una vida de mariposa
Texto y fotos: Javier A. Pinzón
En medio de la selva tropical panameña, a orillas del Canal de Panamá, existe un laboratorio de genética y comportamiento dedicado a estudiar las mariposas, principalmente las del género Heliconius. ¿Qué tienen de especial estas mariposas y por qué han sido y siguen siendo tan estudiadas? Para responder a esta pregunta me encuentro con Denise Dalbosco Dell’Aglio, estudiante de posdoctorado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Nacida en Porto Alegre (Brasil), la doctora Dell’Aglio obtuvo su título de bióloga en la Universidad Federal de Río Grande del Sur, realizó su maestría en la misma universidad y su doctorado en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra. Desde sus inicios como bióloga trabajó con mariposas, especialmente con las Heliconius, debido a que le gustaba mucho la ecología y la interacción entre animales y plantas, y fue precisamente la fuerte integración de las mariposas Heliconius con las plantas Passiflora lo que llamó su atención. En este momento trabaja con dos especies que, aunque emparentadas, tienen hábitos diferentes. El primer paso en su actuar investigativo es definir el comportamiento singular de cada especie, para luego hacer una genética del comportamiento y poder encontrar en los genes el porqué de su diferencia.
Uno de los tópicos que Denise estudia en el Laboratorio de Investigación de Ecología y Evolución de las Mariposas es la ciencia que hay detrás de la coloración de las mariposas. Las características de los patrones de color de las mariposas Heliconius involucran tanto la adaptación ecológica como la selección de la pareja. En cada lugar hay diferentes patrones de color, así que en el laboratorio deben tener mariposas Heliconius de diferentes lugares. Allí se estudia la secuencia genética de los dos padres y luego la secuencia genética de la primera generación de híbridos, para descifrar qué genes son responsables de cada color. Con sorpresa, se ha descubierto que son pocos los genes que controlan toda la diversidad que vemos en las Heliconius. Todo comenzó cuando los científicos descubrieron, en 1950, que había híbridos en la naturaleza y cayeron en cuenta de que podían cruzar diferentes especies para estudiar lo que se denomina la “especiación”.
Heliconius
Mientras recorremos la casa de las mariposas, Denise comenta que las Heliconius están presentes en toda América Latina y, dependiendo de la región, muestran una diversidad dramática de patrones de color en cuanto a especies y subespecies. Hay 46 especies de Heliconius en el Neotrópico y se les conoce como mariposas de la flor de la pasión, ya que ponen sus huevos exclusivamente en las plantas de Passiflora, entre las cuales se encuentra el maracuyá, fruta de la pasión.
En el laboratorio tienen mariposas de Panamá, Costa Rica, Ecuador y Colombia, buscando acercarse a los más de cuatrocientos patrones de alas distintos, basadas en varias combinaciones de rojo, naranja, amarillo, negro y blanco que existen en la naturaleza.
Según Denise, estas mariposas pueden poner de cinco a diez huevos por día, dependiendo de la planta y de la mariposa. Algunas solo ponen un huevo en la parte apical de la hoja, otras ponen varios huevos. Mientras observo los hechos, la doctora explica que son estrategias diferentes: unas especies prefieren menos larvas en la misma planta para facilitar suficiente alimento y evitar que se coman entre ellas; otras en cambio, cuyas larvas no se comen entre sí, prefieren poner varios huevos al mismo tiempo y aumentar así la competencia. Para facilitar este proceso, el laboratorio cambia las plantas cada dos o tres días y así las mariposas pueden poner más huevos.
Otro factor que hace especiales a estas mariposas es su alimentación, ya que incorporaron el polen a su dieta, y no comen solo néctar como las demás mariposas. El polen tiene muchos aminoácidos y proteínas, lo cual les permite vivir más tiempo, poner más huevos (pueden poner huevos durante toda su vida) y les proporciona un cerebro más grande, lo que las hace muy inteligentes e ideales para hacer estudios de comportamiento.
Ciclo de vida
Estas mariposas solo las encontramos en áreas boscosas bien preservadas debido a la disponibilidad de la planta hospedera, la Passiflora. Pasará de tres a cuatro días como huevo, veinte como larva (dependiendo de la temperatura y del alimento) y de cinco a siete días como pupa. Aquí en el laboratorio deben alimentarlas todos los días, ya sea con flores recién cortadas o con agua y azúcar. Las pajillas con las que se les proporciona la mezcla azucarada deben ser rojas, amarillas o naranjas, pues son colores que las mariposas asocian con alimento.
Un segundo rasgo inusual encontrado en algunas especies de Heliconius es su forma de apareamiento, conocido como apareamiento pupal. Los machos de ciertas especies buscan pupas femeninas en las plantas hospederas, y se sientan sobre ellas un día antes de la emergencia; el apareamiento ocurre a la mañana siguiente, antes de que la hembra se haya eclipsado por completo.
Mimetismo
Las Heliconius utilizan el mimetismo mülleriano como una forma de defensa ante el peligro. Esta estrategia evolutiva consiste en tener los mismos colores y patrones de una especie peligrosa con el fin de ahuyentar al depredador. En este caso usan colores aposemáticos, a saber, negro, amarillo y rojo, los cuales son sinónimo de peligro. El mejor ejemplo de colores aposemáticos es el de las abejas, las cuales han enseñado a sus enemigos que el amarillo y el negro son peligrosos.
Los principales depredadores de estas mariposas son las aves insectívoras; cuando las aves son jóvenes están en proceso de aprender a diferenciar lo comestible de lo no comestible y es entonces cuando estas especies de mariposas son depredadas. Al madurar, el ave aprende que las mariposas con estos patrones de colores pueden ser tóxicas y las evita.
Interacción planta-mariposa
Hay una interacción muy fuerte e interesante entre la planta hospedera y estas mariposas. Mientras caminamos hacia los invernaderos, Denise me explica que también la Passiflora se defiende de las mariposas, pues las larvas podrían dejarla sin hojas. Por ejemplo, unas tienen un poco de toxicidad, otras tienen puntos amarillos en sus hojas para hacer parecer que ya hay huevos y así disuadir a la mariposa de ponerlos ahí. La Passiflora también es capaz de cambiar la forma de la hoja para confundir a la mariposa con otro tipo de planta y puede aumentar el número de nectáreos extraflorales en las hojas, ya que estos atraen a las hormigas, que protegen a la planta de las larvas de mariposa. Denise demostró en una de sus investigaciones que la planta aumentaba el número de nectáreos cuando ya tenía muchas larvas de mariposa.
Un trabajo arduo
Para estudiar a las mariposas y sus interacciones con las plantas hospederas no basta con observarlas en el campo. Es necesario tener un mariposario en donde todo está bajo control, y esto requiere de personal dedicado y calificado. En el de Gamboa, Óscar Paneza es el encargado de sembrar las plantas, fertilizarlas, proporcionarlas a las mariposas y cambiarlas en el momento indicado. También alimenta a las Heliconius con flores y con pajilla. Él debe armar la casa de las mariposas, revisar que no halla hormigas ni arañas dentro de los recintos y que todo esté en buen estado. Óscar dice que de todo este trabajo lo más difícil es lograr que la mariposa se reproduzca, pues para lograrlo esta debe adaptarse al lugar. Aparte del trabajo diario, el equipo se reúne dos veces por semana con el fin de hacer una Potting Party, en la cual se siembran nuevas plantas y se arreglan las casas.
Datos curiosos
Los científicos pueden cambiar la preferencia de color en la alimentación cambiando el color de la pajilla. Con el tiempo la mariposa aprende a alimentarse de ese color.
Próximamente abrirán un mariposario en Gamboa para que las personas puedan ver de cerca a estas coloridas amigas.
La mariposa más estudiada es la Heliconius erato demophon, debido a que es muy fácil de mantener y colectar.
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