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ExperienciasCulturaUna ruta hacia la identidad panameña

Una ruta hacia la identidad panameña

Por: Winnie T. Sittón

Fotos: Carlos Gómez, Javier Pinzón

 

Si hay un aspecto interesante que se desprende de las distintas celebraciones del bicentenario en los países de América es la posibilidad de aprovechar la coyuntura para reflexionar sobre los diversos acontecimientos históricos y sociales que han influenciado la construcción de la cultura de estas jóvenes naciones, que se independizaron de la colonia española hace doscientos años. 

Y en el caso de Panamá, si hay algo que caracteriza a este país centroamericano es su rica diversidad cultural, producto de las fuertes migraciones que se dieron en estos dos siglos. Todo a causa de su estratégica posición geográfica que, desde el inicio de la conquista europea, despertó el interés de las potencias mundiales y acabó impulsando la construcción del primer ferrocarril interoceánico del mundo y luego el Canal de Panamá: dos megaobras que provocaron el encuentro de personas de distintas nacionalidades en el angosto istmo panameño.

Por eso, en el marco del bicentenario de su independencia de España, Panorama de las Américas desea rendirle honores a esa mixtura, proponiendo un recorrido turístico por las huellas que dejaron las diversas culturas que han pasado por Panamá durante estos dos siglos y han definido el ADN cultural de los panameños. Así, en su próxima visita al país usted podrá conocerlas y disfrutarlas. Hay muchas más, pero es justo decir que estas seis son las más destacadas. ¡Comencemos! 

Los pueblos originarios 

En Panamá habitan siete pueblos indígenas: ngäbes, buglés, gunas (o dules), emberás, wounaans, bri bris y naso tjërdis. Y en todo el territorio nacional existen cinco comarcas legalmente constituidas que, además de su cultura y tradiciones, son territorios de gran belleza y valor natural que poseen atractivos turísticos importantes. Resaltamos algunas de ellas. 

©Jorge Heilbron

 

Comarca Emberá-Wounaan: aunque se encuentra en la selva del Darién, la comunidad emberá más conocida es la aldea Emberá Quera, a orillas del lago Gatún (Colón) y dedicada 100% al turismo sostenible. Sus tures ofrecen la oportunidad de pasar el día en contacto con sus costumbres y disfrutar del bello entorno natural. 

Comarca Ngäbe-Buglé: es la más grande en extensión territorial y población. Poco a poco se va abriendo al turismo y es un sitio ideal para la observación de aves, exploración botánica, practicar senderismo, convivir con la naturaleza, aprender de la sabiduría indígena y conocer los secretos de la montaña.

 

Vestigios de la presencia española 

La influencia de los españoles en Panamá puede palparse hoy día en diversos sitios y tradiciones que aún se conservan. Entre las más accesibles a los turistas se encuentra Panamá la Vieja: el sitio arqueológico donde estuvo ubicada la Ciudad de Panamá en sus inicios, desde su fundación, en 1519, hasta 1671, cuando fue destruida y saqueada por piratas ingleses. El conjunto tiene un gran valor histórico, ya que comprende las ruinas del primer asentamiento europeo sobre el litoral Pacífico americano, así como una serie de vestigios de los primeros habitantes del istmo.

Luego de la destrucción, la urbe fue trasladada, en 1673, al área que hoy se conoce como el Casco Antiguo, uno de los sitios turísticos más populares de la capital panameña, por su belleza arquitectónica e importancia histórica. Y es ahí donde usted puede descubrir uno de los mayores tesoros del período colonial español: el altar mayor de la Iglesia de San José, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997. Mejor conocido como el Altar de Oro, la pieza data del siglo XVIII y se trata de un labrado de caoba recubierto con oro, de estilo barroco con detalles churriguerescos. Visitarlo es imprescindible, ya que es impresionante. 

 

La breve hegemonía francesa 

Si ya está por el Casco Antiguo, no pierda la oportunidad de ver el rastro que dejaron los franceses en la arquitectura panameña de finales del siglo XIX, tras su intento fallido de construir un canal interoceánico por Panamá. Quizá los ejemplos más emblemáticos se encuentran en los alrededores de la Plaza de la Independencia, entre ellos el majestuoso Hotel Central: que abrió sus puertas en 1874 y experimentó su mayor auge entre 1880 y 1889, cuando la Compañía Universal del Canal Francés lo utilizó para hospedar a sus ingenieros. 

Diagonal a este está el Museo del Canal Interoceánico, inaugurado en 1997. El edificio de estilo neoclásico fue construido para ser un hotel, pero en 1881 fue adquirido por los galos para instalar las oficinas de la constructora del canal y luego, a lo largo de los años, ha tenido diferentes usos. Cuando fue construido, presentó varias características arquitectónicas novedosas para Panamá: como el techo con mansardas (ventana dispuesta sobre el tejado de una casa para iluminar y ventilar su desván), iluminación a gas y un refinado sistema de prevención de incendios. 

Trazas africanas en Panamá 

La ciudad caribeña de Portobelo en Colón es un buen lugar para descubrir las huellas que dejaron en la cultura panameña los africanos, que fueron traídos como esclavos durante la conquista española. Fundada en 1597, fue una de las poblaciones más importantes de América durante la época virreinal. Y hoy bien puede ser el epicentro de los congos: cultura, género musical y baile afrocolonial que se encuentra más que todo en la Costa Arriba y Costa Abajo, en la provincia de Colón. 

A mediados del siglo XIX, la herencia africana se fortaleció con la llegada de los afroantillanos, provenientes primero de San Andrés y Providencia, y luego de Barbados, Guadalupe, Jamaica y Martinica, que llegaron al istmo para aportar su esfuerzo en la tarea titánica de abrir la ruta interoceánica. Ellos enriquecieron la cultura del país con sus sabores, melodías, ritmos y colores.

El aporte de China en un solo bocado 

No hay nada más panameño que comer desayuno chino un domingo. ¡Aunque usted no lo crea! Y si bien puede parecer injusto reducir los aportes de una de las culturas más influyentes en Panamá —junto a los afrodescendientes— a un simple plato de comida, puede estar seguro de que es todo lo contrario: la gran popularidad del dim sum entre la población panameña solo demuestra la fuerza ancestral del gran dragón de oriente en nuestros corazones.

Sitios para degustar hay una infinidad. Pero si precisa algunas recomendaciones en la capital, puede probar el Palacio Lung Fung: restaurante muy tradicional y verdadero clásico de la gastronomía cantonesa. ¡Nunca falla! Eso sí, si va en domingo procure reservar o llegar temprano, porque se llena. Otras dos buenas opciones son el Golden Unicorn y Sunly. 

La historia entre Estados Unidos y Panamá

No cabe duda de que hay mucha historia entre Panamá y Estados Unidos, luego de una larga relación de casi 150 años. De aquello quedaron muchos vestigios arraigados en la cultura panameña. Uno de los más visibles se puede descubrir en un recorrido por la antigua Zona del Canal: esa franja del territorio panameño que ocuparon los estadounidenses por casi cien años y en la práctica fue un país dentro de otro país. 

Hay muchos sitios para recorrer, pero entre los puntos más cercanos al centro de la capital panameña está el área conocida como Balboa, que fue la capital de ese territorio estadounidense y concentró importantes edificios oficiales. Y claro, uno de los que hay que ir a conocer es el Edificio de la Administración del Canal, que fue construido siguiendo el estilo del renacimiento italiano e inaugurado el 15 de julio de 1914 (justo un mes antes de que abriera el Canal de Panamá). ¡Una verdadera belleza! 

Y para finalizar, si gusta conocer más detalles de esta celebración histórica, puede consultar la agenda oficial de eventos en la web de la Comisión para la Conmemoración del Bicentenario de Independencia, presidida por el Ministerio de Cultura de Panamá: 

www.bicentenariopma.com

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