Tampa, un destino familiar
Por Roberto Quintero
Fotos: Carlos E. Gómez
El viaje a Tampa fue de lo más agitado. Apenas bajamos del avión nos llevaron a conocer el centro comercial International Plaza, el destino de compras más importante de la costa oeste de Florida. El sitio es agradable y tiene todo lo que los amantes de las compras buscan: tres grandes tiendas de moda por departamento y más de doscientas tiendas especializadas en las marcas más exclusivas. Además, tiene una variada oferta de entretenimiento, donde se destaca el sector Bay Street at the Plaza: una vereda al aire libre con renombrados restaurantes, cafés y bares, en un ambiente sofisticado e íntimo. Y cuando cierra el mall, esta área se convierte en un centro de vida nocturna, con dos discotecas muy populares: Bar Louie y Blue Martini. La mayoría de los restaurantes están abiertos hasta tarde.
Nuestro plan para esa noche era otro. Antes de que cayera el sol, partimos del centro comercial al hotel, dejamos nuestros bártulos y una vez refrescados salimos a conquistar la noche. Nos dirigimos al histórico barrio de Ybor City, considerado el casco antiguo de Tampa, para conocer uno de sus más grandes íconos: Columbia Restaurant, que abrió sus puertas en 1905, siendo así el más antiguo de Florida. Desde entonces pertenece y ha sido administrado por la misma familia durante cinco generaciones. La historia del restaurante está ligada al devenir del vecindario que lo cobija, fundado en 1885 por fabricantes de puros y poblado por inmigrantes cubanos, españoles e italianos. Todos estos datos los aprendimos recorriendo sus impresionantes instalaciones. Y la comida es deliciosa, tan maravillosa como el lugar, sus distintos ambientes y las anécdotas que esconde. La velada fue exquisita.
A la mañana siguiente, nuestros amables anfitriones nos sugirieron no desayunar en el hotel, porque nos iban a llevar a comer a un lugar muy especial. ¡Cómo si no hubiésemos comido ya lo suficiente! Este negocio es así, tiene sus complejidades.
Sin embargo, la sugerencia fue de lo más acertada. Nos llevaron al brunch dominical del restaurante Oystercatchers, en el hotel Grand Hyatt Tampa Bay. Eso sí es un brunch con todas las de la ley, pues la cantidad y variedad de comida a escoger es alucinante. Y los platos son una delicia, finamente pensados para quienes desean degustar los sabores del Golfo de México. Los mariscos estaban tan frescos, que parecían recién pescados. Todo en un ambiente muy confortable, pues el restaurante está frente al mar y la mañana estaba soleada y preciosa. Si por mí fuera, aquí hubiese terminado la gira y esta historia.
Pero no. Sacamos fuerzas de lo más recóndito de nuestro espíritu aventurero, y nos movilizamos hasta el Museo de Ciencia e Industria (MOSI), una de las grandes atracciones de Tampa, considerado el mejor museo de ciencia de Florida. La mejor forma de describirlo es como un gigante patio de juego científico, con 450 actividades interactivas para ejercitar la mente. Y aunque está pensado para los más chicos y la diversión en familia, fue una buena oportunidad para recordar un sinfín de información que había olvidado en el camino. Una de las atracciones más populares es el “Huracán de la costa del golfo”, en el que los visitantes experimentan vientos de gran velocidad y aprenden a prepararse para las tormentas tropicales. Y está la exhibición permanente “The Amazing You” (tu asombroso cuerpo), basada en la complejidad del cuerpo humano, incluyendo desde el ADN hasta los órganos. Por cierto, en el museo se encuentra la única sala de cine IMAX® Dome de Florida.
De ahí salimos a almorzar a… No, mentira, ya no voy a hablar más de comida. Fuimos a conocer uno de los atractivos turísticos imprescindibles de la ciudad (también uno de mis favoritos): The Florida Aquarium. No por nada es un uno de los diez mejores acuarios del país y uno de los cinco más amigables para niños. Este es el hogar de 20.000 animales y plantas, incluyendo nutrias, rayas, cocodrilos y pitones, organizados en diez exhibiciones permanentes. Una de las más impresionantes es la galería “Arrecifes de coral”, que pone al alcance de los visitantes un hábitat que solo puede ser explorado por buzos expertos. El recorrido simula un buceo de poco menos de veinte metros y cada ventana presenta un micro-hábitat que va cambiando conforme aumenta la profundidad. Rodeado de agua y vida marina por todos lados, visitar este fascinante acuario es como estar dentro de una pecera de dos pisos y 23.000 metros cuadrados.
Y ya que estábamos justo en el muelle del Tampa Convention Center, aprovechamos el atardecer para navegar por el Hillsborough River a bordo de unos modernos botes eléctricos. Es un servicio turístico bastante reciente que también se ha vuelto muy popular entre los residentes. Navegar por el coqueto río, con la vista y la singularidad ecológica de este bote que se mueve con baterías recargables, es una oportunidad ideal para traer comida y bebida y aprovechar los últimos rayos del sol en un romántico y agradable recorrido marino, en pareja o con amigos. Y para el turista es una manera diferente y agradable de conocer la ciudad y tomar lindas fotografías del río, el área de Downtown Tampa, el histórico campus de la Universidad de Tampa y el Waterfront Park, donde se encuentran el Museo de Arte y el Museo Glazer para Niños. Y así cerramos un día inmejorable.
El tercer día recorrimos Busch Gardens, uno de los parques temáticos más famosos del mundo y uno de los zoológicos más grandes de Estados Unidos, con 135 hectáreas y más de 2.700 animales. Está dedicado a áfrica y propone una oferta de entretenimiento al aire libre que permite a los visitantes interactuar con animales y la naturaleza. Realizamos un safari matinal, viendo de cerca a cebras y jirafas, y aprendiendo un poco más sobre otras especies africanas. Aunque como buen parque de diversiones estadounidense, sus grandes protagonistas son sus famosas montañas rusas. Yo me quedé en tierra, sano y salvo, muerto de risa. Pero el resto del equipo de Panorama de las Américas no pudo resistir la tentación de subirse en las dos joyitas de Busch Gardens: Cheetah Hunt y SheiKra. Y a juzgar por sus gritos y caras de espanto, parece que se divirtieron.
Y para finalizar una jornada viajera de lo más movida, nuestros anfitriones nos llevaron a conocer otra gran atracción turística familiar: el Tampa’s Lowry Park Zoo, el zoológico número uno de Estados Unidos según la revista Parents Magazine y elegido como el mejor zoológico para visitar en familia por la revista Child Magazine en 2004. Además es reconocido como el centro para la conservación de la fauna y la biodiversidad de Florida, por su gran colección de especies floridanas. Aquí alimentamos a los rinocerontes blancos, siendo uno de los pocos lugares donde se puede estar tan cerca de estos animales, y conocimos Mundo Primate, una de las secciones favoritas del lugar. Pero lo que más disfruté fue la estación de marsupiales, donde pudimos ver a un koala desde muy cerca. Y es imprescindible darse una vuelta por el centro acuático de manatíes, donde además de la exhibición opera un importante hospital para atender a los animales de esta especie que habita en las costas de Florida.
Y aunque prometí no volver a tocar el tema de la comida, antes de partir quiero compartirles dos opciones para probar lo mejor de la gastronomía local. Uno es Boca Kitchen and Market, o simplemente Boca, un restaurante del tipo “de la granja a la mesa” que ofrece un menú con ingredientes frescos que están en temporada y son cultivados en la región. Ubicado en el histórico Hyde Park, ofrece un ambiente muy ameno e informal para compartir con familiares y amigos. Y el otro es The Refinery, en Seminole Heights, que trabaja con los agricultores y artesanos locales para ofrecer platillos frescos. Su menú cambia todas las semanas, lo que le da un plus interesante. Y la cocina es abierta y está incorporada a la decoración, lo cual le da un look chic y punk al restaurante. Ahora sí, buen provecho. Digo, ¡hasta luego!
Este reportaje se realizó con el apoyo de Visit Tampa Bay, agencia de desarrollo turístico del condado de Hillsborough: www.visittampabay.com
Nos hospedamos por cortesía del hotel Westin Tampa Bay: www.westintampabay.com
Copa Airlines vuela a Tampa cuatro veces a la semana en un avión Boeing 737-700. El vuelo sale de Panamá los lunes, miércoles, viernes y domingos a las 6:34 p.m. y llega a las 9:53 p.m. (hora de Tampa). Regresa los lunes, martes, jueves y sábados a las 7:02 a.m. y aterriza a las 10:12 a.m.