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ExperienciasCulturaSteven Pinker “En defensa de la Ilustración”

Steven Pinker “En defensa de la Ilustración”

Por: Emma Romeu
Fotos:  Shutterstock, LatinStock y EFE

Las noticias nos hacen pensar que estamos viviendo tiempos cada vez más difíciles, más violentos, y que la prosperidad humana puede estar en un incómodo bache sobre el que se hace difícil avanzar. Sin embargo, Steven Pinker, profesor de psicología de la Universidad de Harvard y popular escritor sobre lenguaje, mente y naturaleza humana, ha escrito un libro que nos lleva por un camino diferente. Publicado por primera vez en español por Paidós, En defensa de la Ilustración. Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso trae un esperanzador mensaje, lleno de optimismo hacia el presente y el futuro.

La Ilustración, que tomó fuerza en Europa en las últimas tres décadas del siglo XVIII, conocido como “Siglo de las Luces”, fue un movimiento intelectual que buscaba una nueva comprensión de la condición humana, alumbrar al género humano con la claridad de un pensamiento racional. Sus ideales eran la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso. “El grueso del libro está dedicado justamente a la defensa de estos ideales de una manera propia y distintiva del siglo XXI; es decir, con datos”, anuncia Pinker al inicio de su libro. “Más que nunca, los ideales de la ciencia, la razón, el humanismo y el progreso necesitan una defensa incondicional. Damos por sentados sus dones: recién nacidos, que vivirán más de ocho décadas, mercados rebosantes de alimentos, agua limpia que aparece con un chasquido de los dedos y residuos que desaparecen con otro, píldoras que eliminan una infección dolorosa…”.

En el libro no faltan los gráficos, notas y referencias que apoyan la información y la aseveración de que la Ilustración ha funcionado en el mundo, y que a pesar de los defectos e imperfecciones que se padecen vivimos en el mejor momento que ha tenido la humanidad. Por demás, argumenta que la violencia y lo que la fomenta no han aumentado a lo largo de la historia, sino todo lo contrario.

AME5273. PROGRESO (URUGUAY), 16/11/2019.- El psicólogo experimental canadiense Steven Pinker habla en entrevista con Efe el viernes 15 de noviembre de 2019, en Montevideo (Uruguay). Los jóvenes «no le tienen tanta simpatía al populismo», por lo que esta forma de hacer política va a comenzar a declinar en los próximos cinco o diez años. O eso, al menos, considera el psicólogo experimental canadiense Steven Pinker, un defensor de la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso. EFE/ Raúl Martínez

El autor de tan esperanzadora obra me recibe en su oficina de la Universidad de Harvard, donde amablemente contesta las siguientes preguntas.

Las cifras en su libro muestran que mientras que la pobreza, la desnutrición y el hambre están disminuyendo en el mundo, el bienestar aumenta. ¿Hay alguna cosa en el mundo actual que esté empeorando por causa de la Ilustración?

Las emisiones de carbono, las especies que se están extinguiendo… Yo no diría que a causa de la Ilustración, pero sí seguramente por la actividad industrial.

En su opinión, ¿qué países en América Latina cumplen mejor los ideales de la Ilustración?

No es fácil responder a eso porque a cada país, obviamente, lo influyen fuerzas distintas. Sin embargo, yo diría que todos los países se están moviendo en la dirección de la Ilustración; la democracia se ha incrementado ampliamente en América Latina. Cuando yo era un estudiante de pregrado en la universidad creo que solo una minoría de países de América Latina eran democráticos, al menos en Suramérica.

Los datos sobre desnutrición en su libro ubican a los países de América Latina en la mejor posición entre las naciones en desarrollo. ¿A qué lo atribuye?

A la revolución verde. Particularmente en México, por el desarrollo de los híbridos fuertes, que le permitieron migrar de una situación de hambre a ser exportador de alimentos. También está el crecimiento de las economías, pero de forma más general el desarrollo de los mercados y el comercio.

Pero lo mismo sucede en Asia y en otras partes del mundo…

Bueno, la respuesta es compleja porque Asia es tan grande; sería totalmente diferente para Japón que para Bangladesh, así que no creo que haya una respuesta simple para esta pregunta. Tal vez América Latina está en una posición ventajosa por el comercio tan intenso que tiene con Estados Unidos y el hecho de que los Estados Unidos son un gran productor de alimentos y una gran potencia económica. Además, el comercio es más activo entre países vecinos. Si se presenta escasez de alimentos en América Latina, los granos estadounidenses y el maíz se pueden importar fácilmente. Es más difícil transportar alimentos hacia África o Asia meridional.   

También puede ser por diferencias geográficas, en especial cuando miramos a África, que ha heredado desventajas para el desarrollo de la agricultura, como un suelo muy delgado y pocos puertos naturales; de manera que es difícil enviar productos desde y hacia el continente. Tal como lo indica Jared Diamond en Armas, gérmenes y acero, el comercio a través del Sahara ha sido históricamente difícil, lo que determina que el África subsahariana esté más aislada. Por otra parte, en las Américas fue más fácil establecer el comercio a todo lo largo del continente; desde Canadá hasta Argentina.

Entiendo por su libro que la globalización ayuda a que las sociedades con diferentes formas de vida desarrollen empatía una por la otra. ¿Esto funciona en ambos sentidos? ¿Cree que las personas de los países en desarrollo generan una mayor empatía con las de países más ricos a partir de la globalización?

Interesante pregunta. Sospecho que la respuesta es sí, pero no estoy completamente seguro. Por ejemplo, después del 9/11 hubo expresiones de simpatía hacia Estados Unidos, el país más rico y poderoso del mundo, por parte de países pequeños como Jamaica. Jamaica es un país mucho más necesitado que Estados Unidos, pero el Gobierno y el pueblo de Jamaica expresaron su solidaridad y simpatía hacia Estados Unidos.

“Atreverse a entender” era el lema de la Ilustración proclamado por el filósofo Emanuel Kant en 1784. ¿Funciona el mismo lema en la era de internet o cree que el mundo requiere algo más que atreverse a entender?

Bueno, junto con el atreverse a entender, con el esfuerzo intelectual para aumentar el conocimiento, tiene que haber también empatía emocional, la identificación con gente que no es como uno. Esto es fomentado por la gente que trabaja e interactúa con otras personas, de manera que nuestro entendimiento es visceral, además de intelectual.

¿Qué ventajas obtienen de los avances tecnológicos las tribus que habitan en la Amazonia, por ejemplo, y en otros escenarios remotos? ¿Es importante para ellos acoger los ideales de la Ilustración?

Bueno, esa es una pregunta difícil porque las diferentes culturas e idiomas son logros muy valiosos de la sociedad y la mente humana, y no queremos una única cultura en todo el globo o un único idioma. De otra parte, sería cruel privar a la gente de avances como los antibióticos, la medicina moderna, el conocimiento de la historia de la Tierra y el conocimiento científico. Esos son disyuntivas que no sabemos cómo resolver.

Quizá deberíamos respetar la autonomía de los pueblos y permitirles escoger si quieren preservar su modo de vida o absorber los desarrollos de otras culturas, incluyendo la cultura global. Lo más importante sería asegurarse de que no hubiera explotación ni desplazamiento, privación de tierras o culturas en contra de la voluntad de los pueblos indígenas.

Usted trajo al siglo XXI la idea de que la Ilustración hace sociedades más felices, que, en mi opinión, es un acto de ilustración muy recomendable. ¿Es usted una persona más feliz desde que escribió este libro?

Creo que soy una persona más positiva. La felicidad está determinada por otros factores. No puedo decir que la elección de Donald Trump me haya hecho particularmente feliz. Pero creo que tengo una perspectiva del mundo más positiva como resultado de haber escrito este libro. Sí, saber que la paz, la prosperidad y la educación están creciendo, sin duda me ha hecho más feliz, me ha dado una mejor perspectiva.

Y mientras terminamos este encuentro con Steven Pinker acerca de la Ilustración, el siglo XXI sigue su curso y se aproxima a su tercera década, ávido de avances, conocimiento, humanismo y razón.

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