Roberto Durán llega a la pantalla grande
Por Roberto Quintero
Fotos: Carlos Gómez, Latinstock y Cortesía de La Piedra Films
La espera ha terminado. Acaba de estrenarse comercialmente Hands of Stone, la película biográfica sobre la leyenda del boxeo panameño Roberto “Mano de Piedra” Durán. La cinta cuenta su infancia y sus primeros tres campeonatos mundiales, enfocándose en uno de los puntos más altos de su carrera: la pelea contra Sugar Ray Leonard en 1980. “Es una épica clásica de auge, caída y redención”, según la describe el venezolano Jonathan Jakubowicz, director y guionista, quien confiesa haberse enamorado de la historia del pugilista oriundo del populoso barrio de El Chorrillo. “Durán tiene una mezcla de nobleza con rabia, de violencia con ternura, que supe me permitiría decir muchas cosas sobre lo que somos culturalmente los latinoamericanos”.
Jakubowicz conocía la leyenda del mítico Mano de Piedra desde que era un niño, aunque sólo superficialmente. Cuando se interesó en llevarla al cine, comenzó a profundizar en su pasión por el boxeo y descubrió aspectos fascinantes de la vida de “El Cholo”, como también se le conoce. “Toda la investigación se centró en él: su entorno, sus familiares, sus amigos y enemigos. Pasamos una infinita cantidad de horas en su casa y compartimos con todos los Durán. Su hijo Robin fue uno de nuestros productores ejecutivos y el que más nos ayudó a acercarnos al personaje”.
Además de conocer en detalle la historia de Roberto Durán, era importante que la película tuviese el sabor panameño, ya que se trata de un ídolo fuertemente asociado a la identidad del país. Y para lograrlo, el cineasta se mudó a Panamá durante tres años, que fue el tiempo que tomó, primero, montar el proyecto, luego filmarlo y editarlo. “Sin duda era muy importante para nosotros retratar la panameñidad. Por eso nos esforzamos tanto en filmar en Panamá y utilizar la mayor cantidad de actores y locaciones panameñas. Los actores no panameños se mudaron al istmo por medio año, como mínimo, para capturar el acento. Y siempre teníamos coaches de acento trabajando con ellos en el set”.
Y es que toda previsión es poca a la hora de llevar a cabo un filme biográfico (biopic), un género cinematográfico lleno de exigencias y retos para todo el equipo artístico. “Siempre hay presión. No es lo mismo escribir una película original, completamente ficticia, que una que cuenta una historia que muchos conocen y que significa tanto para tanta gente. Pero la presión nunca es negativa. Es un privilegio contar una historia como ésta y la presión, en todo caso, te permite estar siempre agradecido por la oportunidad que tienes”.
La clave está en el elenco
Sin duda, uno de los grandes aciertos de Hands of Stone es su elenco. Jakubowicz le confió la tarea de encarnar al boxeador a su compatriota Edgar Ramírez, uno de los actores latinos de moda en Hollywood. Desde su aparición en The Bourne Ultimatum (2007), su carrera como actor en la meca del cine norteamericano ha ido en rápido ascenso. El año pasado protagonizó el remake de la cinta Point Break (que recaudó más de 130 millones de dólares en taquilla) y fue parte del elenco de Joy (comedia dramática nominada al Oscar y los Globos de Oro).
Ramírez, de 39 años, afirma que el gran reto de este nuevo personaje radicó en comprender lo que implica ser un verdadero pugilista. “Para mí era imposible siquiera intentar emular el más mínimo gesto de Durán, sin antes pasar por la experiencia de convertirme en boxeador. El boxeo se trasluce en cada cosa que dice y hace un boxeador. Nunca deja de estar presente, de manifestarse constantemente en su manera de caminar, comer, expresarse, contar un chiste o seducir a una mujer. Por eso, el reto más grande fue intentar acercarme tanto como me fuese posible a las privaciones, los conflictos, las presiones y los sacrificios físicos y emocionales que implica la vida de un boxeador”.
Para lograrlo, el actor se sometió a un arduo entrenamiento boxístico con los hijos de Mano de Piedra: Robin y Chavo. “Tanto Durán como su familia estuvieron presentes en todo momento, dispuestos a ayudarme y guiarme. Especialmente Robin Durán Iglesias, quién además interpreta a mi hermano en la película. él fue mi primer entrenador, junto a su hermano Chavo, y estuvo conmigo en cada paso del proceso al confeccionar el personaje. él se parece mucho a su papá cuando era joven, de modo que el objetivo era parecerme lo más posible a Robin”.
En palabras del director, Ramírez es “un actor incansable”. Cuenta que cuando llegó el momento de filmar las peleas, el protagonista pasó semanas boxeando hasta diez horas diarias, dejando impresionado al resto de los boxeadores presentes en el set. “Nadie se imagina lo duro que trabaja Edgar. Este es un personaje que se parece muy poco a él como persona, y es como si se hubiese metido en su alma para interpretarlo. Es impresionante que haya aprendido a boxear tan bien, pero lo más brutal es ver cómo capturó la esencia del personaje. Todo el que ve la película se impresiona por su transformación”.
El otro gran activo que tiene Hands of Stone es la participación de Robert De Niro, uno de los grandes actores de todos los tiempos, interpretando al entrenador Ray Arce, otro astro del deporte. Para Jakubowicz, contar con él en el elenco fue toda una experiencia de vida. “De Niro fue literalmente el padrino del proyecto. Estuve casi un año trabajando en el guión con él, hasta que lo convencí de hacer la película. En ese proceso nos acercamos mucho, por lo que cuando llegó a la filmación ya teníamos confianza. Pero la verdad es que cada vez que entraba al set, todos nos asustábamos un poquito. No es tontería, es Robert De Niro. Es un tipo de otro planeta, tan bueno como persona como lo es en pantalla”.
De Cannes para el mundo
Fue gracias a De Niro que Hands of Stone tuvo su debut mundial en la reciente edición del Festival de Cannes, en Francia, en el marco de un homenaje que la organización del prestigioso encuentro rindió a la extraordinaria carrera del actor nacido en Nueva York y sus aportes a la historia del séptimo arte. El propio Durán acudió a la cita. Llegó chispeante y risueño, como es él. Elegante. Disparando bromas a diestra y siniestra, una tras otra, como antes solía repartir puñetazos a sus contrincantes. Su cara era una fiesta. Y al final de la proyección, emocionado ante la ovación del público, se le llenaron los ojos de lágrimas.
Fue un estreno emotivo que supo a gloria. Jakubowicz aún no lo puede creer. “Fueron días increíbles, de un enorme nerviosismo, al principio, y después de una gran alegría. El público aplaudió por quince minutos, cosa muy rara en Cannes, donde es frecuente que el público abuchee. Todo cineasta sueña con estrenar su película allí y, sinceramente, el resultado fue mejor de lo que soñaba cuando era estudiante de cine”.
Ahora falta ver qué dice el gran público. Hands of Stone fue estrenada comercialmente el 26 de agosto en más de dos mil salas de Estados Unidos, Panamá e Israel. Y se espera que pronto llegue al resto de América y a Europa. “Yo quisiera que al ver la película los panameños sintiesen una vez más el orgullo que sintieron con cada triunfo del ‘Cholo’. Y que entendiesen que sólo un gran país y una gran sociedad produce hombres tan fuertes, nobles y dignos como Roberto Durán”, concluyó Edgar Ramírez.
Hablan los productores
Originalmente la película iba a ser producida y financiada por otra empresa que había comprado los derechos y la iba a filmar en Puerto Rico, pero tuvieron algunas dificultades. Esto provocó un encuentro en Los ángeles entre Jonathan Jakubowicz y el productor panameño Carlos García de Paredes, quien logró que el proyecto aterrizara en Panamá: “Al despedirme le pedí el guión, y me lo leí en una sola sentada. Al día siguiente me sumé al proyecto”.
Para Claudine Jakubowicz, también productora y esposa del director, llegar al istmo fue lo mejor que pudo haber pasado: “Todos los panameños nos abrieron las puertas. No había nadie a quien no le interesara que lográsemos hacer la película y todo el mundo nos contaba lo importante que era Durán para Panamá”.
Sin embargo, realizar una producción de esta magnitud en un país sin industria cinematográfica presentó dificultades que, afortunadamente, se pudieron sortear. “Ningún proceso de financiamiento de películas es sencillo; en nuestro caso tomó más de un año. Fue crucial el apoyo del Ministerio de Comercio e Industrias”, destaca García de Paredes.
“Hubo que traer buena parte de la infraestructura de otros países. Es algo que sólo el tiempo y la constancia de una industria fílmica pueden solucionar. Tengo fe en que nuestra película será la primera de muchas grandes producciones que se realicen en el país. Cuantas más se hagan, más fácil será hacer la próxima”, concluye Claudine.