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Panamá Viejo: postales de un imperio desaparecido
Por Juan Abelardo Carles
Fotos: Cristian Pinzón
El Parque Arqueológico de Panamá Viejo, al este de la actual capital panameña, no deja de actualizarse y la inminente apertura del nuevo museo de sitio, llamado Museo de la Plaza Mayor Samuel Lewis García de Paredes, es la última muestra de ello. Según Félix Durán Ardila, director de arquitectura a cargo de la edificación, esta se enmarca dentro de un proceso de recuperación de la Plaza Mayor que, además, incluye otras tres manzanas que la limitaban por el lado sur.
“Queremos devolverle la configuración espacial, geométrica y volumétrica a la plaza, para que los visitantes puedan entender el tamaño y las dimensiones que tenían las estructuras en esa parte de la ciudad. Además, queremos potenciar la plaza como centro nuclear de la ciudad: aquí se hacían los mercados, se castigaba a los delincuentes, se desarrollaban actividades públicas, y queremos que tenga una función similar ahora”, explica Durán. El nuevo edificio albergará la colección de piezas, así como una tienda de regalos. Las manzanas pendientes de rescate serán destinadas a cafetería, terrazas, salas de uso múltiple y espacio para talleres infantiles.
Las estructuras nuevas, aunque iguales en tamaño a sus predecesoras coloniales, son totalmente contemporáneas en diseño. “Las ruinas de Panamá Viejo se están interviniendo con el criterio de que lo nuevo y lo viejo sea distinguible al ojo del visitante”, puntualiza Durán. Se ha aplicado un criterio similar en otros espacios del conjunto monumental, como el Convento de las Monjas de la Concepción, el Aula Viva de la Compañía de Jesús y el campanario de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, donde hay un mirador de madera y acero, diseñado para minimizar su presencia.
Otro campo en el que Panamá Viejo no deja de dar sorpresas es en el de los hallazgos arqueológicos y es precisamente en el perímetro de la Catedral donde ocurrió el último de ellos. De enero a marzo, en una parcela de treinta metros cuadrados, un grupo de investigadores desenterró aquí restos óseos de unos 130 individuos sepultados dentro de la iglesia entre 1540 y su destrucción, en 1671.
La excavación es parte del proyecto “An ARTery of EMPIRE: Conquest, commerce, crisis, cultures and the Panamanian Junction (1513-1671)”, ambicioso emprendimiento conjunto entre el Patronato Panamá Viejo y la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), junto a otras entidades. El estudio trata de entender cómo se desarrolló el perfil de la ciudad y su zona de influencia, en virtud de su función como punto de cruce de rutas comerciales provenientes de cuatro continentes.
“Queremos analizar los restos para determinar hasta qué punto influyó la ruta de paso en la diversidad genética de la población que vivía en Panamá durante la colonia, nos explican Tomás Mendizábal y Iosvany Hernández-Mora, arqueólogos del equipo investigador. El predio de la catedral es inmejorable para este tipo de investigación ya que, al contrario de lo que podría pensarse, era usado para enterrar gentes de escasos recursos más que personajes de élite.
Como explica Juan Guillermo Martín, arqueólogo jefe del equipo: “Los documentos históricos del Archivo General de Indias nos muestran que era más barato ser enterrado en la Catedral y que, por ende, era más usado por gente de escasos recursos. Además, los ciudadanos pudientes pagaban para que sus esclavos fuesen enterrados allí, reservando para espacio para ser enterrados en otras iglesias, como el Convento de la Merced, la Compañía de Jesús o Santo Domingo. Esto nos da una ventaja, ya que es precisamente la diversidad genética lo que queríamos estudiar. La observación preliminar de restos óseos sugiere la presencia de individuos de origen africano, pero el estudio de las muestras nos lo dirá”.
El genetista Alessandro Achilli (Universidad de Pavía, Italia) y el bioantropólogo Javier Riera (Universidad del Norte, Colombia), entre otros especialistas, estudiarán las muestras que, tras su extracción, protección y clasificación, se conservan en el Centro de Investigación del Patronato Panamá Viejo. En dicho centro conversamos con Mirta Linero Baroni, directora de Arqueología del Patronato, sobre los proyectos de investigación en la Catedral, así como otros sitios del parque: “Las excavaciones en Panamá Viejo se han dado incluso antes de que fuera creado el Patronato, en 1995. Luego de su creación, la dirección de arqueología absorbió proyectos autónomos que ya se estaban desarrollando para integrarlos en una ejecución conjunta que, en principio, solventara las urgencias de los conjuntos de ruinas más conocidos”.
El espacio donde ahora se levanta el nuevo museo de sitio fue, entre 2010 y 2014, el espacio estrella de excavaciones. Ahora se está trabajando en el Convento de Santo Domingo, ya que “queremos entenderlo como un conjunto conventual colonial adaptado a las circunstancias del nuevo entorno americano”, explica Linero. También están siendo objeto de estudio el Convento de las Monjas de la Concepción y el Hospital San Juan de Dios, para averiguar cómo era el manejo del agua, recurso de cuya escasez siempre sufrió la ciudad. “Con el tiempo se han involucrado otras disciplinas distintas a arqueología, como osteoarqueología, historia, geología física, arquitectura y biología, por ejemplo. Ahora contamos con un centro de investigación que trabaja en varios campos académicos a la vez y que colabora con otras entidades, como la Universidad de Panamá y la Universidad Tecnológica de Panamá”, concluye la arqueóloga.
El sitio también atrae el interés de investigadores internacionales, como demuestra la excavación de la Universidad Pablo de Olavide en la Catedral. La temporada lluviosa en Panamá suspende cualquier estudio de campo, pero en 2018, se abordará la segunda parte del proyecto. “La nueva temporada de excavaciones ya no se hará en la Catedral, pero aún estamos evaluando dónde puede hacerse. Intentaremos determinar la diversidad de bienes materiales que circulaban en la ciudad, por lo que buscaremos en el depósito de basura de alguna casa pudiente de la colonia, como la de la familia Terrín, de la que hay muy buena información de archivo”, anticipa Juan Guillermo Martín.
Linero agrega que “hasta 2019 se seguirán haciendo estudios arqueológicos en los alrededores del Hospital San Juan de Dios, el Convento de las Monjas de la Inmaculada Concepción, así como las iglesias y claustros de Santo Domingo y San Francisco. De 2019 en adelante se evaluará el potencial arqueológico de otras zonas inexploradas, principalmente el espacio entre la Plaza Mayor y la Iglesia de Santo Domingo, al igual que los alrededores de la Compañía de Jesús”.
Tanto estudios como infraestructuras apuntan a convertir el sitio arqueológico de Panamá Viejo en un complejo de servicios para el interés público. Como bien lo explica Silvia Arroyo, responsable del plan de manejo: “Nuestra misión es mantener un sitio en el que se puedan realizar actividades científicas, culturales, educativas e interpretativas, respetando su condición de ruina, su capacidad de carga y destacando cada una de sus fases históricas, desde la etapa de la aldea prehispánica de pescadores, la colonial e incluso la moderna”. Según Arroyo, en el futuro se contempla crear un centro de visitantes cerca del Convento de Santo Domingo, al extremo norte del perímetro, que complemente los servicios del museo de sitio al sur de la Plaza Mayor y del actual centro administrativo, al oeste del recinto protegido.
Y lo más importante, que el visitante entienda el sitio como algo unitario. Antes se veían las ruinas como independientes. Nuestro papel es revelar al conjunto de ruinas como lo que fue: una de las ciudades más pujantes e importantes del imperio español al momento de su saqueo y destrucción, en 1671, con una ubicación fundamental que, entre otros factores, la hicieron crecer hasta tener la misma población o más que otros centros urbanos coloniales, como Lima y La Habana, en la misma época.
Tome nota
Al Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo se puede llegar en auto propio usando la vía Cincuentenario, taxi o algún bus de la línea Panamá Viejo que se pueden abordar en Albrook, Mercado del Marisco, Cinta Costera o Vía Porras. Recibe visitantes de martes a domingo, de 8:30 a.m. a 4:30 p.m. El circuito del recorrido dentro del conjunto tiene un kilómetro y medio de longitud y se puede recorrer con tranquilidad en dos horas. Más información disponible en el sitio www.patronatopanamaviejo.org