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SuraméricaChileEn las raíces del vino chileno: una jornada en la Viña Concha y Toro
Una jornada en la Viña Concha y Toro

En las raíces del vino chileno: una jornada en la Viña Concha y Toro

Por Camila Rikli

Fotos: Tere Pérez

@forasterastravel

Bajo la sombra de frondosas parras y la silueta de los Andes en el horizonte, atravesamos los portones de la Viña Concha y Toro y nos sentimos entrando en un capítulo de la historia de Chile, uno que prometía una mezcla de cultura, raíces, tradición y, por supuesto, un vino excepcional.  Entre los árboles, la hacienda se revelaba imponente, con su arquitectura colonial que ha resistido el paso del tiempo, sus jardines meticulosamente cuidados y sus viñedos que se extienden hasta donde alcanza la vista.  

Como amantes del vino y admiradoras de todas esas sensaciones y recuerdos que se esconden detrás de cada botella, nuestra visita a esta icónica viña chilena resultó ser todo un peregrinaje al corazón de una leyenda vinícola.

Fuimos recibidas por filas interminables de viñedos, un mosaico de verdes y ocres, bajo el cálido sol chileno. La brisa traía consigo el aroma dulce de las parras, prometiendo los sabores complejos y sofisticados por los que Concha y Toro es famosa en el mundo entero. Nos detuvimos a hablar con uno de los guías, quien con orgullo nos explicó cómo el clima y el suelo, únicos de la región, contribuyen a la calidad inigualable de sus vinos. Este encuentro nos sirvió para recordar que cada botella de Concha y Toro es el resultado de una cuidadosa colaboración entre la naturaleza y la habilidad humana. 

Ubicada en el pintoresco Valle del Maipo, en la zona central de Chile, a tan solo una hora de su capital Santiago, esta bodega es un destino imperdible para aquellos viajeros amantes del vino que buscan realizar un viaje a través de la cultura vitivinícola chilena. Aquí se entrelazan los sabores y aromas de una tierra que, desde la fundación de la viña en 1883, ha sabido combinar tradición e innovación para producir algunos de los vinos más exquisitos del planeta.  

Fundada por Don Melchor de Concha y Toro, la viña ha crecido desde sus orígenes hasta convertirse en este ícono mundial. Al caminar por la propiedad, sentimos la energía que emana del lugar, mezclándose con las raíces de sus viñedos. Cada rincón de la viña cuenta una historia, desde las antiguas bodegas hasta el moderno restaurante, ofreciendo un recordatorio de cómo el pasado y el presente se fusionan aquí de manera armoniosa.

Viña Concha y Toro
Viña Concha y Toro

Un viaje a través del tiempo

Nuestro recorrido comenzó con la visita a la casona de la familia Concha y Toro, un edificio que desborda historia y elegancia. Mientras caminábamos por sus corredores, pudimos casi escuchar el eco de las conversaciones del pasado, donde la pasión por el vino se convirtió en un legado familiar. Imaginamos a las generaciones pasadas de viticultores discutiendo sobre las cosechas y el arte de la vinificación. 

Rodeando a la increíble casona se despliega el parque de la residencia, un oasis verde de 22 hectáreas, legado del paisajista francés Guillermo Renner y cuidadosamente mantenido hoy por el paisajista Juan Grimm. Este jardín es un espectáculo de vegetación, donde cada árbol es testigo silencioso de historias de diferentes rincones del mundo. Cipreses que se elevan con dignidad, recordando las antiguas civilizaciones mediterráneas, mientras que los olivos, con sus retorcidas ramas, hablan de tierras lejanas.  Entre ellos, las imponentes secuoyas se alzan gigantes, simbolizando la fuerza y la belleza de los bosques del norte de América.

Escondidas e integradas entre la vegetación del parque, se encuentran las barras de cata de Concha y Toro. Aquí, los viajeros se congregan para sumergirse en un ritual personalizado, para explorar los sabores que han dado renombre a esta viña. Cada degustación es un diálogo íntimo con el terruño, un viaje sensorial que funde sabor, tradición e innovación en una copa. Desde el robusto y complejo Cabernet Sauvignon hasta el fresco y aromático Sauvignon Blanc, cada vino refleja el terror de Chile y el trabajo de sus viticultores. 

Adyacente al parque, caminamos entre el “Jardín de Variedades”, un espacio donde se exhiben todos los tipos de viñas cultivadas por Concha y Toro a lo largo de Chile, ofreciendo un panorama educativo sobre la diversidad de uvas y sus distintas características. 

El Casillero del Diablo: entre el mito y la realidad

Lo siguiente en nuestro recorrido fue sumergirnos bajo tierra, para recorrer las bodegas donde descansan barricas de roble francés y americano. Aquí, en este santuario tranquilo y húmedo, los vinos adquieren su carácter distintivo, fusión de tradición y modernidad.

Bajamos hasta las entrañas de esta viña, entrando en el legendario «Casillero del Diablo». Atravesamos el umbral de una historia envuelta en misterio y folclore, donde la penumbra de la bodega crea el escenario perfecto para la narración de su leyenda más oscura. Cuenta la tradición que, para resguardar sus preciados vinos de los continuos hurtos, se difundió un rumor tan audaz como efectivo: el propio diablo habitaba en este lugar. La fábula instauró un temor reverencial que protegió las botellas de cualquier alma que quisiera apoderarse de ellas. Esta historia fue entretejiéndose en la viña, confiriendo al vino «Casillero del Diablo» una identidad mítica y contribuyendo a su renombre global.

El corazón de la viña palpita en esta antigua bodega de piedra y madera, donde reposan las creaciones más prestigiosas de Concha y Toro. Es aquí donde “Don Melchor”, el vino más exquisito y celebrado de la viña, descansa entre oscuridad y humedad, custodiado celosamente mientras espera el momento preciso para descorchar su legado.

Viña Concha y Toro

Compromiso con la sostenibilidad

Concha y Toro es un pionero en la integración de prácticas sostenibles dentro de su filosofía de producción. Con un compromiso palpable hacia la sostenibilidad, esta casa vitivinícola ha adoptado energías renovables, reflejando respeto y entendimiento de la necesidad de preservar el entorno natural de sus viñedos. La tierra devuelve a Concha y Toro uvas de la más alta calidad, mientras la viña a su vez devuelve a la tierra el cuidado y protección a través de métodos que aseguran su prosperidad a largo plazo. Este enfoque armonioso entre la avanzada tecnología de energías limpias y las antiguas técnicas de viticultura, aseguran que cada botella sea un regalo para el paladar y un tributo al equilibrio de la naturaleza.

Abandonamos las tierras de Concha y Toro, donde vivimos una experiencia multisensorial, donde la historia, la cultura, y el arte de hacer vino se entrelazan, creando una jornada inolvidable en el mundo del vino chileno. Concha y Toro representa la excelencia vinícola, el espíritu indomable y la rica herencia de Chile.

Viña Concha y Toro
Viña Concha y Toro

Forasteras

Escritora y fotógrafa de viaje

Tere Pérez y Camila Rikli, creadoras de Forasteras, agencia de travel writing y fotografía de viaje enfocada en descubrir culturas locales y apoyar el turismo responsable.

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