Camino a mi mejor destino
Redacción: Panorama de las Américas
Para llegar al Centro Educativo Básico General de Quebrada Loro, en la Comarca Ngäbe-Buglé, Yojan Kevin Rodríguez camina hasta seis horas diarias por senderos de tierra que, durante la época lluviosa, se convierten en terrenos resbaladizos. Su objetivo es llegar a las siete de la mañana a la escuela en la que pasará las siguientes seis horas del día, para escuchar las clases de sus maestros y aprender. Aprender todo lo que pueda, desde los ciclos del agua y la factorización, hasta por qué él vive en un territorio al que llaman comarca. Una comarca en la que se viven realidades complejas, pero que Yojan, como sus compañeros, bien podría cambiar con estudio, alegría y tenacidad.
Como dice Ivette Franco, directora sénior de Asesoría Legal de Copa Airlines y la cabeza detrás del proyecto del Viaje Inolvidable (actividad que cada año realiza Copa Airlines para festejar la Navidad con niños), lo que estos chicos demuestran es “el esfuerzo que hacen por educarse, a pesar de las dificultades y los retos que enfrentan a diario. Son ejemplo de determinación, constancia y superación”.
Por esta razón, en 2018 y en el marco del vigesimoquinto Viaje Inolvidable, la aerolínea quiso reconocer ese esfuerzo que realizan los estudiantes de la escuela de Quebrada Loro y regalarles una experiencia inspiradora. Al reconocimiento también se unieron los niños de las escuelas de Finca 4 y Finca 2, de las zonas bananeras de Changuinola, en la provincia de Bocas del Toro, donde, si bien las distancias pueden ser más cortas, las condiciones sociales también suponen un reto cuando se trata de alcanzar el objetivo de culminar los estudios en la escuela.
Ese lunes 3 de diciembre de 2018, el día del Viaje Inolvidable, Yojan subió al avión con más de 120 niños y niñas, y todos gozaron como nunca mientras veían desde el cielo aquello que el maestro les había enseñado en el salón de clases: la bandera izada en el Cerro Ancón, el Canal de Panamá, los rascacielos de la ciudad, el Puente de las Américas… En medio de gritos de alegría y con los ojos bien abiertos, todos experimentaron por primera vez esa inquietud que provoca “despegarse” del suelo, pero que muy rápido se convirtió en fascinación: el hechizo que produce mirar el mundo desde otra perspectiva con sus árboles diminutos, sus ríos serpenteantes y el mar, inmenso…
Tal vez es esa capacidad de asombro y esas ganas de comerse el mundo que mostraron durante el vuelo, unidas a la determinación que demuestran a lo largo del año escolar, las mejores cartas que tienen para hacerles frente a las millas que les quedan por delante. Porque, después de todo, no hay mejor destino que aquel que te procuran la educación y el conocimiento.