Brasil, un viaje por la prehistoria de América del Sur
Con paisajes rústicos, pero apasionantes, el Parque Nacional Serra da Capivara guarda, en medio de desfiladeros, cañones y la sorprendente naturaleza de la caatinga — único bioma exclusivamente brasileño—, una de las mayores colecciones de pinturas rupestres del planeta.
Por Camila Fróis
Fotos: Tom Alves
Hace unos 12.000 años, hombres prehistóricos registraban escenas pintorescas de su vida cotidiana en inmensas paredes rocosas del semiárido brasileño. Las pinturas —“historias” dibujadas a mano en el período pre-Instagram— hoy atraen a miles de turistas, expedicionarios, arqueólogos y otros científicos. Se trata de un verdadero parque de atracciones para los apasionados por la prehistoria. Es uno de los mayores conjuntos arqueológicos del mundo, que también incluye fósiles y artefactos utilizados por hombres primitivos.
El número de tesoros arqueológicos del Parque Nacional de la Serra da Capivara aumenta a medida que avanza el trabajo de exploración. Actualmente se registran 1.028 puntos con arte rupestre. Quizá por la sencillez del gesto, una de las imágenes más impactantes, entre las 30.000 ya encontradas, es El beso, la primera escena de amor registrada en el planeta.
A diferencia de las publicaciones temporales de las redes sociales que conocemos hoy, el registro realizado por algún miembro de tribus recolectoras y cazadoras quedaría marcado para la posteridad, entre otras escenas de guerra, sexo y comida (en este caso, capibaras y otros animales capturados por cazadores). La colección de pinturas demuestra que registrar, divulgar e incluso presumir de hechos y acciones de lo cotidiano es un hábito común desde que existe la humanidad. Esta costumbre nos ha permitido entender de dónde venimos, cómo vivían y se relacionaban nuestros antepasados entre sí y con la naturaleza.
Sin embargo, las pinturas y los grabados no son los únicos activos de la Serra da Capivara. El escénico relieve también atrae a viajeros a la región. La historia del territorio comienza en el período Precámbrico, más o menos entre 5.000 y 570 millones de años. Los hermosos paisajes compuestos por rocas gneis forman paredes esculpidas por la acción de los vientos, las aguas y otros factores, en un lento y continuo proceso geológico. Entre los hallazgos paleontológicos locales se encuentran animales prehistóricos como el Hippidion, género extinto del caballo, y perezosos gigantes.
Ubicados en el estado de Piauí, en el pequeño municipio de São Raimundo Nonato, los 172 sitios arqueológicos abiertos para visitantes en la región están protegidos en el Parque Nacional Serra da Capivara (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco). Desde Brasilia tendrá varias opciones de vuelos diarios para llegar al municipio de São Raimundo Nonato (una de las entradas del Parque).
A pesar de estar distante de la costa (y de las playas más frecuentadas entre los turistas que visitan Brasil), la expedición a este inusual trozo del nordeste brasileño recompensa cada kilómetro recorrido. De hecho, en 2022 el Parque hizo parte de la lista de los 52 lugares para viajar por el mundo que publica The New York Times.
Además de la visita a las pinturas, el destino propicia aventuras deslumbrantes en medio de la caatinga. Cuando fue elevado a parque nacional, en 1979, el área fue la primera reserva federal en preservar el medio ambiente de este bioma exclusivamente brasileño. El paisaje allí incluye una vegetación formada por arbustos y varios tipos de cactus, impresionantes cañones que alcanzan los doscientos metros de altura y mesetas de tonos ocres que contrastan con el cielo de un azul que parece pintado por Monet.
Para explorar estas atracciones, los visitantes pueden escoger entre catorce senderos, con diferentes niveles de dificultad, desde recorridos muy fáciles hasta senderos más extensos y exigentes.
Rutas por la historia natural y arqueológica de las Américas
Ubicados en el estado de Piauí, en el pequeño municipio de São Raimundo Nonato, los 172 sitios arqueológicos abiertos para visitantes en la región están protegidos en el Parque Nacional Serra da Capivara (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco). Desde Brasilia tendrá varias opciones de vuelos diarios para llegar al municipio de São Raimundo Nonato (una de las entradas del Parque).
A pesar de estar distante de la costa (y de las playas más frecuentadas entre los turistas que visitan Brasil), la expedición a este inusual trozo del nordeste brasileño recompensa cada kilómetro recorrido. De hecho, en 2022 el Parque hizo parte de la lista de los 52 lugares para viajar por el mundo que publica The New York Times.
Además de la visita a las pinturas, el destino propicia aventuras deslumbrantes en medio de la caatinga. Cuando fue elevado a parque nacional, en 1979, el área fue la primera reserva federal en preservar el medio ambiente de este bioma exclusivamente brasileño. El paisaje allí incluye una vegetación formada por arbustos y varios tipos de cactus, impresionantes cañones que alcanzan los doscientos metros de altura y mesetas de tonos ocres que contrastan con el cielo de un azul que parece pintado por Monet.
Para explorar estas atracciones, los visitantes pueden escoger entre catorce senderos, con diferentes niveles de dificultad, desde recorridos muy fáciles hasta senderos más extensos y exigentes.
¿Qué visitar?
BOQUEIRÃO DA PEDRA FURADA: en este punto se encuentran los vestigios más antiguos de la presencia del hombre en América en más de diez sitios arqueológicos y algunos de los paisajes más fotografiados de la Serra da Ca- pivara, entre ellas una gran grieta en medio de un hermoso muro rocoso llamada Pedra Furada.
ALTO DA PEDRA FURADA: considerado un trayecto difícil, este circuito, que comienza por una escalera de 350 esca- lones que lleva a la cumbre de la Sierra, ofrece una vista increíble de la Pedra Furada. También hay otros senderos que conducen a más sitios arqueológicos y a un punto que alguna vez funcionó como un “taller de lascas de piedras”, donde los hombres prehistóricos hacían sus instrumentos para la cacería, preparaban la caza y comían.
SERRA DO MEIO: aquí se puede acceder al Mirante da Ponte da Pedra para tener una visión general de la región. En este sitio arqueológico se encontraron fragmentos de ce- rámica de más de 8.000 años, además de un hacha de piedra pulida, cuya antigüedad se calcula en 9.000 años.
TRILHA DO HOMBU: en total son nueve kilómetros de un sendero de subidas y descensos, recompensados con la observación de los valles y sitios arqueológicos. Un tramo de escaleras conduce al circuito de Pedra Preta y Toca dos Caititus, con un mirador impresionante.
TRILHA DA FAZENDA JURUBEBA: este sendero recorre si- tios como Toca da Dama y Toca da Ema, además de casas con construcciones del siglo XIX. Son unas dos horas de recorrido.
Museo do Homem Americano
En la sede de la Fundação Museu do Homem Americano (FUMDHAM) también se encuentra el Museo del Hombre Americano, que fue creado para difundir la importancia del patrimonio cultural dejado por los pueblos prehistóricos en la región. La exposición permanente muestra los resultados de más de cuatro décadas de investi- gaciones realizadas en la región, presentando las teorías de poblamiento de América a partir de los descubrimientos realizados aquí. El visitan- te también conoce la historia de la excavación arqueológica del Sítio do Boqueirão da Pedra Furada, que demostró la presencia humana en la región desde el período Pleistoceno.
Museu da Natureza
El Museo da Natureza, a 34 kilómetros de la sede del FUMDHAM, cuenta la historia de la formación de los biomas, la fauna y la flora de la región, a través del cambio climático, hasta la etapa actual. En la instalación hay doce salas dispuestas en espiral, donde el visitante podrá conocer todo el proceso histórico de la naturaleza de la región, desde el surgimiento del universo, incluyendo la Edad de Hielo, los fósiles de animales gigantes y la vegetación local. El Museo está situado cerca del Parque Nacional Serra da Capivara.
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