
Un Viaje al Parque Nacional, San Lorenzo
San Lorenzo no es solo un destino turístico, es un testimonio vivo de los ciclos de auge y caída del poder colonial en Panamá. Además de su fuerte, el parque nacional ofrece oportunidades para caminar, acampar, hacer kayak o simplemente observar aves. Cada rincón tiene una historia que contar, y cada visita permite descubrir algo nuevo entre la selva, la piedra y el mar.
Texto y Fotos: Javier A. Pinzón
Es temprano por la mañana cuando salimos de casa rumbo al Parque Nacional San Lorenzo. El sol apenas asoma y ya estamos listos, mochila al hombro, para recorrer una ruta llena de historia y naturaleza. Desde Ciudad de Panamá, el trayecto toma aproximadamente una hora y media por carretera. Al llegar a Colón, cruzamos el moderno Tercer Puente sobre el Canal de Panamá, una obra inaugurada en 2019 que conecta la ciudad con la región de Costa Abajo. Esta vía atraviesa antiguos terrenos de la Zona del Canal, bordeando selvas densas y antiguas instalaciones militares, testigos silenciosos de una historia más reciente.

Desde 1519 el reino español protegió las bocas del río Chagres para evitar que sus enemigos penetraran a Panamá y pudieran así alcanzar el Océano Pacífico.

La carretera continúa por el antiguo Fuerte Sherman, una exbase militar estadounidense que hoy forma parte del parque. Es un entorno propicio para la observación de aves, con senderos que atraviesan una selva rica en biodiversidad. Decidimos recorrer uno de ellos antes de llegar al fuerte. El aire es fresco, la vegetación abundante y el canto de las aves nos envuelve en una experiencia sensorial.
El sendero nos conduce al Castillo de San Lorenzo Real de Chagres, hoy declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las ruinas muestran muros de piedra gruesa, garitas de ladrillo y cañones que aún apuntan al mar.
Esta región fue estratégica para el Imperio español. A finales del siglo XVI, la Corona ordenó construir una fortaleza en la desembocadura del río Chagres para proteger la ruta fluvial que conectaba el Atlántico con el Pacífico. La primera versión del fuerte fue diseñada por el ingeniero Bautista Antonelli entre 1595 y 1610. Consistía en una plataforma con baterías de cañones al nivel del mar, construida sobre un arrecife. Esta estructura, expuesta a los elementos y sin mantenimiento, se deterioró con el tiempo. En la década de 1650 se edificó una segunda versión más elevada sobre el peñón, pero en 1671 fue destruida por el corsario Henry Morgan durante su asalto a la Ciudad de Panamá. En 1672 comenzó la construcción del tercer castillo, dirigido por Antonio Fernández de Córdoba. Esta versión fue reforzada más adelante, durante las reformas borbónicas del siglo XVIII, con baluartes, fosos, hornabeques y una muralla cerrada adaptada a la artillería moderna de la época.

El Parque Nacional San Lorenzo protege diferentes ecosistemas y entre ellos más de 5 especies de bosques.
Mientras caminamos, es inevitable imaginar cómo fue este lugar siglos atrás. En enero de 1671, Henry Morgan desembarcó con cuatrocientos hombres en un puerto cercano al fuerte. En lugar de atacar por mar, lo hizo por tierra, sabiendo que la posición elevada de San Lorenzo lo hacía casi inexpugnable desde la costa. Tras destruir el fuerte, Morgan remontó el río Chagres y saqueó la antigua Ciudad de Panamá, en uno de los episodios más conocidos de la piratería en el Caribe.


Caminamos por el foso seco hasta el patio de armas y visitamos una pequeña exposición que narra los momentos claves de su historia. Este fuerte también funcionó como prisión del Estado durante el período colonial; en sus mazmorras estuvieron detenidos personajes como Pedro José de Guzmán-Dávalos, antiguo gobernador del Reino de Tierra Firme, y el prócer peruano Francisco Antonio de Zela.
Los arqueólogos no han terminado de descubrir toda la historia de San Lorenzo del Chagres. Recientemente se anunciaron nuevos hallazgos que revelarían detalles de la tercera restauración.

Excavaciones recientes han revelado nuevas capas de historia. Arqueólogos panameños, en colaboración con instituciones internacionales, trabajan para identificar vestigios del tercer castillo y del antiguo poblado de Chagres. Este asentamiento, fundado bajo la protección del fuerte y habitado principalmente por afrodescendientes y familias de soldados, fue reubicado varias veces hasta su desalojo definitivo en 1916, cuando la Zona del Canal se expandió y sus residentes fueron trasladados a Nuevo Chagres.
Muy cerca del Fuerte está el acceso de kilómetro y medio a Playa Tortuguilla, otro gran atractivo del Parque San Lorenzo
Luego de recorrer el fuerte, nos dirigimos a una pequeña playa cercana, donde el mar Caribe ofrece aguas tranquilas y claras. El lugar es ideal para refrescarse después de la caminata. Aquí, en la costa donde alguna vez se defendió el oro del Imperio, hoy las familias descansan entre historia y naturaleza.
San Lorenzo no es solo un destino turístico, es un testimonio vivo de los ciclos de auge y caída del poder colonial en Panamá. Además de su fuerte, el parque nacional ofrece oportunidades para caminar, acampar, hacer kayak o simplemente observar aves. Cada rincón tiene una historia que contar, y cada visita permite descubrir algo nuevo entre la selva, la piedra y el mar.
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